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VALENCIA

Al Valencia le urge reanudar la obra del estadio

Las cuentas dibujan la necesidad y explican la voluntad del club de poner en marcha el Nuevo Mestalla. Su deuda es de 335 millones.

Actualizado a
Una bandera con el escudo del Valencia en Mestalla.
SERGIO PEREZREUTERS

El Valencia ha puesto a disposición de sus accionistas las cuentas del ejercicio 2022/23 así como el presupuesto para la 2023/24, que son las que presentará en su próxima Junta de Accionistas del 14 de diciembre. Las cuentas dibujan la necesidad y explican la voluntad del Valencia de reanudar cuanto antes las obras del Nuevo Estadio, dado que le urge aumentar sus ingresos (121 millones en el ejercicio pasado) y a su vez reducir sus gastos financieros (28 millones más intereses al año), que sumándolos a otras obligaciones dan una deuda a corto de 134 millones (hasta un total de 335 millones a largo plazo).

El Valencia, que cerró el ejercicio pasado con unas pérdidas de 1,2 millones antes de impuestos (6,9 millones en total, alcanzando “prácticamente el punto de equilibrio”, como ha apuntado en su aviso a los accionistas de que tienen a disposición las cuentas), augura todavía dos o tres años complicados en términos económicos. Y ese plazo será ‘solo’ de dos o tres años siempre y cuando se reanude el estadio. El Valencia, según la fotografía de su balance, está en una situación de bloqueo, porque tiene una deuda a corto plazo que necesita reducir y reestructurar, aunque se encuentra maniatada en las negociaciones con las entidades financieras al tener un estadio por construir y otro que no puede vender hasta terminar el otro.

Calcula que necesita para acabar el estadio entre 160 y 170 millones

El Valencia calcula que, para acabar el estadio, en el que lleva ya invertidos 173 millones, le faltarían entre 160 y 170 millones (incluyendo el coste del pabellón municipal que tiene que sufragar). El club tiene hoy en día bloqueados en una cuenta 50 millones del acuerdo de CVC con LaLiga, a los que sumará otros 30 millones el próximo 30 de junio. La entidad tiene previsto completar el gasto del estadio con la venta del terciario del Nuevo Estadio y otros activos como las oficinasl del club (tiene un principio de acuerdo con la sociedad Atilan por unos 30 millones) y con la solicitud de nuevas líneas de crédito. La reanudación de las obras, según se apunta desde el club, le permitiría reducir (con la venta de la parcela de Mestalla, de la que resta pagar 90 millones de hipoteca) y renegociar la deuda a corto y largo plazo.

Tal como apuntó AS, el Valencia estima que sus ingresos ordinarios vinculados a la explotación comercial y venta de entradas y abonos se duplicará con el traslado al Nuevo Estadio. El ejercicio pasado, el Valencia aumentó sus ingresos ordinarios con respecto al ejercicio anterior un 10% (de 110 a 121 millones), incrementando los ingresos por abonados y socios (de 11 a 15) y los comerciales (de 21 a 23), aunque vio reducidos sus ingresos por televisión (de 71 a 68) por el pago del acuerdo de CVC, sus audiencias y su posición en la tabla clasificatoria.

El Valencia, en sus estimaciones financieras, no contempla o rehúye de incluir en sus planteamientos a corto plazo un aumento de los ingresos por competiciones (volver a Europa). Principalmente, porque en su hoja de ruta en los próximos dos o tres años mantiene su tendencia a reducir gastos o cuanto menos mantenerse en lo que a coste de personal se refiere (salarios más amortizaciones). Es decir, se ajustará la plantilla a las posibilidades económicas del club, si bien, el equilibrio presupuestario que se ha alcanzado este ejercicio (1,2 millones de pérdidas, cuando el curso anterior se cerró con 44 millones).

Invirtió en gastos de personal: 84 millones

El Valencia alcanzó ese ‘equilibrio’ gracias a su aumento de ingresos y su reducción de gastos en el ejercicio 2022/23 un 19% (de 165 a 134). Esta disminución de gasto atiende principalmente a un reajuste en el coste de plantilla (el gasto en personal deportivo y no deportivo pasó de 94 a 84 millones) y también a una reducción en las amortizaciones de 41 a 18 (por las ventas de activos como Guedes o Maxi Gómez y la escasa incorporación de futbolistas vía traspaso). Esa tendencia, más allá del margen de Fair Play Financiero que le permite LaLiga (mayor a lo que se gasta el club en su plantilla), se mantendrá en los próximos años.

Reducción de la deuda: de 375 a 335 millones

El Valencia, en el último año, ha reducido su deuda total en 40 millones, de 375 a 335, aunque le sigue asfixiando su deuda a corto plazo y su incapacidad por los factores comentados de poder reestructurar sus préstamos hasta que se resuelva el entuerto del nuevo estadio y las entidades financieras vean más cercana la venta de la parcela de Mestalla. La deuda a corto plazo del Valencia, la que tiene que pagar en 12 meses cada vez que sube la persiana el 1 de julio de cada ejercicio, asciende a 134 millones, aunque ahí están incluidos los préstamos que concede Peter Lim, cuya devolución hasta la fecha prolonga o capitaliza, y las nóminas a pagar a los futbolistas. Así, como deudas anuales que lastran al club: 28 millones de devolución de préstamos, 40 millones por compra de futbolistas, 4 millones por el pago de la permuta al Ayuntamiento y 12 millones en intereses. Solo esas cuatro partidas suponen un 70% de la cifra de negocio (121 millones), a pesar de que todas ellas se han reducido en el pasado ejercicio (de 92 a 84 millones).

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