Almada, integración exprés en busca de puntos: se esperan cambios en su propuesta futbolística

El fichaje que más ruido ha generado en el Real Oviedo en los últimos tiempos se examina por primera vez este sábado, en el trascendental choque ante el Celta, una cita cargada de simbolismo que pone el broche a un 2025 agridulce para el oviedismo. El ascenso a Primera División tras 24 años debía convertir el curso en inolvidable, pero los últimos meses, marcados por una profunda crisis deportiva y social, han enturbiado el panorama. El duelo del sábado, además del estreno de Guillermo Almada en el banquillo, ofrece al menos la oportunidad de maquillar el final de año y regalar una alegría a la afición antes del parón navideño.

El nuevo entrenador ya está a los mandos. Almada acumula tres sesiones al frente del primer equipo y todavía dirigirá un último entrenamiento para terminar de perfilar el once que se mida al conjunto vigués. En su presentación no quiso desvelar demasiados detalles sobre el estilo de juego que pretende implantar, pero sí dejó clara una idea que considera irrenunciable: que la afición se sienta orgullosa de su equipo. “Los jugadores están golpeados. Quieren revertir la situación, están preocupados, pero con muchas ganas de salir de esta posición”, explicó, destacando la predisposición mostrada por el grupo en sus primeros días de trabajo.

Dudas tácticas en el estreno

Una de las principales incógnitas gira en torno al sistema y a los nombres propios. El Oviedo ha competido durante toda la temporada con el 4-2-3-1 como esquema base,aunque con variaciones puntuales en función del rival y del contexto de partido. Ahora, con la llegada de Almada, queda por ver si se mantiene esa estructura o si el técnico apuesta por un dibujo diferente, como un 4-4-2 más clásico que permita una mayor presencia en el área rival, uno de los déficits más evidentes del equipo en las últimas jornadas.

La necesidad de encontrar soluciones ofensivas es evidente. El conjunto azul arrastra una sequía que empieza a generar inquietud en el entorno, con seis partidos completos sin marcar. El nuevo entrenador es consciente de que mejorar ese registro será clave para recuperar confianza y competitividad en una fase del calendario importante pues se acerca el mercado invernal.

La posición de Viñas

Una cuestión que sí quedó aclarada en la presentación de Almada es el rol que reserva para Fede Viñas, uno de los futbolistas más destacados en las últimas semanas, junto al siempre fiable Aarón Escandell. El delantero uruguayo había sido utilizado en la banda durante la etapa de Carrión, pero para el nuevo técnico no hay dudas: “Es delantero centro”.

Almada considera que Viñas puede ayudar en momentos puntuales en otras posiciones, pero entiende que para explotar al máximo sus virtudes debe estar cerca del área. El charrúa se perfila así como la principal baza para poner fin a la falta de gol y liderar una reacción que el Oviedo necesita con urgencia.

El partido ante el Celta, más allá del resultado, servirá como primer termómetro para medir el impacto del nuevo proyecto y comprobar si el equipo empieza a encontrar el camino que le permita mirar el futuro con mayor optimismo.

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