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“A Darder lo están gastando”

Constantin Galca atiende a AS en un hotel de Bucarest para hablar de su Espanyol, de su etapa como entrenador en 2016 y del ocaso del fútbol rumano. “Necesitamos un estímulo”, dice.

Galca (Espanyol)

El tiempo no pasa para Constantin Galca (1972), que aparece cuando cae la noche en el Hotel Marmorosch de Bucarest, un antiguo banco ubicado en pleno centro, junto a la Avenida de la Victoria (calea Victoriei), una de las calles principales de la ciudad. El lugar es nuevo y ostentoso, tanto que el propio ex centrocampista, icono de la Rumanía triunfadora de los años 90 y del Espanyol que alzó la Copa del 2000, le pide a su hija que le acerque en coche. “¡Sí estaba a 20 minutos caminando!”, percibe cuando llega al punto de encuentro. A la espera de una oferta convincente en el decadente fútbol rumano, el ex técnico del Espanyol (2016), el primero de la era Chen, analiza el momento actual del equipo perico y lo enlaza con su paso convulso donde se logró la salvación pero dónde ya se apreciaron algunos problemas que se han ido repitiendo en el tiempo.

LaLiga Santander 2022/2023

ClasificaciónPTSPGPEPP
16Real Valladolid288414
17Espanyol276911
18Valencia CF267514
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*Datos actualizados a fecha 28 de marzo de 2023

-¿Sigue desde la distancia al Espanyol? ¿Qué le parece?

-Sí, lo sigo. Lo veo bastante. Ha habido jornadas en las que daba la impresión de que podía ir a más, pero cada partido ha sido diferente y en la segunda vuelta es más difícil ganar. Los equipos ya saben a qué juega el rival. Salvo el Elche, que está casi descendido, el resto aprietan. Espero que el Espanyol se salve y que fortalezca por fin la plantilla. Después del año de Rubi, cuando entró en Europa, era el momento de crecer y se debería haber tenido dos equipos, que los del banquillo tuvieran el nivel que los habituales titulares. Allí se sufrió mucho.

-Usted fue el primer entrenador de la era Chen. Y ya se sufría entonces. ¿Cambiará algo de lo que hizo en aquella media temporada?

-¿Cambiar las cosas? El objetivo era salvar al equipo. Como entrenador, asumo todo lo que hice. Hubo cosas que, bajo mi punto de vista, no fueron correctas. La plantilla estaba desequilibrada. Por fuera había jugadores, pero no por dentro, y el mediocampo para mí era importante. Luego tuvimos sancionados, lesionados y un brote de gastroenteritis en un partido. Hubo contratiempos. En resumen, estoy contento de que el equipo se salvara. Bajo mi punto de vista faltaba mediocampo. Teníamos cinco o seis laterales y pocos efectivos en mediocampo.

-Habla de plantilla desequilibrada, como ocurre este curso. ¿Es uno de los grandes problemas del Espanyol para usted?

-Pero Diego Martínez está desde el inicio, ¿no? Yo llegué en diciembre. Cuando era jugador, el Espanyol sí tenía un modelo claro. Sabía a qué jugaba y sacaba canteranos que se adaptaban. Si yo hubiera cogido el equipo desde el inicio habría pedido otras cosas. Un centrocampista puede ser lateral pero un lateral tiene muy difícil ser medio, hace falta calidad. La gente quiere más y yo también quería más, pero fue un corto periodo para darle un sello al equipo. Sé que mi estilo de juego suponía muchos cambios, pero yo creía en eso, era mi manera de ver el fútbol.

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-La gente no acabó de entender el fichaje del portero Arlauskis. ¿Por qué llegó?

-Si hubiera tenido más opciones, habría venido seguramente otro portero. Pero no había muchas más. Pau tenía mucho talento, pero estaba sometido a una tremenda presión. No hay que decir más. Nunca puse en duda sus cualidades, pero sabía que lo estaba pasando mal. Asumía mucha culpa de lo que le ocurría al equipo. Y, además, era muy joven. Que los jóvenes se afiancen con resultados negativos es muy complicado.

-¿Usted ya percibió el talento de jugadores que luego fueron internacionales como Asensio o Gerard Moreno?

-Veía las acciones de Asensio y se entendía su nivel. Me hubiera gustado jugar más arriba y tener más el balón, entonces Asensio y Gerard hubieran rendido más, pero al final todo se convertía en un ida y vuelta. Más del 65% de las acciones pasaban por Asensio, pero estaba muy lejos de la portería. Da igual cómo juegue, quizás tiene un mal día, pero jugará seguro mejor que otro. Aunque jugase mal, debía jugar, así no perdía la confianza. No puedes perder a los buenos jugadores, no tienes una plantilla con tanto talento para dejar en el banquillo a los mejores.

-¿Y quién le gusta más ahora?

