“Yo quiero que los jugadores se hagan a mi estilo de juego”

José Luis Mendilibar (Zaldibar, 1961) estuvo esta semana en Lanzarote, donde entrenó de 2002 a 2004, para presentar la nueva Lanzarote International Cup. Allí atendió a AS para valorar la situación del fútbol actual y hacia donde evoluciona, o el papel del entrenador en la dirección deportiva de un club de élite. De momento, no quiere saber nada de su futuro. Al menos, hasta enero.

Es embajador de un nuevo torneo de categorías Benjamín y Alevín, ¿qué quiere ver en estas categorías? ¿Espera ver ese futbolista de calle que se está perdiendo?

Hoy en día, como todos los chavales desde muy jovencitos empiezan a entrenar con sus equipos, falta ese jugador de características individuales. El jugador de calle. Puede haber alguno que esté un poco por encima del resto. Pero falta ese jugador que en no está metido tanto en un bloque como equipo. Los entrenadores, y da igual que sea de Primera división que de chavales, queremos que hagan lo que les pedimos.

¿Y es recuperable o es un problema de la sociedad? Ya no se ven niños jugando en la calle...

Ahora no juegan, ahora entrenan. Es muy difícil que se recupere. Cuando estuvimos en Osasuna, los responsables del futbol base les ponían a jugar en un campo sin fueras de banda, con vallas, un día a la semana. Para que jugasen ellos, como si fuese un partido de amigos. Y hacían las paredes con la pared. Yo veo bien que, entrenando tres o cuatro días a la semana, les dejes un día libertad, y que el entrenador lo único que haga es verles, sin corregir. Esa podría ser una forma de crear algo un jugador diferente a lo que todos vemos.

¿El futbolista evoluciona a ser cada vez más físico?

Ya desde el momento en el que estás dando mucha importancia a los GPS y a los datos, ya estás viendo algo que no es solo fútbol. ¿Sabes qué pasa? Que lo que es fútbol es muy subjetivo. ¿Ha jugado bien o mal? Sin embargo, sí que sabes que ha corrido 12 kilómetros, mil metros a más de 24 km/h... eso lo mides, y hoy en día lo hace todo el mundo. ¿Pero eso quiere decir que ha jugado bien o mal? Para mí están bien, pero nunca voy a ser un enfermo de los números. Prefiero que el jugador entienda lo que yo le digo. Si además de entenderlo, es capaz de correr muchos kilómetros, bien, pero como un complemento.

No sé si vio un clip que se hizo viral hace tiempo en el que Riquelme venía a decir que no sabía para qué servía el GPS, que en su época no se hablaba de eso, porque no sirve de nada que un jugador corra mucho si luego le pasa la bola al contrario.

Es que es eso. A los jugadores les molestan las espinilleras y ahora son diminutas. Sin embargo, el GPS, el top para sujetarlo... eso no molesta. Es verdad lo que dice Riquelme. Estamos convirtiendo el fútbol en algo físico. En atletas en vez de jugadores de fútbol.

¿A los entrenadores qué les llega de esos datos? ¿Les influye en algún sentido? ¿Les importan?

Yo no les doy importancia. Hay preparadores físicos, redactores o directores deportivos a los que igual les interesan esas cosas. Y habrá entrenadores a los que también. Pero yo creo que son los mínimos, que el entrenador es el que menos les hace caso. La importancia está en lo que hace en el verde, no lo que hace en el gimnasio o los datos que salen en el ordenador.

Estamos en Canarias, aquí se ve que el jugador es diferente. Viera, Valerón, Pedri, Silva, ahora Alberto Moleiro... ¿Cuánto influye la personalidad del futbolista en su forma de jugar?

En Canarias estoy convencido de que juegan más en la calle que en la península. Ni en mi pueblo, que es de tres mil habitantes, ves a chicos jugando en la calle. Y luego la forma de ser que tienen. Son mucho más calmados. Y todo eso lo llevan al fútbol. Tienen esa calidad, esa visión del juego... También es verdad que muchos tienen todo lo demás también. Pedri no solo es bueno porque ser muy técnico, porque también hace kilómetros.

El fútbol español, con el Barcelona y la Selección, tuvo unos años en los que ganaba todo con un estilo muy definido. ¿Siente que esa época ha podido contaminar al entrenador español y que ahora todos quieren jugar de esa forma, aunque no tengan las piezas necesarias para hacerlo posible?

Y es el Barça el que no juega de esta forma. Parece que el que ha impuesto ese estilo de juego es el Barça y ahora resulta que hay más papistas que el Papa, más barcelonistas que el propio Barça. Y con Xavi en el banquillo. Que puede tener unas ideas, pero no tiene los jugadores que tenía Guardiola. Y, sobre todo, a Messi. Es verdad que tienes a Xavi, Iniesta, Busquets, Piqué, etcétera, pero, ¿quién era el alma del equipo? Messi. Cuando ya no está. ya no ganan tan fácil. Yo me he enfrentado al Barça anterior de Guardiola, con Rijkaard y Ronaldinho, y no te metían seis o siete. Pero cuando estaba Messi en su auge, tú ibas a Barcelona, tenías un mal día, y te metían seis. Ahora mismo ni el Madrid ni el Barça ganan 4-0. El equipo está bien, pero las diferencias las marca el jugador.

¿Qué tipo de entrenador es, el que se adapta a la plantilla que tiene o el que hace que la plantilla se adapte a usted?

