Almada, estreno inusual: de cuestionado en Valladolid a debutar en Primera
El Oviedo del técnico uruguayo se estrena ante un Celta de contrastes, al alza en Liga pero recién eliminado de la Copa. Baja importante en los visitantes: Borja Iglesias.



Una de las frases de cabecera de Guillermo Almada es que “la perfección es la madre de la repetición”. Condensa en la sentencia un método personal, insistente en la práctica, con largas sesiones, muy encima del futbolista. Entrenador al detalle. Pero a lo que se enfrenta hoy Almada es a un escenario opuesto: lograr resultados en apenas tres entrenamientos. El Celta mide por primera vez al Oviedo de Almada y el Carlos Tartiere espera desconfiado un nuevo estreno, el del tercer entrenador (sigue el partido en directo en AS.com).
La jugada es bastante inusual en el fútbol español. Almada estaba cuestionado en el Valladolid, favorito al ascenso a Primera que navegaba por el décimo puesto. Pagó el club azul por su contratación. O más bien lo hizo el Grupo Pachuca, dueño del Oviedo. Ahí está la clave de la operación. Jesús Martínez, jefe de Pachuca, es un enamorado de los métodos de Almada desde que este le llevara a ganar la Champions de la Concacaf, entre otros éxitos, en el humilde Pachuca. Y a él se acoge ahora para buscar la reacción de un Oviedo tocado pero no hundido.
La operación no ha gustado precisamente a la afición del Oviedo, que acumula profundas decepciones desde el ascenso de junio, en especial con el nombramiento de Carrión, al que habían tachado de la lista de hombres queridos tras su anterior salida a Las Palmas. Se espera con curiosidad la reacción de un público que podría manifestarse contra sus rectores en una cita tan importante para el equipo como es la búsqueda de una victoria que recorte la distancia con la salvación.
Almada solo ha dispuesto de tres sesiones para planear cómo meterle mano a un Celta peligroso a domicilio (14 puntos, el tercero que más suma). Pero deberá el uruguayo empezar a integrar su método y que se vean mejoras, pero sobre todo que se vean resultados. Con la salvación a cinco puntos de distancia y el parón invernal siguiendo a la cita, la victoria sería un impulso que puede resultar decisivo en la temporada.
Habrá algunos cambios en el once, aunque el sistema seguirá pareciéndose al 4-2-3-1 que tanto emplearon Paunovic y Carrión. En cuanto a las piezas, la duda está en el estado de David Costas, que ha atravesado problemas en la espalda durante toda la semana. Si no está en condiciones, será Eric Bailly el que actúe como central diestro. En cuanto al resto de bajas, son las conocidas de Nacho Vidal, David Carmo y Ovie Ejaria.
El Celta, a levantarse
El conjunto vigués llega a Oviedo con el orgullo herido después del batacazo sufrido en la Copa contra el Albacete. Por si fuera poco la eliminación copera, Giráldez pierde a su mejor hombre, Borja Iglesias, al que tuvo que forzar en el Belmonte. Los célticos suman cuatro triunfos consecutivos a domicilio en Liga, récord histórico, y buscan aumentar este registro.
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Con el Panda en casa y Iago Aspas exhausto tras disputar 120 minutos hace tres días, la responsabilidad goleadora recaerá en Jutglà, que está rindiendo por debajo de las expectativas, pues solo vio puerta en un partido de los 19 disputados (doblete ante Osasuna en El Sadar). El Celta estará arropado en el Tartiere por, al menos, 700 personas. Hubo 5.000 peticiones de entradas, así que muchos estarán mezclados con la afición local por las gradas del estadio ovetense.
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