“A Monchi lo fichaba; es de Cádiz y no le dirían ‘miarma’, como a mí”
Manuel Vizcaíno Fernández (Sevilla, 1965) accedió a la presidencia del Cádiz en 2014. Tras lograr dos ascensos, desde Segunda B, lo llevó a Primera en 2020.
Vicepresidente y mano derecha de José María del Nido Benavente en el primer gran Sevilla de los títulos, sevillista feroz, Vizcaíno destacó en Nervión por su fuerte personalidad. Desde que preside el club de la Tacita de Plata ha adquirido tintes más diplomáticos a medida que ha ganado experiencia, pero sigue sin callarse o actuar cuando se siente agraviado: este año, tras un fuera de juego flagrante en el 1-1 del Elche sin aviso del VAR, ha llevado el caso ante la justicia ordinaria.
Usted es sevillano, sevillista y cadista. ¿Un partido especial?
Siempre. En lo personal, lo puedo repetir 3.000 veces: mi padre murió siendo el abonado número 39 del Sevilla. Es un encuentro que no quiero jugar. Desde el punto de vista deportivo, en el Cádiz habríamos firmado a comienzos de campaña estar ahora mismo con los mismos puntos que el Sevilla, pero no en la parte de la tabla donde estamos.
¿Esperaba que este derbi fuera empatado a puntos?
La verdad es que no. Igual que en la ida, se ha convertido en un partido con unas connotaciones inesperadas. No diría que tiene tintes dramáticos. Nos igualan en puntos pero estamos hablando de un equipazo de 200 millones de euros contra otro de 45. El favorito es el Sevilla y así hay que asimilarlo, sabiendo que el Cádiz hoy le puede ganar a cualquiera.
Cuando un cadista le dice que a usted no le importaría mucho que el Sevilla ganase este partido...
Yo le respondo que eso es una gilipollez, porque no habla de mí, habla de los jugadores y del entrenador que se dejan la vida en todos los partidos. El que no piense que yo quiero ganarle 4-0 al Sevilla es que no me conoce. Pero no por revancha, sino porque mi forma de ser es ganar. No me ablando con nada. Mientras más goles de diferencia haya, mejor. Y el que no piense que yo lo siento así no respeta una trayectoria que yo creo intachable.
¿Le han pedido 1.000 entradas desde Sevilla?
Son partidos complicados, sí. Pero para que no haya suspicacias, vamos a publicar para quién va cada entrada. En estos partidos, yo le digo a la gente de mi familia y a mis amigos que vengan al Nuevo Mirandilla lo menos posible. Yo quiero que se respete al Cádiz y en el tema del protocolo llevo muy a rajatabla esta semana que aquí vendrá el que venga a animar al Cádiz, quitando algunos amigos a los que les pido que respeten al Cádiz y a su presidente al mismo nivel que al Sevilla, porque estamos en la misma división.
¿No consigue quitarse ese sambenito de ‘miarma’, de sevillano, del que tanto se recela en Cádiz?
Ese sambenito de ‘sevillano’ ya me lo cuelgo yo, que no me escondo. Estoy orgullosísimo de ser sevillano y sevillista, igual que lo estoy de ser cadista. Es algo con lo que convivo y a lo que no voy a renunciar. Nací en Sevilla, me parió mi madre allí y mi vida deportiva también pasó por el Sevilla Fútbol Club. El Sevilla es el equipo de mi corazón y el Cádiz, el de mi alma. No tengo que dar explicaciones de mi sevillismo en Cádiz como tampoco tengo que darlas en Sevilla sobre mi cadismo. Es así y punto.
¿Entiende las críticas?
Creo que el trabajo que se está haciendo aquí no es malo. Obviamente, como decía Luis Cuervas, ‘el fútbol es hoy’. Nos estamos peleando contra molinos de viento, como en la época de Irigoyen, por compararme con el que yo mismo he definido como el mejor presidente de la historia del Cádiz. Y eso que a Irigoyen todo el mundo lo defenestraba cuando yo llegué aquí. Queremos afianzar al Cádiz en Primera por segunda vez en la historia. Que a nadie se le olvide que de todos los años que este club ha estado en la máxima categoría, el 20 por ciento han sido con Manuel Vizcaíno de presidente. Y espero que sigamos aumentando ese porcentaje.
