Al Girona se le congela el mercado en invierno

El Girona sigue demostrando que el mercado de invierno no le da excesiva confianza. Tuvo el bombazo del fichaje de Arthur Melo, procedente de la Juventus, y ahí se quedó. Lo cierto es nada fuera de lo habitual porque la entidad rojiblanca, en invierno, parece que se congela. No acostumbra a utilizar esta ventana para retocar en exceso a su plantilla y el invierno con mayor producción fue cuando, en el de la temporada 2022-23, llegaron Viktor Tsygankov y Alexander Callens. Dos piezas nuevas que son, de momento, el tope de fichajes en una misma temporada en comparación con todas las que se acumulan en Primera.

Desde el ascenso a Primera, en 2017, el Girona no es ‘amigo’ del mercado invernal. El director deportivo, Quique Cárcel, siempre ha confiado en la confección de la plantilla realizada en verano y ha tratado que los técnicos obtuviesen la mejor versión de los jugadores que estaban desde el inicio de la campaña. En el primer mercado invernal en Primera, el de la campaña 2017-18, solo llegó Choco Lozano, procedente del Barcelona B por cerca de dos millones de euros.

Un curso más tarde, 2018-19, el del descenso a Segunda tampoco se quemó la bala del mercado invernal. Eusebio no pidió refuerzos y solo llegó Raúl Carnero para apuntalar la defensa. Para el regreso a Primera, la 2022-23, sí que se utilizó más la ventana invernal, pero fue para traer a Tsygankov, aprovechando la excelente gestión de Pere Guardiola. El ucraniano aterrizó en Girona procedente del Dinamo de Kiev por cinco millones. También se firmó a Callens, libre procedente del New York City.

La pasada campaña, en invierno no se firmó a nadie y es que todo estaba siendo histórico, con el equipo lanzado hacia la Champions. La prioridad fue retener todo el talento y se logró. Y este invierno ha aterrizado Arthur, por 900.000 euros (700.000 fijos más 200.000 en variables) como cedido por la Juventus.

Fichar en invierno no gusta en Girona. Incluso, este curso, han habido más salidas que entradas. Como las de Pau López y Selvi. Pudo vivirse una tercera, la de Jhon Solís, pero el club le cerró la puerta de salida al centrocampista colombiano. El Oporto llamó a la puerta del Girona en las últimas horas del mercado para que fuese el sustituto de Nico González, pero se le considera un futbolista de presente y tremendo futuro en el club gerundense. De ahí que no se aceptase la oferta, que rozó los 12 millones de euros.

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