4.894 miradas de amor rojiblanco... y una charla a solas Cholo-Sorloth
Numerosos aficionados apoyan al equipo en la sesión a puertas abiertas del equipo, que acabó con ese aparte entre el técnico y el delantero, antes de viajar a Sevilla para enfrentarse al Betis.
Se llama Cristina y tiene cinco años. Se llama Cristina y el día que nació ya era socia del Atleti, herencia de su padre, David, con carné rojiblanco desde hace 20 años. El día ha amanecido mojado y con frío de noviembre, aunque al sol aún no se nota. Aunque ella está a la sombra, con su abrigo acolchado rosa, su padre y su madre, la familia al completo. Es una de los numerosos aficionados que esta mañana de cambio de hora, el horario de invierno está aquí, han acudido al Metropolitano como si se jugara partido, aunque en realidad en esta jornada el equipo juegue mañana (lunes) y fuera (Cartuja, ante el Betis). El equipo del Cholo viajará con más equipaje, como si con los aplausos pudiera forrarse su cabeza para que jueguen a domicilio como si lo hicieran en casa. Para ganar de una vez en esta temporada aún sin victorias fuera y eso que ya se ha jugado un cuarto. Los aplausos rompen a las 11:09, esos con los que la afición, esos 4.894 hinchas presentes en el Metropolitano, pone su granito. Ese es el momento en el que los jugadores pisan el césped para entrenar en esta mañana que no es una más, aunque lo sea. Cristina agita alto su bufanda.
El primero en emerger por el túnel es, claro, su entrenador, Simeone. No falta nadie. Tampoco Cardoso. Plantilla completa en el césped, enfermería vacía. Cada gesto de los futbolistas es aplaudido por los aficionados, a cuyos pies comienza a ejercitarse el equipo, para delirio de los hinchas, muchos con muchos niñas y niñas como Cristina en este entrenamiento de puertas abiertas que suele ser regalo de Navidad, pero se ha adelantado a octubre porque en esas fechas la instalación de la inmensa pista de hielo del Madrid On Ice lo impediría. En realidad basta para ir al Supermercado y ver los estantes llenos de turrones y pasear por las calles de Madrid donde ya han crecido los árboles con luces para sentir que ya es Navidad aunque el calendario aún diga octubre. Pues en el Metropolitano lo mismo.
Charla a solas entre Simeone y Sortloth
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Y como a cada fiesta no le falta su música, la de esta mañana comienza con un “Llorente, las gafas”, que brota solitario de la grada y sigue con un “Koke, Koke, Koke, oe, oe” a coro. Después del calentamiento, dirigido por el silbato del preparador físico, Luis Piñedo, comienzan los ejercicios con balón. La plantilla dividida en dos. Por un lado los teóricos suplentes. Por otro, los titulares. Y Cristina con el corazón dividido. En el primero está ‘su’ Griezmann. En el segundo, ‘su’ Julián. Un Julián que, como en la prueba de Simeone del día anterior, formaba con Oblak; Llorente, Giménez, Le Normand, Hancko; Giuliano, Koke, Barrios, Nico; y Baena. Entre aplausos y cariño, y más cariño, y más aplausos, durante la hora que dura esta sesión con una foto final llamativa: Simeone y Sorloth, a quien no terminan de salirle las cosas en esa segunta temporada como rojiblanco, manteniendo una conversación aparte, en solitario, ante los ojos de tantos, mientras Cristina sigue agitando su bufanda, alto, alto, sobre el córner del ramo de Margarita y en el aire cierra el entrenamiento el himno del Atleti, en las bocas y la megafonía. Y que acompañe al equipo, en su viaje a Sevilla. Para romper el último maleficio de este inicio de temporada raro, en la que la Navidad se ha adelantado a octubre: ganar de una vez fuera.
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