Álvaro Valles busca su lugar en la clandestinidad
Al portero de Las Palmas se le vienen los meses más duros de su carrera. No pudo salir este verano y ahora le esperan la grada y el trabajo invisible.
Las Palmas se ha encontrado con un sonoro problema que venía de muy lejos y que se ha repetido como una letanía desde que acabara la temporada anterior. Resulta que Álvaro Valles tenía muy claro que solo quería jugar esta temporada en el Betis, club en el que se formó y del que precisamente lo fichó su actual equipo en 2018 para que jugara en el filial. Pero los verdiblancos no subieron su oferta, los despachos insulares se mostraron inflexibles y el portero, que hace no tanto estuvo a punto de ser llamado a filas por Luis De la Fuente, se encuentra en el limbo.
La situación, en cualquier caso, no es en absoluto nueva para nadie. Las Palmas ya sabía desde hace muchos meses que Valles no quería renovar el compromiso que acaba en 2025 y la amenaza no tardaba en llegar: o traspaso o grada. No quería exponerse la entidad a que le pasase lo mismo que con Sergi Cardona, que completó una gran temporada de debut en Primera y se acabó marchando gratis al Villarreal hace unas cuantas semanas.
Valles, además, excelente profesional siempre, trabajo tan invisible como mudo el suyo, se había ganado la renovación en el campo, pues el curso pasado le reportaría automáticamente uno más siempre que fuera capaz de jugar más de 25 partidos, lo cual consiguió sobradamente. “Tengo un año más de contrato pero no pienso en el futuro”, decía. Sus descollantes actuaciones, que le llegaron a convertir en el arquero con mejor porcentaje de paradas de las cinco grandes liga europeas, empezaron a hablar por él. Incluso, cuando el pasado mercado invernal estaba bajando el telón, la propia UD aseguró que el Nothingam Forrest estaba dispuesto a pagar 20 millones por él. Pese a ser un futbolista con predilección por continuar su carrera fuera de Gran Canaria más allá del verano, Las Palmas rechazó dicha proposición
Se empezó, entonces, a regar la amenaza de la grada que ahora tiene a Valles trabajando en la clandestinidad. No aparece en las fotos difundidas por la entidad aunque sí se deja ver, cada día, por la Ciudad Deportiva. No le queda más remedio a ambas partes. A Las Palmas, que por ley debe inscribirle en la liga, con el gasto correspondiente, y a abonarle todo su salario. Y al propio Valles, que de lo contrario se expondría a un posible despido procedente y tensaría todavía más las relaciones con la entidad. El club, además, se había cubierto las espaldas con las llegadas de Cillessen y Dinko Horkaš.
Las Palmas tenía un plan con él, y no era otra que mandarlo al Olympique de Marsella. Sin embargo, Valles prefirió esperar por el Betis, que nunca subió de los 4-5 millones rechazados en su momento por la entidad insular. Unos por otros y al final es Valles que se queda sin jugar. A Luis Carrión, su entrenador, no le quedó más remedio que aceptar. Tampoco es que tenga obligación de convocarle. Ni siquiera lo hizo ante el Alavés ni ante la ausencia de Horkaš por su reciente paternidad. Cillessen, el actual primer portero del equipo, parece de momento cubrir su ausencia con garantías.
Rescisión
Salvo improbable rescisión de contrato, Valles se queda en Las Palmas como poco hasta enero entrenando, pues no le queda más remedio al club que tratarlo como a uno más, pero sin jugar. “Será un aficionado más en la grada”, como decía hace unos días Miguel Ángel Ramírez, máximo accionista y presidente del club. “Defiende sus intereses y lo entiendo perfectamente”, decía un pacífico Valles.
Ahora en la clandestinidad que le deja fuera de los partidos, Valles ingresa en el particular Club de la Lucha, allí donde las frustraciones son la base del futuro éxito y la amarga supervivencia. De él se libró, hace justo un año y también por empecinamiento de García Pimienta, Sergi Cardona. En su día le tocó a su ex compañero Jonathan Viera, apartado como estaba cuando jugaba en Las Palmas Atlético, segundo equipo amarillo, por no renovar acorde a lo que le pedía la entidad.
Hoy estrella en la Real Sociedad, el reciente campeón de Europa con la Selección, Alex Remiro pasó por idéntica situación cuando, estando en el Athletic, quiso esperar hasta julio de 2019 para mudarse libre de cargas a San Sebastián. Sonado fue también en el Barça el caso de Illaix Moriba, cada día más lejos del estelar nivel que se le presuponía, tantos intereses cruzados, muchos de ellos ajenos a él, a la hora de gestionar su presente y futuro deportivo. Un histórico como Bernd Schüster llegó gratis al Real Madrid en 1988 tras un año de Tribuna en el Camp Nou por negarse a seguir de azulgrana, destacados también en España los casos de un campeón del Mundo como Fernando Llorente, tan polémica su partida del Athletic, o Duda, que tiempo después hizo las paces con la dirigencia del Málaga. También tuvo un gran impacto mediático el caso de Rabiot, que no quiso renovar con el PSG para irse al Barça y, tras muchos meses de tribuna en el Parque de los Príncipes, se fue a la Juve.
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