Al Espanyol le invade la felicidad

El Espanyol vive en un estado de felicidad que hacía muchos años que no se experimentaba en la entidad blanquiazul. En un club acostumbrado a transitar por el alambre, a las protestas en la grada y a la ausencia del propietario, todo lo que está viviendo esta temporada le sabe a gloria. El Espanyol es tercero, con diez puntos, empatado con el Barça. Invictos en un inicio de campeonato memorable, en absoluta comunión con la grada y con la propiedad del club a punto de cambiar de manos. Todo en el Espanyol es felicidad.

Primero, y lo más importante, es lo deportivo. Porque al final, si el balón, entra todo lo demás fluye. Y vaya si está entrando. El Espanyol es con ocho goles el segundo máximo goleador del campeonato, empatado con el Real Madrid, y solo superado por el Barça. A una media de dos goles por partido el equipo ha sumado 10 de 12 puntos en uno de los mejores arranques del siglo XXI. E incluso pudo ser mejor, porque ante la Real pudieron perfectamente ganar el partido: el Espanyol se puso 0-2 y, una vez empataron los vascos, Puado tuvo una última acción para llevarse los tres puntos de vuelta a Barcelona. Ante el Mallorca, con un jugador menos durante 50 minutos, lograron aguantar las embestidas y marcar en la segunda parte para llevarse el encuentro. El sábado visitan el Santiago Bernabéu ante un Real Madrid que lo ha ganado todo en un partido evidentemente complicadísimo. Pero si el Espanyol gana, que hoy por hoy no se puede descartar, será líder de Primera por lo menos hasta el domingo por la noche.

Pero no toda la felicidad está en el verde, sino también en la grada. Ante el Mallorca, un lunes, el RCDE Stadium registró una asistencia de más de 26.000 espectadores. Una cifra impensable hace no tanto para un partido entre semana. Además, el club ha superado los 31.000 abonados y los 35.000 socios. Cifras casi de otra época, de cuando el Espanyol inauguró el RCDE Stadium, que demuestran que pese a las malas temporadas que le ha tocado vivir a la afición, con dos descensos incluídos, la masa social perica no deserta. Y eso se nota. Los de Manolo han hecho de su estadio un fortín, ganando los tres partidos que se han disputado esta temporada y sacando ya muchísimos puntos la pasada.

Y finalmente la propiedad. La era Rastar, liderada por Chen, toca a su fin. Con la venta pactada, se está tramitando el traspaso de poderes a Velocity Sport Limited para poner fin a una época negra en lo deportivo. Las protestas contra el palco han sido la normalidad en los últimos tiempos, pese al saneamiento económico y al acierto de firmar a Garagarza. Como casi todo en la vida, la era Chen ha tenido luces y sombras. Pero estas últimas han pesado más en una afición harta de vivir en la mediocridad. A la espera de que los nuevos dueños empiecen a gestionar y tomar decisiones por sí solos, lo que sí se percibe ya en Cornellà-el Prat es que el talante de la nueva propiedad es muy diferente a la de sus antecesores chinos. Pace es un hombre cercano que atiende a los partidos y departe con la afición. Y con la aparición estelar de JJ Watt en el partido ante el Atlético de Madrid, y la exposición mediática que ha supuesto para el club, se ha ganado el corazón de los pericos.

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