¿Le gusta el equipo que ha armado Sergio?
Este Cádiz compite bien. Quitando las primeras fatídicas cinco jornadas y las negligencias, como yo les llamo, estaríamos bastante más arriba. A nadie le extrañaría que le ganásemos a cualquiera. Lo demostramos en el Bernabéu, que aunque no fue nuestro mejor partido, el Pacha tuvo el empate en el último minuto. Al Barcelona, con todos mis respetos, le dimos un soberano baño en el Camp Nou en la segunda parte. En Nervión competimos hasta el minuto 88 y también contra la Real Sociedad o el Atlético... Tenemos un equipo cohesionado y que sabe lo que quiere.
¿Se ha olvidado ya lo del gafe del Nuevo Mirandilla? ¿Cómo lleva lo del nombre?
El gafe se quitó hace tiempo. No pasa nada por llamarlo ‘estadio Carranza’ aunque ahora se denomine Nuevo Mirandilla, no es ninguna falta de respeto hacia nadie. En Cádiz se habla de la Plaza de Toros y hace muchos años ya que no existe. Para mí, ‘Carranza’ es el nombre de un estadio, no tiene ninguna connotación política porque no lo pretendo. Entendí que el cambio de nombre era un tema que debía solucionar la ciudad y sí dije que, teniendo en cuenta que juega el Cádiz, se debía de haber consultado al club y a su gente. Dicho esto, respeto la decisión del Ayuntamiento.
Pero en realidad le gustaría construir un nuevo estadio.
Sí. Cádiz necesita un nuevo estadio, como todos los clubes que quieren crecer. Necesita tener 300 días más de ingresos durante la temporada y meterse en ese tren porque, si no, nos quedaremos en una tercera o cuarta fila y será difícil mantener lo que tenemos ahora. Creo que al final lo conseguiremos.
¿Se esperaba el bajonazo de este Sevilla?
Sería demagógico decir que yo me esperaba esto. Pero el fútbol no son matemáticas. Como presidente del Cádiz debo respetar la gestión de otros clubes, aunque conozco cómo funciona la casa porque fui parte integrante del proyecto. El Sevilla que hoy se basta en el impulso y la ambición de José María del Nido Benavente, con una base de sentido común que le dio Roberto Alés. Los que ahora están lo han hecho bien, han seguido la estela de ese Sevilla de Del Nido Benavente. Pero quizá los proyectos requieran de un reciclaje, de un cambio de timón como ocurrió en 2002, cuando llegamos y aquello era prácticamente un equipo abocado a descender o a desaparecer incluso. Ese cambio de timón verán los dirigentes actuales si lo pueden dar, porque el proyecto se está agotando.
¿Espera que Del Nido padre recupere el poder pronto?
Si entra o no Del Nido de nuevo lo tienen que decidir las acciones, en eso se está. Lo sensato sería que todos ellos se sentaran en una mesa por el bien del Sevilla, que pensaran en el club, dejando a un lado los egos. Que intentaran reconstruir las bases sólidas que dieron títulos. Yo en el Cádiz, cada vez que he tenido problemas de tipo corporativo, he cortado rápido, he mirado hacia adelante y he pensado en la entidad.
¿Y a Monchi, al que conoce bien, qué le pasa?
No creo en los directores deportivos plenipotenciarios, excepto en Monchi. Pero ni Monchi puede conseguir lo que ha logrado estando solo. Monchi necesita estabilidad, apoyo del club y unidad. Un ambiente ideal para sacar los frutos que ha sacado siempre. Se ha usado mucho la figura de Monchi para bien y para mal, incluso por él mismo. Quizá debiera también resetearse y empezar a pensar en esto no como un drama ni un martirio, sino como algo para disfrutar.
¿Le ficharía para el Cádiz?
Tiene los brazos abiertos, le ficharía sin duda. Con los ojos cerrados. Si alguna vez quiere venir al Cádiz, él es de aquí. Monchi no tendría el problema de que le dijeran miarma, como a mí. Pero no sé si este proyecto de la costa estaría a su nivel.
¿Sigue hacia adelante lo de reclamar ante la justicia ordinaria que se jueguen los últimos diez minutos ante el Elche, con el 1-1 anulado por fuera de juego?
