Ante el mejor Osasuna, un Real Madrid en estado de excepción
El equipo navarro, que está a un punto de la Champions, visita al Madrid de la gran depresión. Camavinga sustituirá al lesionado Tchouameni.
Si Osasuna ganara hoy en el Bernabéu, hecho que lleva más de veinte años sin producirse, alcanzaría al Madrid en puntuación. Nada como la tabla para retratar los momentos previos al partido de hoy, que se jugará en horario de aperitivo: el equipo de Ancelotti, en estado de excepción, y el de Vicente Moreno, a un paso de la Champions, en estado de euforia. Así las cosas, el equipo navarro se debate entre afrontar una ocasión única o servir como bálsamo que necesita el campeón (sigue el partido en directo en As.com).
Tampoco Ancelotti tiene certezas. Su pronóstico sobre el comportamiento de su equipo hoy fue un inquietante “veremos” después de explicar que, sobre plano, tiene la solución, pero quiere verlo en obra. No entró de lleno en los cambios prometidos, pero sí en el que no se producirá: Vinicius seguirá en la izquierda y Mbappé de nueve. Las primeras conclusiones de la investigación apuntan a que el problema no está en el dibujo, sino en la actitud global, especialmente en el plano defensivo. Ahí los datos son irrefutables: nueve goles encajados en los últimos tres partidos, todos en el Bernabéu. Desde 2009, con Juande Ramos, no se veía algo igual. Fue la racha que inició aquel doloroso 2-6 del Barça. El Milán le disparó el martes nueve veces, más que ningún otro equipo de Champions en los últimos nueve años, y comenzaron también las sospechas sobre el esfuerzo: el Madrid corre en la competición seis kilómetros menos de media que el curso pasado.
El ataque tampoco frena esta sangría. El Madrid ha metido en esta Liga la mitad de goles que el Barça (21 frente a 40) y la racha señala a Mbappé, que lleva tres encuentros sin marcar, que ha anotado únicamente un tanto en el último mes y medio y que en Champions solo ha hecho blanco en uno de sus 21 tiros. “Está hundido”, dijo Ancelotti. “Como lo estamos todos”, apostilló para no personalizar en él. Lo cierto es que crece la impaciencia de la afición con el francés, que ha dejado más goles (ocho) que buena impresión. Deschamps, que lo excluyó de su lista, debe pensar lo mismo. Su titularidad hoy, en cualquier caso, no está en duda.
Esperando a Arda Güler
Tampoco tiene Ancelotti demasiado margen de maniobra en los cambios, al menos en defensa, talón de Aquiles del grupo. Solo dispone de un lateral derecho y dos centrales, que jugarán estén bien o mal. Las opciones de mutar están más arriba. Quién sabe si será el momento de volver a Arda Güler, al que se le prometió un futuro mejor y solo ha disputado 53 minutos en el último mes y medio. No es lo probable, como tampoco que repita el 4-4-2 que tan mal ha funcionado en las últimas semanas. Se espera, pues, a Rodrygo o Brahim como tercer punta y a Camavinga como mediocentro por la lesión de Tchoaumeni, cuya ausencia se antoja un calmante vista la reacción del público contra él ante el Milan. Endrick, que no ha jugado un minuto en los últimos cinco partidos, no está en los pronósticos.
Osasuna es la cara feliz del partido, aunque después de una semana atípica. Su entrenador, Vicente Moreno, se marchó a Valencia tras el partido ante el Valladolid para colaborar en las tareas de recuperación en Massanassa, su pueblo, arrasado por la DANA (también el centrocampista Rubén García, de Xátiva, recibió permiso del club). Valenciano y excanterano del Valencia, el técnico ni siquiera estuvo en el duelo copero del equipo en Chiclana (0-5) y se incorporó a los entrenamientos ayer. Hoy viaja a Madrid, aunque no se sentará en el banquillo, porque está sancionado.
El equipo navarro ha enlazado tres victorias consecutivas y no pagará el esfuerzo de la Copa porque en el once de Chiclana no había ni un solo titular de los dos últimos encuentros ligueros. Probablemente esa alineación de éxito tenía en la cabeza Vicente Moreno para hoy, pero no podrá repetirla porque Juan Cruz, con una herida en un pie, es baja.
Una pareja explosiva
Osasuna doblará la guardia sobre Vinicius con dos laterales de largo recorrido, Areso y Rubén Peña, armará el equipo con tres centrocampistas (Moncayola, Torró y Oroz) y tratará de sacar partido de la endeblez de la zaga blanca con una pareja realmente peligrosa, Ante Budimir y Bryan Zaragoza, un clásico y un novato que han encajado como un guante en el equipo. Tanto como Vicente Moreno, porque las dudas sobre cómo reaccionaría el grupo tras seis años de éxito con Jagoba Arrasate han quedado disipadas en solo 12 jornadas ligueras.
Budimir, con 33 años cumplidos, ha jugado en Osasuna mejor que en ningún sitio. “Nunca estuve en un club así. Aquí la gente me quiere y me apoya”. El curso pasado hizo 17 goles y en este lleva seis. Vicente Moreno ya le tuvo durante año y medio en el Mallorca y sabe de lo que es capaz. De hecho, en su segundo año en el equipo balear, y pese al descenso, firmó 13 tantos, los que le llevaron a Pamplona. Es cuarto en la tabla de anotadores y el futbolista que gana más duelos aéreos en la Liga.
Por su parte, Bryan Zaragoza ha vuelto a la casilla de salida tras un fichaje fallido por el Bayern. Su debut en Primera con el Granada, hace poco más de un año, fue tan explosivo que en seis meses marcó seis tantos, dio dos asistencias, debutó con la Selección española y acabó en el mejor equipo de la Bundesliga, que pagó por él 18 millones y le firmó un contrato hasta 2029. Sin embargo, en Múnich se apagó. “No estaba bien, no encontré mi sitio”, explicó al llegar a Osasuna. Solo jugó 178 minutos en el Bayern antes de volver a la Liga con el mismo fulgor con el que se fue. Tuvo una actuación impresionante ante el Barça y volvió a la Selección. Ya jugó ante Serbia en el último duelo (entró en la lista por la lesión de Yéremy Pino) y está en la convocatoria para los choques ante Dinamarca y Suiza. Lucas Vázquez no tendrá una sobremesa tranquila.
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