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LAS PALMAS 0 - CELTA 1

Aprobados y suspensos del Celta: hazaña ante Cordero Vega

Los pupilos de Giráldez defendieron como nunca después de las asombrosas expulsiones de Ilaix y Aspas. El guineano había destacado en una notable primera parte de todo el equipo.

Formación inicial del Celta en el Estadio de Gran Canaria.
RC CELTA

Guaita: La experiencia, en este caso, son varios grados. Más allá de tres buenas paradas, dos de ellas en el arranque del partido, el guardameta de 37 años transmitió tranquilidad y seguridad cuando el cuadro olívico se quedó con dos menos. Tiró del repertorio habitual de los porteros veteranos para perder tiempo, pero sin darle motivos a Cordero Vega para que lo amonestara.

Manquillo: Disputó la hora plácida del partido para el Celta. Sustituido a renglón seguido de las dos expulsiones porque estaba amonestado. Con escaso protagonismo en el primer tiempo, Claudio Giráldez destacó en la rueda de prensa el rol táctico del madrileño para controlar a Moleiro.

Starfelt: El sheriff. Lideró la zaga en el ejercicio de resistencia que los célticos realizaron durante algo más de media hora. Demostró su calidad en el arte de bloquear balones.

Marcos Alonso: Jerarquía. Lo más llamativo es la calma con lo que lo hace todo, por ejemplo, un cambio de orientación en la jugada del gol, una posesión en la que el Celta se pasó más de un minuto combinando. No solo defendió con acierto en inferioridad numérica, también dio aire a los suyos con alguna incorporación al ataque.

Mingueza: El carril derecho fue el pasillo de su casa en los primeros 45 minutos. Asistió a Borja Iglesias y anteriormente había puesto otro centro parecido al Panda en el tanto anulado a Swedberg. Supo remangarse en la resiliencia celeste.

Beltrán: Lo gozó en la heroica de jugar con dos menos. Se multiplicó para impedir que el Las Palmas encontrara algún hueco por el centro. De hecho, en el once contra once no había estado tan entonado y su frustración después de un regate de Moleiro lo llevó a ser amonestado a la media hora de partido.

Ilaix Moriba: Injustamente expulsado. La segunda tarjeta es una aberración de Cordero Vega. De los más destacados en la notable primera parte del conjunto vigués, explotando su facilidad para deshacerse de rivales a través de controles orientados.

Hugo Álvarez: Una pesadilla para los locales hasta el descanso. Su talento para conducir, regatear y asociarse permitió al Celta pisar una y otra vez el área rival. Apenas se le escapó un par de veces un futbolista tan desequilibrante como Januzaj, que buscó insistentemente al ourensano en la segunda mitad.

Iago Aspas: Una nueva muestra de que el fútbol español no respeta a uno de los más grandes en la historia de la Liga. Dos tarjetas exprés, en un margen de un minuto, por dos protestas nada dramáticas. Menos mal que los capitanes son los únicos que ahora pueden hablar con los árbitros... Antes del atropello sufrido, el moañés había ejercido más de organizador en la medular que de delantero.

Borja Iglesias: Superior a los centrales del Las Palmas. Definió con mucha clase en su cuarto tanto de la temporada. Estaba por centímetros en fuera de juego en el gol anulado a Swedberg, que recogió el rechace de un remate al palo del Panda. A punto de sorprender al meta local con un disparo desde casi el centro del campo.

Swedberg: Activo. Se movió con peligro arrancando desde la izquierda para aparecer por dentro. El tanto que le invalidaron era de oportunista y bastante rocambolesco.

Douvikas (por Borja Iglesias): Un titán. Le ganó todas a la defensa canaria pese a que el Celta estaba con dos menos y ofreció una lección de jugar de espaldas. Incluso generó una ocasión de gol. Máximo compromiso defensivo.

Javi Rodríguez (por Manquillo): Mucho mérito. Se enchufó rapidísimo al encuentro y dio un plus a los suyos en defensa. Nueva exhibición de madurez con 21 años.

Pablo Durán (por Swedberg): Puso su excepcional capacidad física al servicio del equipo. Al igual que Douvikas, un dolor de muelas para los zagueros.

Cervi (por Hugo Álvarez): Giráldez le concedió los primeros minutos de la temporada para que contribuyera a la hazaña con su gen competitivo. Y así lo hizo el argentino.

Carlos Domínguez (por Mingueza): Le dio tiempo a despejar un par de balones.

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