VALENCIA
Alberto Marí, el salvador del Valencia forjado en el barro
El canterano marcó en Vigo un gol decisivo con sabor a permanencia. El jugador che completa la saga de los Marí. Su padre y su hermano también jugaron en Primera.
El Valencia dio un paso de gigante hacia la permanencia en Balaídos. Baraja se ha aferrado a sus chavales para salir de un aprieto histórico. Javi Guerra, Diego López y Alberto Marí, una vez certifiquen el objetivo, serán recordados como los niños de la salvación. Los tres canteranos han dejado atrás el filial, de Segunda RFEF, para gritar bien alto que están listos para batallas más grandes. Javi Guerra ya fue el héroe ante el Real Valladolid. En Vigo, el turno fue de Alberto Marí, un delantero nacido en el calor del Mediterráneo, pero forjado en el fútbol del norte. El ariete alicantino, con un testarazo de ‘nueve’ puro, desató la locura tras marcar el 1-2 en el minuto 88, un tanto con sabor a permanencia.
Alberto Marí (Alicante, 2001) debutó hace poco en Primera División con el Valencia. Lo hizo en Elche, en el Martínez Valero, curiosamente muy cerca de donde nació. Marí se formó en las categorías inferiores del Hércules y pronto se “le vieron maneras”. “Se le veían cosas distintas. Era más un segunda punta, con mucho gol, capaz de armar la pierna muy rápido”, recuerda José Antonio Palomino, exjugador del Hércules y coordinador del fútbol base durante la etapa de Marí en Alicante. “Le entrené en infantiles. Yo le ponía de mediapunta porque le faltaba físico. Ahora es un bicho, pero antes no estaba tan desarrollado y los centrales ya eran grandes. Tenía calidad y personalidad, pero era y un chico al que no le han regalado nada”, afirma Sevi, uno de los entrenadores de Marí en el Hércules.
Alberto dio sus primeras patadas en los aledaños del Rico Pérez, pero el fútbol siempre lo ha llevado en la sangre. La saga de los Marí ya tiene solera. Su padre, José Miguel Marí, fue un mítico portero del Hércules en los 90, muy querido por la afición blanquiazul. Luego, llegó Miguel (Alicante, 1997), el hijo mayor de los Marí. El mediocentro fue abriendo el paso de su hermano Alberto. Incluso, también debutó en Primera, con el Eibar de Mendilibar. Ahora, Miguel milita en el Intercity, en Primera RFEF. Los tres Marí pueden presumir de haber debutado en la máxima categoría, aunque el único que entró en la historia por marcar un gol en Primera es Alberto. Y lo hizo en Vigo, por la puerta grande.
Por cuestiones familiares, Marí hizo las maletas y puso rumbo a Valladolid. Junto a su hermano, siguió dando pasos en la cantera pucelana. El mítico Víctor Fernández, ex del Vilarreal y Valladolid, entre otros, le dio la alternativa en el Juvenil de División de Honor. “Recuerdo que era un poco endeble y algo fino, aunque se le intuían buenas condiciones, como la conducción, la zancada y técnicamente era bueno. Le subimos del Juvenil B al Juvenil A para jugar ante el Madrid. Y lo saqué en la segunda parte. Estuvo bien e incluso tuvo alguna ocasión. Me pareció un jugador valiente”, comenta a AS Víctor Fernández. Pero Marí, otra vez, estuvo cerca de su hermano Miguel y terminó en Eibar, donde no se arrugó y empezó a forjarse en el fútbol de barro, en un juego más directo, donde el físico empezó a tener un papel importante para el pequeño de los Marí.
La etapa en el Eibar y en el CD Vitoria le vino de maravilla a Alberto para crecer. El Valencia, atento a un chico de la ‘terreta’, le echó el lazo y le reclutó para el filial. El delantero fue clave en el ascenso del curso pasado de Tercera RFEF a Segunda RFEF. Antes de entrar de lleno en los planes de Baraja y dejar el Mestalla, Marí marcó once goles con el filial, unas cifras que le abrieron las puertas del primer equipo. Y de la gloria.
El entorno del jugador del Valencia afirma que el chico que se vio en el flash de DAZN el pasado domingo tras marcar en Vigo es Alberto en estado puro. Marí admitió, ante toda España, que tardaría unos días en mirar el móvil ante la avalancha de mensajes. “No ha cambiado nada. Es un un chico muy humilde, que se nota que su hermano mayor y su padre han sido y son futbolistas profesionales. Alberto es un chaval muy disciplinado, con una vida muy ordenada. Destaco el cambio que ha dado a nivel físico en los dos últimos años. Ha cogido mucha musculatura y no me sorprende que pueda estar al nivel físico de cualquier delantero de Primera. Él trabaja mucho por su físico porque ama su profesión”, afirma Joseto Frías, actual preparador físico del Intercity y con quien Alberto Marí hace horas extra en verano cuando está de vacaciones en su centro de Alicante.
“Es un chico humilde, disciplinado y trabaja mucho su físico porque ama su profesión”
De Alberto Marí todos destacan los valores que le han inculcado en casa, donde el fútbol le viene de cuna. Su padre y su hermano, lejos de volverse locos con la irrupción de Alberto, han decidido pasar desapercibidos en las últimas horas. Sus teléfonos han recibido mil mensajes y llamadas para hablar del pequeño de la casa y de la saga de los Marí. Pero el entorno familiar ha apostado por el silencio. No quieren que nada distraiga al salvador del Valencia. El club, mientras, presume de cantera y de tener atado a Marí hasta junio de 2024.