Agoney, el pirata blanco que se quedó en tierra
El talento de Gáldar, que iba para estrella del Real Madrid tras salir de la UD Las Palmas, analiza en AS el duelo entre ambos equipos que se juega esta tarde en el Santiago Bernabéu.
Iba para megaestrella, pero el día que zarpó el barco del éxito la mala suerte impidió que Agoney González (Gáldar, 28 años) subiera a bordo. Su amor por el mar no le sirvió de mucho en esa ocasión. Formado en la cantera de la UD Las Palmas, Agoney, al que su hermano puso el apodo de El Pirata durante una travesía marina, llegó al Real Madrid con 16 años para jugar con el Juvenil C. Era un mediapunta habilidoso y con mucho talento.
Fue superando etapas y subiendo peldaños en la escalera de La Fábrica hasta llegar a entrenarse con el primer equipo. “Estaban Cristiano, Bale, Benzema, Ramos, Marcelo, pero yo babeaba con Isco. Era diferente. Todos le llamaban Magia. James también me impresionó”, rememora el canario, que anteriormente también tuvo como referente a Mesut Özil. Ancelotti confiaba en él y estuvo a punto de debutar en partido de Copa del Rey. Justo en ese momento comenzó su pesadilla. “Me lesioné en el bíceps femoral y perdí la oportunidad de estrenarme con el primer equipo. No pude tener peor suerte”, recuerda Agoney.
Los problemas físicos le impidieron mantener el gran nivel que llamó la atención del técnico italiano. Cuando le quedaba un año de contrato y el Madrid se planteaba cederle para que tuviera más continuidad, apareció el Borussia Dortmund con una propuesta irrechazable. Tras llegar a un acuerdo con los dirigentes de Valdebebas, aterrizó en Alemania. El Pirata recuperó la confianza y la ilusión: “Estaba Tuchel de técnico y yo compartía entrenamientos con Reus, Aubameyang y Januzaj, que estaba cedido por el United. Era una pasada”, cuenta, mirando por el retrovisor un pasado ilusionante.
El navegante retomaba el rumbo correcto. Todo volvía a su cauce. Soñando con un buen estreno en la Bundesliga, el infortunio le dio otro zarpazo, en este caso doble. “Me rompí el tobillo dos veces en ocho meses. Tardé cuatro en recuperarme de la primera lesión y en el primer entrenamiento tras mi regreso, en un salto, volví a fracturármelo”, evoca con pena Agoney.
Perdió toda la temporada y la rehabilitación fue compleja. Los médicos del club le dijeron que una tercera rotura podría dejarle cojo. “Ahí me vine abajo. Rescindí el contrato en Dortmund y pensé en dejar el fútbol y en enrolarme en un barco de pesca para irme tres o cuatro meses a alta mar”, relata el protagonista. Con el cuerpo herido y la fe perdida, le convenció el Saucillo, un club modesto de Gran Canaria, para intentar recuperar la esperanza. Marcó 25 goles en tres meses y le fichó la UD Las Palmas para su filial. Él lo recuerda con alegría: “Hicimos una segunda vuelta espectacular y nos salvamos del descenso a Tercera. También entrené alguna vez con Paco Jémez en el primer equipo”.
Su gran rendimiento no le llegó para que le abrieran las puertas del Estadio de Gran Canaria. Comenzó a deambular por equipos de menor rango, entre ellos el Atlético Paso, club de La Palma, donde vivió y sufrió las consecuencias del volcán: “Esa sí fue la peor experiencia de mi vida, por delante de todas las lesiones”, asegura.
‘Pelotea’ en Tercera RFEF
Actualmente, con 28 años, se divierte en el CD Buzanada, de 3ª RFEF. “Aún vivo de esto, pero cuando me retire lo haré de la pesca, que es mi otra gran pasión. Ahora soy feliz y eso es lo más importante después de lo que me ha ocurrido”, asegura el atacante, sin olvidar su pasado: “Hace unos días, viendo al Juvenil del Madrid en la Youth League, empecé a pensar si podía haber hecho las cosas de forma diferente, pero no me arrepiento de nada. He tenido mala suerte”, confiesa con nostalgia.
De cara al duelo del Bernabéu, Agoney no duda: “Quiero mucho al Madrid, pero la tierra tira bastante y la UD necesita más los puntos”, concluye El Pirata. Cuando se siente frente al televisor, su mente echará a volar. Sabe que podría haber jugado con cualquiera de las dos camisetas.