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BARCELONA

Ansu, una patata caliente

Laporta no quiere pillarse los dedos con un jugador querido y deja en manos de la cúpula deportiva, y concretamente en Xavi, el futuro del delantero.

Ansu Fati, en el calentamiento de un partido esta temporada.

El Barça tiene, en términos metafóricos, una patata caliente con Ansu Fati. Nadie quiere hacerse responsable de una hipotética venta. Este lunes, Laporta dejó caer en una entrevista en TV3 que será la dirección técnica la que decida qué pasa con el actual dorsal 10 del Barça este verano. Una manera elegante de pasarle la pelota a Xavi y a Deco, futuro director deportivo a quien, por cierto, une una profunda amistad con Jorge Mendes.

El de Ansu es un caso delicado. Renovado hace año y medio hasta 2027, con una de las fichas top de la plantilla con el fin de convertirle en el jugador franquicia del futuro como Pedri, las lesiones le abrasaron el curso anterior (graves lesiones musculares en Vigo y San Mamés) y este no ha terminado de asentarse en el once porque no ha terminado de agarrarse a sus oportunidades. Pero Ansu es uno de los jugadores más queridos por la afición, que lo ha visto criarse y crecer en La Masia. Y, además, es un talento. Nadie quiere cargar en el Barça con la responsabilidad de que se marche. Laporta, Xavi, Jordi Cruyff o Deco saben que si recupera su nivel, puede triunfar en cualquier club del mundo. Y tendrían que cargar con eso.

Es un asunto viejo en el fútbol. Técnicos y directivos intentarán que sea el jugador el que dé el paso y diga públicamente que se quiere marchar para quitarse de encima. Pero Ansu no está en esa pantalla. Las extemporáneas declaraciones de su padre Bori (“si por mí fuera, se iría”), que luego reculó semanas más tarde (“se queda seguro”), despertaron las alarmas sobre una posible venta exprés. Pero Ansu ha insistido: “Tengo contrato hasta 2027 y mi idea es seguir en el Barça muchos años más”. Pedri pidió cariño para el canterano en el desfile de los campeones. Y está claro que Ansu sigue teniendo tirón entre la gente.

Si el Barça quiere fichar a Messi ya sabe que necesita hacer operaciones rápidas en el mercado porque el argentino no va a esperar. Pero la de Ansu no es fácil. Mendes lo mueve en el mercado y siempre tiene la puerta abierta del Wolverhampton. Pero la última palabra la tiene el jugador y, si él no da el paso, la situación puede enquistarse.