Alaba recupera su silla
Pese al runrún por una posible pérdida de estatus tras su lesión, ha vuelto titularísimo. Incluso con más confianza. Año complicado: el 31% de los partidos los ha visto desde la enfermería.
Alaba reapareció en Sevilla y le dio la vuelta al refrán. El hombre de la silla, recuperó la suya. De golpe y porrazo, sofocando las llamas de las dudas que le rodeaban. Porque lo hacían. Esta temporada ha sido un pequeño infierno para él: hasta tres lesiones le han hecho perderse 18 partidos (el segundo curso de toda su carrera con peores números en materia de enfermería). Dar un inevitable paso atrás que ha hecho de la dupla Militao-Rüdiger algo más habitual de lo que se preveía. El atípico tándem tuvo sus vaivenes, pero acabó rindiendo a un nivel notable... y eso dejó a Alaba ante una tesitura complicada. ¿Y si ha perdido el puesto?
Así llegó a La Cartuja, recuperado de una pequeña rotura en el tríceps sural de la pierna derecha. Con los violines de Psicosis rondando por su cabeza y el temor de que Ancelotti hubiese pasado página. Ni mucho menos: con sólo dos entrenamientos, lo puso en el once. Un grito público de que Alaba es su hombre de confianza. Y a partir de ahí, titular en las otras dos citas importantes: ida y vuelta frente al City. Incluso cuando la presencia del ‘anti-Haaland’ vaticinaba turbulencias, él se mantuvo impasible. Sabedor de que Ancelotti no iba a dudar. Jugó.
Si está... titularísimo
Y lo cierto es que desde su recuperación, viene transmitiendo notables sensaciones. Ante Osasuna no achacó la falta de ritmo y en la ida del City fue crucial para escoltar a Rüdiger en la misión ‘maniatar a un gigante’. Una segada suya fue, de hecho, providencial para evitar un zurdazo del citizen en la única que consiguió despistar a ‘Rambo’. Sí empeoró en la vuelta, como todos. Pero ahí está Alaba: tres lesiones y 18 partidos ausente después, titularísimo. Indiscutible. En estos momentos... hasta el líder de la defensa, por delante de un Militao que también ha entrado en zona confusa.
Alaba se mantiene impasible y ya ha dejado atrás su infierno. Porque ha estado mucho, mucho tiempo de baja. La temporada pasada fue el 4º del equipo en minutos y esta, va el 12º. Un bajón ostensible. En total, ha visto desde la enfermería el 31% de los partidos de este curso (18, de 59). Radiografía resumida de un año muy complicado de gestionar en lo personal, salpicado por una lesión en el soleo de la pierna derecha (justo antes de la Supercopa de España) y una rotura en el bíceps femoral (Anfield). Tres reveses que ya son pasado. Porque Alaba, por si aún había algún miedo de recaída, la ha despejado. Está perfectamente. Y es indiscutible. Dueño, de nuevo, de su silla.