Yo tengo mis ideas. Y mi idea de juego es que el jugador se haga a mi forma de jugar. Sí es verdad que en algunos sitios no ha salido bien. Que no hemos sido capaces de hacerles cambiar... ¡en muy pocos, eh! En uno, sobre todo. Que venían de jugar de una forma y no pudimos cambiarle porque estaban hechos a jugar defensivamente y les pedíamos apretar arriba. Pero es adaptar al jugador. Dentro de veintitantos tíos tendrás jugadores que se adaptan más a una cosa u otra. Y yo tengo que intentar que el máximo de gente se adapte a lo que yo le pido.

No quiero llevarle directamente a la situación que vivió este verano en el Sevilla, pero, ¿puede influir directamente en la planificación de la plantilla?

Siempre lo he dicho, yo tengo que intentar ir de la mano de la dirección deportiva. En algunos sitios he podido y en otros vas de la mano pero tampoco puedes firmar lo que tu quieres porque no tienes la capacidad económica y vas haciendo con lo que te llega. Pero sí es verdad que en algunos sitios es más difícil, porque el control lo lleva la dirección deportiva y tú estás ahí para hacer jugar a los que te ponen.

Cuando ocurre eso, ¿siente que no confían al 100% en usted? Si le pide un tipo de jugador y le traen a otro totalmente diferente...

Para empezar, el director deportivo es entrenador y tiene sus gustos. Si está entre dos jugadores que uno le gusta más a él y otro a mí, ¿por quién va a hacer más fuerza? Es muy difícil jugar ante eso. Habrá alguno que yo pida y que me traiga, y otro que lo fichará porque puede ser interesante para el club.

Cuando vio esa imagen de Pepe Castro, Del Nido y Víctor Orta en la que tenían dudas sobre si la plantilla del Sevilla era la ideal para Diego Alonso, ¿qué piensa? ¿Tiene sentido?

No, no, está claro que si tú firmas a un entrenador con la plantilla ya cerrada... porque también a veces firmas lo que puedes, no lo que tú quieres, porque lo que quieres te ha rechazado, está en otro equipo o pide demasiado.

¿Pero la dirección deportiva para qué va a fichar a un jugador al que el entrenador no le va a poner?

Bueno, yo también entiendo a las direcciones deportivas. Porque yo le puedo decir, firmad a X jugador cuatro años, e igual el año que viene soy yo el que ya no estoy y les he dejado el marrón ahí. El director deportivo puede y debe hacer un equipo él. Y tienen que prever que, aparte, tienen que firmar a un entrenador que encaje. Puede haber momentos que, entre A y B, el A es más interesante a corto plazo porque tiene 28 o 29 años, pero el B tiene 24 años y le puede sacar más rendimiento a futuro.

Entonces los proyectos los hacen los directores deportivos, no se hacen en torno al entrenador.

Por poner un ejemplo, Simeone lleva 12 años en el Atlético e igual ahora tiene la capacidad para decir este sí o este no. Pero en general, ni el Madrid, puede fichar al jugador que quiere. Aunque el que fiche el Madrid siempre va a ser bueno. Esos grandes casi no necesitan ni director deportivo.

¿Cómo se sale de una dinámica negativa en la gestión?

El United, por ejemplo, firma a muchos jugadores y no termina de arrancar...

Pero no todos los que ficha pueden ser malos.

No sé, pero la duda es esa. Mudryk, por ejemplo, 100 millones... ¿Cuesta tanto? No sé, ¡igual sí, eh! No tengo ni idea, que le he visto cuatro partidos. ¿Pero qué es lo que firmamos? ¿Atletas? ¿Futbolistas que entiendan el juego o jugadores que individualmente son unas máquinas, unos portentos, pero que igual dentro de un equipo no te dan tanto? Además, Inglaterra es que tienen tanto dinero para fichar... No como aquí, que necesitas de ayudas de palancas. Allí parece que están todos saneados. Y el equipo que queda cuarto por la cola gasta tanto dinero o más que el Atlético de Madrid. Con esa capacidad que tienen no les importa fallar... van probando. Cada año firman a tres o cuatro jugadores de cuarenta, cincuenta o sesenta millones y si no les vale, no pasa nada. Aquí no nos vale, ¿y el salario cómo lo pagas?

¿Y estando en esa situación cómo se crea un proyecto de verdad?

Porque igual tienes que pensar en un proyecto de tres años o cuatro, en vez de en uno de un año. Si estás firmando a gente de 70 kilos es porque esta temporada quieres entrar en Champions y ganar la Premier. E igual tienes que decir: vamos a plantear un equipo para el primer año quedar sextos o séptimos, el segundo clasificar para la Europa League y el tercero o cuarto empezamos a pensar en la Champions. Pero esa paciencia para el entrenador no la hay en ningún lado, tampoco en Inglaterra.

¿Qué opina de los superequipos, los clubes con inversión extranjera... de hacia dónde evoluciona el fútbol?

Al final, ahora casi todos los equipos tienen una propiedad extranjera...

De los veinte de la Premier League, solo hay tres que tienen un propietario inglés.

Y lo bueno que veo en Inglaterra es que, el que mete dinero, lo mete de verdad. No es como en España, que lo meten el primer año y en los siguientes solo están para recoger. Eso ha pasado en varios equipos. En la Premier exigen más cosas para comprar un equipo que en la Liga. No te compra cualquiera, como el del Málaga, que está dos años interesado y poco más. Sin embargo, el del PSG sí apuesta más fuerte.

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