Álvaro persigue el Euro-pichichi de Bolo: “Ojalá siga la racha”
El extremo de Utrera marcó al Hacken su cuarto gol en Conference y se acerca al récord de Bolo, que anotó siete en la UEFA de 2000-01.
“Me pierdo con tanto número. Son muchos ya”, bromea Álvaro García. No para de marcar y tampoco de batir récords. Si el pasado domingo, en el Ciutat de València, el extremo superaba a Alberto Bueno como máximo goleador del Rayo en Primera, este jueves continuó con paso firme su camino hacia el Euro-pichichi de Bolo. Su diana al Hacken es la cuarta ya en Conference y se acerca al registro del delantero vasco, quien alcanzó los siete tantos en la UEFA de la 2000-01.
“Ojalá siga la racha. Estoy contento por haber marcado y por ayudar al equipo. Feliz por eso”, confiesa en la zona mixta del Gamla Ullevi. El utrerano se había estrenado como goleador continental en la ronda previa contra el Neman Grodno. Suyo fue el tanto de la victoria en Szeged (Hungría), desatrancando un partido bastante enredado ante los bielorrusos, y en la vuelta de Vallecas firmó un doblete para deleite de la hinchada.
Álvaro es un valor seguro y su importancia en el empate frente al Hacken fue más allá del 0-1. A él le hicieron el penalti, en el 100’, que terminó anotando Ratiu y significó el empate. “No nos hemos adaptado. Ha sido una pena. Cuando he marcado, ellos ya habían tenido tres clarísimas. Nos vamos contentos. El punto no nos lo quita nadie. Esto es Europa”, reflexiona el extremo, que valora la presencia de más de 400 rayistas en Gotemburgo: “Que Andrei haya marcado en esa portería ha sido muy guay. Para ellos sí que son difíciles los viajes. Vienen de todos lados, con escalas por un montón de sitios…”.
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El utrerano es uno de los capitanes del equipo y uno de los pilares de este Rayo de Iñigo, como en su día ya lo fue en el de Iraola. Hasta el punto de que el técnico de Usurbil se lo quiso llevar para su aventura en la Premier. Sin embargo, Álvaro ha echado raíces en Vallecas, donde ha hecho historia. Lo fue desde su llegada, como el fichaje más caro de la Franja entonces, y más aún cuando se liberó de ese sambenito para empezar a brillar. Su leyenda continúa a base de partidos, goles, asistencias… y magia. Porque Álvaro tiene su sitio en el olimpo rayista.
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