Adiós a ‘Pinotxo’, el emblema del rincón perico de La Boqueria
Socio 543 del Espanyol, el restaurador barcelonés falleció a los 89 años en el Hospital de Barcelona después de una vida ligada al mercado y de su sentimiento por el club blanquiazul.
La ciudad de Barcelona y el Espanyol amanecieron este martes con una triste noticia. Joan Bayén (Barcelona, 1934), socio número 543 del club perico y uno de los emblemas del Mercat de la Boqueria, falleció a los 89 años en el Hospital de Barcelona. Conocido como ‘Juanito’, era el dueño del famoso bar ‘Pinotxo’ desde que heredó las seis paradas que tenían sus padres, y se convirtió en uno de los emblemas del mercado. También lo fue del Espanyol durante la etapa de Dani Sánchez Llibre como presidente, donde los actos de peñas se hicieron populares, como la famosa ‘cigronada’ organizada por el propio Bayén y por los Pericos de Vilassar.
Era conocida la afinidad de ‘Juanito’ por el Espanyol y también la de su familia, por lo que muchos aficionados se dejaban caer por su parada en el popular y turístico mercado para probar sus famosos platos (garbanzos con butifarra o cap i pota), que le valieron entre otros reconocimientos el Premio Ciutat de Barcelona. Incluso el candidato a la alcaldía de Barcelona por el PSC, Jaume Collboni, ha propuesto que reciba la Medalla de Oro de la ciudad. Los homenajes se irán sucediendo a una persona que ha pasado 75 años trabajando en el mercado.
De padres andaluces, su madre Catalina se hizo con una parada en La Boqueria en los años 30, por lo que Joan Bayén, un apasionado de la película Pinocho (estrenada en 1940), se acostumbró a visitar y ayudar cada día el establecimiento. La Boqueria formó parte de su vida todavía más cuando heredó las paradas familiares y montó el bar ‘Pinotxo’. Su amabilidad y su dedicación le ayudaron a crearse una fama en el mercado y en toda la ciudad. ‘Juanito’ dio entrevistas, reportajes y vio como famosos de todos los ámbitos se pasaban a degustar sus populares platos.
El pasado octubre, con 88 años, decidió jubilarse. Compartía el negocio con su sobrino, con quien ahora estaba en litigio por haber vendido de manera unilateral el espacio por alrededor de tres millones de euros, según lo publicado por El País. Atrás deja una historia humana y una popularidad ligada a los grandes éxitos de la ciudad, y también presente con el Espanyol.