Valencia

A balón parado, la vida sigue igual en el Valencia

En Mendizorroza el Valencia volvió a sufrir desajustes defensivos en faltas laterales.

A balón parado, la vida sigue igual en el Valencia
Conrado Valle
Delegado en la Comunitat Valenciana de Diario AS, al que llegó en 2010 para seguir y contar la actualidad del Valencia CF, al que sigue como periodista desde 1998. Pero le leerás artículos de cualquier club valenciano y de múltiples disciplinas deportivas.
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Decía Carlos Corberán en la sala de prensa de Paterna el pasado sábado: “Los goles encajados a balón parado no pueden generar psicosis”. Pero o el Valencia defiende mejor esas acciones o lo acabarán generando. En Mendizorroza el equipo volvió a sufrir en acciones a balón parado, principalmente a la hora de defender faltas laterales. Esta vez es cierto que dejó su portería a cero, aunque gracias a que la fortuna la tuvo de cara y la actuación de Julen Agirrezabala.

Las dos mejores ocasiones del Alavés llegaron precisamente tras saque de faltas laterales. La primera la remató Toni Martínez, la segunda la repelió el palo. En ambas el Valencia cometió, otra vez, errores en los automatismos defensivos, que se sumaron y potenciaron los errores individuales (como en la marca de Copete a Toni Martínez o en las dudas de Agirrezabala para salir a por el balón en la segunda acción).

La fórmula que emplea el Valencia de Corberán a la hora de organizar la defensa en acciones a balón parado no está dando los resultados defensivos deseados. La defensa por proximidad (los jugadores inicialmente se colocan en zona y una vez el balón se pone en juego marcan al jugador rival que tienen más cercano) dejó de nuevo que desear en Mendizorroza, como sucediera en Cornellà o Montilivi.

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Las imágenes de la acción evidencian que hasta dos futbolistas del Alavés entran en el área libres de marca por el segundo palo y un tercero está solo en la frontal y con ventaja en caso de rechace. Esas segundas jugadas que se llegan a generar en las acciones a balón parado fueron las que le costaron los cuatro goles que ha encajado el equipo en dichas acciones: dos contra el Espanyol, Oviedo y Girona. En esta ocasión la suerte y Agirrezabala estuvieron del lado blanquinegro, aunque los problemas siguen.

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