Ansu, el último incendio en Can Barça
Las declaraciones de su padre, Bori Fati, adelantan la explosión de un caso que se veía venir hace meses. El futbolista mantiene el sueño de seguir, pero su entorno le empuja a moverse. El Barça, de momento, no quiere venderlo.
Las declaraciones de un exaltado Bori Fati en los micrófonos de la Cope, anunciando próximas reuniones con el agente Jorge Mendes y proclamando a los cuatro vientos que, si fuera por él, su hijo se iría del Barça, no han hecho sino adelantar un caso que se estaba calentando desde hace cuatro meses. Las extemporáneas declaraciones del padre de Ansu han sentado como un tiro en el club azulgrana, que si no tenía suficientes incendios, añade el de su dorsal número ‘10′.
Niño prodigio del Barça que aún acumula casi todos los récords goleadores de precocidad en el club, Ansu, con contrato hasta 2027 después de una ampliación que el club consideró estratégica, y a la que añadió el símbolo de darle el número nada menos que de Messi, no es feliz con los minutos que tiene en el Barça y está sufriendo. También lo hizo en Qatar. Celebró a lo grande la llamada in extremis de Luis Enrique para el Mundial, pero luego se desencantó por no jugar más. Con el Barça, ha jugado 38 partidos oficiales esta temporada, pero sólo once como titular. Apenas ha marcado seis goles (sólo uno partiendo desde el once) y no se siente cómodo. Ha perdido la confianza futbolística y el ánimo. Esta temporada, apenas ha tenido un par de chispazos geniales (ante la Real Sociedad en el Reale Arena y su golazo contra el Betis en Riad en la semifinal de la Supercopa)
En principio, y pese a estos días duros, Ansu mantiene su sueño de triunfar en el Barça, el club donde se ha terminado de formar y donde saltó a la fama. Sin embargo, su entorno le empuja a salir. Considera que Xavi no le da los minutos que merece y que los técnicos no se lo creen desde que el futbolista se negó a operarse cuando en enero de 2022 se lesionó en el tendón proximal del bíceps femoral de la pierna izquierda. Para Xavi y sus médicos de confianza, la solución era viajar a Finlandia para que lo operase el especialista Lasse Lempeinen (que intervino a Dembélé y Sergi Roberto). Ansu prefirió seguir un tratamiento conservador y, aunque teóricamente está al cien por cien, no ha terminado de recuperar el nivel que demostró antes de lesionarse por primera vez el menisco de la rodilla izquierda en noviembre de 2020. Dos años y medio después de aquella lesión ante el Betis, aún está en la búsqueda de las mejores sensaciones.
Mateu Alemany ya le ha dicho al padre de Ansu que el futbolista es patrimonio del club. La primera prueba de que no lo va a regalar. Pero su caso, por más que el jugador quiera seguir, es complicado porque Xavi no le puede garantizar minutos. Algunas voces abogan por una venta del jugador, pero esa sería una gestión arriesgada. Si Ansu triunfa, la afición no perdonaría a los actuales gestores. La cesión del futbolista no es una opción descabellada. Un año en un equipo que juegue la Champions para tratar de encontrarse con el mejor Ansu es una opción factible. Finalmente, Ansu también podría seguir y pelear por el estatus que no está teniendo esta temporada. Lo que es seguro a día de hoy es que al Barça, como si tuviera pocas, le ha explotado otra bomba.