¿Abierto o cerrado? Cómo estará el techo del Santiago Bernabéu en el Clásico y quién lo decide
El partido se jugará en el remodelado estadio blanco, que cuenta con una característica poco vista en el fútbol español.
Llega el Clásico al Santiago Bernabéu, el duelo entre Real Madrid y Barcelona con tres puntos y mucho más en juego. El estadio blanco estará a rebosar, como siempre que se da una cita de estas características, y los aficionados que lo vivan allí el domingo a las 16:15 horas tienen una certeza: las inclemencias meteorológicas no serán un impedimento porque el techo del Bernabéu estará, como es habitual, cerrado.
No hay confirmación oficial al respecto, pues eso se decide en la reunión del partido que habitualmente es en la misma mañana del duelo o en la tarde anterior. Pero el Madrid prefiere que el techo retráctil del estadio esté cerrado durante sus encuentros y en Liga, la reglamentación le permite ser quien decida. Así que hay pocas dudas ahí.
En Liga, la potestad para elegir las condiciones del encuentro es del equipo local, con una única premisa a cumplir: que no se cambien esas condiciones del partido tras el pitido inicial. No podrá abrirse a mitad de partido si se ha arrancado con él cerrado.
En la Champions, la cuestión es diferente. El artículo 32 de las normas de la competición es claro: “El delegado de partidos de la UEFA, tras consultar con el árbitro, es quien decide si el techo retráctil del estadio estará abierto o cerrado durante el partido”. Así que la UEFA tiene la última palabra, aunque en realidad siempre se juega con el techo cerrado por petición del Madrid, ya que los delegados de partido no encuentran inconveniente para ello.
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En la práctica, y salvo en momentos de mucho calor en los que puede hacer cierto efecto invernadero (fue así en el partido de Champions contra el Marsella, en la primera jornada de la fase liga, en la que algunos presentes lo definieron como “una sauna”), el techo del Bernabéu ayuda a que las condiciones sean mejores durante el invierno y también en días de lluvia. Y el club blanco aprecia también que sea así por una cuestión sonora: con la reverberación, los cánticos de la afición y las celebraciones de los goles ganan decibelios y convierten la experiencia en algo más impresionante.
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