Aprobados y suspensos del Celta: El único fallo de Cervi fue letal
El argentino cumplió como carrilero, pero perdió el duelo con Maffeo en la jugada del gol. De la Torre dio la talla en su primera titularidad en Liga. A los célticos, una vez más, les faltó pegada.
Marchesín: Otro partido con el casillero de paradas meritorias a cero. Como sucede habitualmente, tampoco se le puede reprochar nada en el gol porque Dani Rodríguez ajustó a la perfección su remate. Seguro en el juego aéreo.
Hugo Mallo: Desapercibido. Apenas apareció en ataque y el Mallorca poco profundizó por su banda, lo que llevó a Javier Aguirre a retirar a Amath en el descanso. El capitán celeste se fue al banquillo en la triple sustitución realizada por Carvalhal en la primera ventana de cambios.
Mingueza: Más todocampista que defensa. Se colocó reiteradamente como mediocentro, o incluso enganche, en los ataques posicionales de su equipo. Ofreció siempre una solución interesante, salvo en un par de desplazamientos en largo. El balón le pasó entre las piernas en el envío de Maffeo que Dani Rodríguez envió al fondo de la portería.
Aidoo: El temible Muriqi únicamente se le escapó en una ocasión, en un regate seco del ariete bermellón. El ghanés firmó una impresionante acción defensiva en la primera parte al cortar una contra en la que Amath iba en moto. Sin precisión jugando el balón a la desesperada en el tramo final. Vio una tarjeta amarilla por perder los nervios con Jaume Costa.
Unai Núñez: Sin alardes. Cumplió en defensa y arriesgó lo mínimo con el cuero. No acaba de aparecer en el juego aéreo ofensivo.
Cervi: Fallo letal. Perdió el duelo con Maffeo en la jugada que desniveló el partido y la falta de contundencia en esa acción echó por tierra una actuación más que interesante como carrilero izquierdo. Marcó un gol que fue anulado por falta previa de Larsen.
Beltrán: Impecable en el aspecto físico y distribuyendo pases en horizontal. El increíble esfuerzo que hace en los últimos minutos para evitar que un balón se marche a saque de banda resume su partido. Su único disparo se marchó a las nubes.
Luca de la Torre: Demostró que puede ser titular. En su primera aparición en un once inicial en la Liga aportó criterio y la calidad de sus conducciones. Le falta algo de constancia.
Gabri Veiga: Un reflejo de lo que fue el Celta. Lo hizo casi todo bien, pero no tuvo pegada. Remató dos veces a puerta, una sin la fuerza necesaria y en la otra le salió un disparo demasiado centrado. Generó peligro con su potencia física y su calidad para asociarse. Esta vez Carvalhal lo mantuvo en el campo de principio a fin.
Iago Aspas: Terrenal. No encontró la magia en el último pase ni en sus dos tiros más peligrosos a puerta. Desquició a Baba, provocando una amarilla del mediocentro local y obligando a Aguirre a sustituirlo en el intermedio.
Larsen: El bote de kétchup se ha vuelto a atascar. Definió con toda la intención del mundo en su único remate, pero el balón se marchó fuera por poco. Al margen de su falta de puntería, sumó en la mayoría de facetas del juego, también en la defensa del balón parado.
Óscar Rodríguez (entró por De la Torre): Dejó su sello con un lanzamiento lejano, un misil marca de la casa que supo leer el cancerbero local. No logró aparecer entre líneas ante un rival defensivamente tan sólido. Tentó a la suerte dándole una patada a Grenier con el juego detenido y el árbitro, por fortuna para el talaverano, lo resolvió con una amarilla.
Carles Pérez (entró por Mallo): Irrupción desequilibrante. En su primera intervención se marchó entre dos rivales y Nastasic estuvo a punto de hacerle penalti. A continuación, un centrochut del extremo catalán obligó a reaccionar al portero de los baleares. El Mallorca no le permitió nada más.
Paciencia (entró por Larsen): Intrascendente. No dispuso de ninguna opción dentro del área.
Javi Galán (entró por Cervi): Primera suplencia de la temporada. Se conectó rápido al partido cuando compareció sobre el césped y puso un buen centro después de desbordar por velocidad.
Tapia (entró por Mingueza): Carvalhal lo metió sobre la bocina para que se encargara de la salida del balón desde atrás, una misión que no pudo cumplir porque en los últimos minutos todo fueron interrupciones.