Algo pasa con Lewandowski
El The Best de 2020 y 2021 ha pasado de un espectacular 1,08 de promedio en la jornada doce de Liga a un 0,28 en los catorce partidos siguientes que ha jugado. La temporada pasada hizo 35 goles en la Bundesliga. Este curso lleva 17.
“Tener un Mundial a mitad de temporada ha sido complicado para algunos jugadores. No sabría explicar por qué”. Hace unos días, Lewandowski trataba de explicar de alguna manera el motivo del brutal bajón de sus números. También hacía propósito de enmienda y prometía mejorar. Pero los goles no llegan. La estadística del The Best de la FIFA en 2020 y 2021 ha caído en picado desde final de octubre. De los 13 goles en los doce primeros partidos (1,08 de promedio), a los cuatro de los últimos catorce partidos que ha jugado (Betis, Cádiz y dos ante el Elche), lo que supone un pobre coeficiente de 0,28.
Aún le quedan ocho jornadas para adornar sus números, pero de momento Lewandowski lleva la mitad de los goles que marcó la temporada pasada con el Bayern en la Bundesliga (35). Está lejos, además, del máximo goleador de las ligas europeas (Haaland lleva 32 en la Premier), y también está detrás de quienes encabezan la lista en Italia (Osimhen, Nápoles, 21 goles) y Francia (Jonathan Christian David, del Lille, 20). Lewandowski, sin embargo, sí lleva un gol más que Fullkrug (Werder Bremen), el máximo realizador en Alemania.
En el Barça, de momento, hay tranquilidad con Lewandowski. Su compromiso con el club desde el aterrizaje, su profesionalidad y el buen trato con el vestuario llenan mucho en la cúpula del club azulgrana. Tampoco se mira demasiado a su carné de identidad. Lewy está a punto de cumplir 35 años y tiene contrato con el Barça hasta 2026. Pero el mismo Lewandowski es quien ha mandado un mensaje de confianza esta temporada en el transcurso de las entrevistas que ha concedido. Se ve jugando al máximo nivel hasta los 38 años y, pese a algunas críticas recibidas en Polonia, ha decidido seguir jugando con su selección.
El bajón del jugador, sin embargo, no puede esconderse. Porque la que ha terminado siendo la Liga de Ter Stegen o del 1-0, apuntaba en los primeros partidos a ser la Liga de Lewandowski, que volaba en el inicio y amenazaba con unas cifras espectaculares. El polaco ha acusado, como el equipo, las bajas de Pedri o Dembélé, pero su rendimiento ya había empezado a bajar antes que el canario y el francés se lesionasen. Antes del Mundial ya estuvo tres jornadas sin marcar y hasta fue expulsado en Pamplona. Después, llegó una pequeña lesión y, a partir de ahí, al polaco le han podido más las ganas de jugar y de marcar que estar al cien por cien. “Jugar con dolor es parte del fútbol. No soy de los que no juegan porque sienten dolor”, admitía recientemente en una explicación que denota que durante muchos partidos, Lewandowski no ha jugado al cien por cien.
El polaco estuvo irreconocible en su egoísta acción del domingo. Cuando tenía todo para regalarle el 2-0 a Raphinha, decidió resolver por su cuenta ante Oblak y mandó el balón fuera. De la jugada se hubiesen escrito ríos de tinta si el Atlético hubiese empatado. Por suerte para Lewy, ganó el Barça, el título está cerca y él, pese a sus malos números en la segunda parte de la temporada, es aún el máximo goleador de la Liga. Su ambición, sin embargo, le obliga a hacer un tramo final que permita al barcelonismo irse con un buen sabor de boca de la primera temporada de Lewandowski quien, aseguran, se interesa mucho por saber qué pasará finalmente con Messi y su last dance en Barcelona…