-Me gusta Darder, pero creo que no puede estar recibiendo balones en el inicio de la jugada y al mismo tiempo en la zona de ataque. Debe estar más arriba y necesita que alguien más le arrope. Hace falta un jugador más posicional, que dé equilibrio y que sepa también jugar, claro. Tiene personalidad, mueve el equipo... Pero no tienes que gastarlo, y lo están gastando. No puede llegar, recoger, dar y finalizar. Tiene buen golpeo, debe dar más en ataque. Decimos que todos atacan y todos defienden; eso no es tan así, hay porcentajes.

-¿Usted habló con Chen? ¿Qué impresión le dio?

-Quedé dos o tres veces con Chen. Le explicaba mi opinión sobre el equipo y la situación de la plantilla. Mao me llamó varias veces incluso después de irme, me llamó cuando estaba en Dinamarca para saber mi opinión. Fue cuando el Espanyol descendió y me preguntó cómo trabajaba yo: si hacía los fichajes también y cómo se organizaban allí los clubes. Quería conocer otros modelos. En Dinamarca yo hacía de todo, también los fichajes.

-¿Cree que ese es el modelo, que el técnico decida todo?

-Hay que buscar jugadores que se adapten a tu estilo de juego. Cuando no tienes dinero, no tienes que ir a por nombres, sino a por los que se adapten a lo que quieres. Creo que sí, es una opción.

-¿Le van llegando ofertas?

-Tuve ofertas de mi país, pero no llegamos a un acuerdo. No se fraguó por muchas cosas y no fue por dinero, porque a mí me gusta entrenar. Es por temas deportivos o de infraestructuras. En mi país hay equipos de Primera que no tienen esas instalaciones. Se construyen estadios, pero no hay ciudades deportivas. Duele mucho, pero espero que se invierta en un futuro cercano. Las academias no son de alto nivel.

Hierro se lleva el balón ante Galca, durante el partido internacional amistoso que esta noche disputaron las selecciones nacionales de España y Rumania, en el estadio "Luis Sitjar".
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Hierro se lleva el balón ante Galca, durante el partido internacional amistoso que esta noche disputaron las selecciones nacionales de España y Rumania, en el estadio "Luis Sitjar".OSCAR PIPKINEFE

-¿Qué influencias tiene ahora el fútbol rumano y por qué está tan estancado?

-Hubo entrenadores españoles e italianos aquí enseñando su modelo. Los de mi generación cogimos la filosofía de nuestros años en España y la intentamos trasladar, como ocurrió con otros compañeros que fueron a Alemania e Italia. Pero nuestra cultura es también diferente. Rumanía tiene que dar un paso más en la base. Necesita mucho más. Es lógico. Nuestra generación llegó gracias al comunismo, a la preparación que había en aquel momento... Ahora los niños están en casa y no hay tantos parques o campos, incluso el deporte ya no es gratis. Hacer deporte vale dinero y la clase media de Rumanía que tiene varios niños no puede permitirse que todos hagan deporte. Antes, sí que se podía y en la calle aprendíamos muchas cosas.

-¿Aún son héroes en Rumanía con aquellos éxitos en los Mundiales de los 90?

-La gente nos recuerda con cariño, pero todo es muy lejano. Duele mucho. Estoy en este mundo, involucrado en el fútbol y duele que tu selección no esté ahí. En categoría Sub-21 sí que logramos algún resultado, pero no en la absoluta. Hay que clasificarse para un Europeo o un Mundial. La sociedad necesita un estímulo, ya sea el fútbol, la natación ahora o el tenis. El país necesita referentes.

-¿Qué hizo una vez dejó el Espanyol en verano de 2016?

-Estuve en Arabia Saudí primero. Es una liga que ha mejorado mucho, tiene poder, es potente y ahora con la llegada de Cristiano dará otro impulso, ya que hay mucho interés en ello. Parece que Arabia no es un sitio importante, pero hay nivel, no llega a la profesionalización europea, pero es muy competitiva. También estuve en Dinamarca, porque tiene mucha infraestructura. Están muy bien organizados y sacan deportistas en todas las disciplinas. Lo que pasaba hacía 30 o 40 años en Rumanía puede pasar ahora allí, tienen sitios para jugar en la calle, tienen campos y además son fuertes y muy competitivos.

Sergi Darder.
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Sergi Darder.Joan M. BascuDiarioAS

-Los países nórdicos han adelantado a los del este…

-Los han adelantado porque saben lo que quieren y son serios, saben su camino. Si sigues una línea dará resultados. Rumanía no sabe dónde está, no tiene un plan marcado desde arriba. El futbolista rumano es inteligente, tiene habilidades, pero le cuesta ser sociable o adaptarse a otros países.

-¿Sigue viajando a España y cree que podría volver a entrenar?

-Con José María Calzón me veo mucho y con Paco Flores también. Viajo a Almería y de vez en cuando a Barcelona. ¿Volver a entrenar? Encantado de que salga la opción en España, pero hay muchos entrenadores. Puedo darle más cosas al fútbol, quiero seguir entrenando. Por todo lo que viví en el Espanyol, una etapa en la que nacieron mis hijos, ganamos la Copa, todo lo que me remite al Espanyol es maravilloso. Teníamos mucha calidad, había muy buenos jugadores.