Sigue hacia delante sin duda, porque no fue un error, fue una negligencia y eso no ha pasado antes. Los errores humanos son entendibles, pero esto no. Hay que jugar esos 10 minutos y a partir de ahí el partido puede quedar 1-5, pero lo demás sería adulterar la competición.
¿Cómo vive lo de los árbitros?
Pues creo que tenemos muy buenos árbitros, incluyendo Medina Cantalejo, y muy malos dirigentes de los árbitros incluyendo el presidente de la Federación, Luis Rubiales. Sé que no le gusta que le diga esto pero el presidente de la Federación es él. Si fuera otro, se lo diría a otro. Fui el primero que le advertí de lo que hoy es un clamor, que el VAR se ha convertido en un muñeco diabólico del fútbol español, donde no hay criterio porque a alguien le interesa que no lo haya.
¿Un muñeco diabólico?
Eso, exactamente. El VAR era una herramienta que venía para igualar el fútbol y ha provocado todo lo contrario. La solución sería aplicar fielmente lo que el mismo Medina Cantalejo dijo a principios de campaña. Ahora funciona como una lotería y no pasa nada: lo que es mano hoy, no lo es mañana. Hay árbitros de VAR que no escuchan o mandan más que el del campo o viceversa... No existe el criterio, ni un protocolo ni una visión estratégica de lo que es esa herramienta.
¿Tiene la solución?
Sí: independencia total de los árbitros, y así también nos olvidaríamos de casos Negreira y cosas parecidas. Hay gente que me dice ‘Manolo, ten cuidado que van a ir a por ti’. Eso sería peor que el caso Negreira, que a alguien por hablar le mandaran árbitros para que le echen a Segunda. Confío en plenamente en la honradez y la capacidad de los árbitros de manera individual, pero con el VAR nos están dando la razón.
¿Qué opina el caso Negreira?
Lo de Negreira es una panda de listos alrededor de los árbitros intentando hacer negocio. Ese tufillo asqueroso que todavía hay hoy, de que llevándose bien o mal con tal árbitro te pitan mejor o peor, se quita con lo que he dicho, la independencia. La regla no escrita de pensar que hay que tener cuidado con este árbitro o aquel, eso sí es grave. Porque no he conocido en mi carrera ni en la de mi padre, en 40-45 años de fútbol, que se pueda comprar a un árbitro. He visto poder comprar presidentes de clubes, de Federaciones, de Liga, entrenadores y jugadores pero jamás a un árbitro y eso es algo que ellos deben de llevar a gala y no estropear ese prestigio que le quieren quitar.
¿Entiende la postura del Barcelona?
Como Cádiz Club de Fútbol ya nos representa LaLiga en ese asunto y lo haremos con ellos de manera corporativa. Esos trapos deben limpiarse de otra manera. A Joan Laporta le considero un amigo y un gran presidente, y por tanto lo que le pido es que solucione esto lo más rápido posible por el bien del fútbol español y de su propia afición.
Sigamos con su Cádiz y su Sevilla. ¿Ve a alguno en Segunda? ¿A los dos?
No les veo en Segunda, creo que no van a bajar. El Cádiz está en una buena dinámica y así vendrán más puntos seguro. Y la plantilla del Sevilla tiene que arrancar.
¿Cómo está la relación entre las dos aficiones?
En ese aspecto hemos mejorado mucho. Incluso los ultras están ahora a la altura del espectáculo. Hay buen rollo y espero que siga así. El sevillano y el gaditano son un 70 u 80 por ciento parecidos. Si es un sevillano de Triana, al 90. Cádiz es una ciudad abierta, quizá más que Sevilla, que cada día se quiere más y así se pierde menos en peleas localistas.
¿Y a los que odian, qué les dice?
Esos no cuentan. Me gustaría llevar a todos los gaditanos a Sevilla y que vean la sonrisa de felicidad que se les pone a los sevillanos cuando dicen ‘Soy de Cádiz’, porque allí se adora a Cádiz. A los integristas, que los hay en los dos sitios, no los considero ni allí ni aquí. Paso de ellos. La obligación del dirigente es sumar, no restar ni perderse en luchas provinciales que no llevan a nada bueno.