Aihen destroza la nada

La Real Sociedad se llevó el triunfo ante el Betis en San Francisco merced a un buen tanto de Aihen para cerrar su pretemporada con una sonrisa y disparar las dudas en los verdiblancos. Los de Imanol expusieron una versión más intensa de juego que la de su rival pese a que aún debe encontrar un sustituto a Silva en la sala de máquina y espera tener a sus arietes en liza lo antes posible. Las sensaciones del Betis son más cautas: el debut de Isco no arregló los problemas de creación y la falta de pegada sigue siendo un deber a corregir. La Liga asoma y las probaturas ya son historia.

Tardó 30 segundos la Real Sociedad en dejar su huella. Brais recibió un balón en tres cuartos y desde el borde del área lanzó un misil que se estrelló en el poste derecho de Rui Silva. Era más intenso el conjunto de Imanol, que encontraba con fluidez a sus hombres de ataque sin que el Betis pudiera tomar aire. Una asociación entre Bellerín y Luiz Henrique puso en alerta a la defensa realista, pero los mandos eran para Mikel Merino y González de Zárate. Kubo y Cho unían hilos con Brais e incluso Carlos Fernández, el único nueve en poder de Imanol, brillaba en ese juego combinativo al que le faltaba un pegador.

Si de nueves improvisados iba la película, Pellegrini apostó por colocar en punta a Ayoze a la caza de algo diferente. Pero el canario no es una referencia estándar y se notó. Tenía cerca a Isco y también al móvil Juan Cruz, pero apenas tenía la oportunidad de encarar o amenazar con un desborde vertical. Al Betis le faltaba creación. Isco retrasaba su posición para ayudar a Guido y Guardado, pero la presión de la Real frenaba esas intenciones con solvencia. La pizarra de Imanol era diabólica en la presión pero menos eficiente en la finalización. Guido pronto comprendió que su sostén era tan agotador como necesario. Y el primer tiempo se despedía con otro lanzamiento envenado de Brais, esta vez de libre directo, que Rui Silva salvó.

Revolucionó su once Pellegrini en la reanudación. Rodri tomó los mandos de Isco y Marc Roca absorbió el fútbol de Guardado. Imanol, mientras, tiró de Oyarzabal a sabiendas que la belleza es válida pero necesita un ápice de eficacia. Le Normand probó los reflejos de Rui Silva con un buen remate de cabeza y la Real siguió a lo suyo. Presión, asociación y verticalidad. Un estilo con el sello Imanol que dañaba al Betis e impedía que los verdiblancos generasen acción de peligro.

Ayoze parecía no encontrar su sitio como nueve, pero en su primera aparición en el área, dibujó un pase mágico para Marc Roca, que estrelló su disparo en el poste de Remiro. Fue la primera ocasión clara de un Betis que pretendía cazar espacios al comprender que tomar los mandos del balón era casi una utopía. Pero ese amago de despertar bético se quedó ahí. Y apareció de nuevo el ímpetu de la Real. Un saque de esquina lo cambió todo. Brais y Kubo jugaron a divertirse con pases cortos antes de dejar un servicio al borde del área para la aparición de Aihen Muñoz, que golpeó con su zurda para mandar el balón a la red de un impotente Rui Silva.

El Betis echaba en falta el balón y la Real se sentía bien con él. Borja Iglesias tomó su lugar como punta y peleó lo que pudo sin sacar casi frutos de sus luchas. No hubo demasiadas opciones para el conjunto de Pellegrini, que cierra su verano que más dudas que certezas mientras el mercado aún trata de responder a sus necesidades. Echar de menos a Canales parece una realidad evidente. La Real, mientras, camina por un sendero semejante al de la pasada campaña. Y eso es sin duda una muestra más que meritoria de que su candidatura a las alturas sigue muy presente.