1x1 del Real Madrid en el Clásico: El Clásico Jude
Partido para enmarcar de Bellingham. Asistencia a Mbappé, gol y penalti provocado. Carreras, estupendo como ‘antiLamine’.

Courtois: En el gol de Fermín nada pudo hacer. El error de Güler le dejó vendido. Pero, el resto, lo solventó. No fue su Clásico con más trabajo, pero estuvo siempre bien colocado. Y seguro en lo aéreo.
Valverde: Inteligente y comprometido. No buscó demasiado percutir en campo contrario, pero en el propio opacó a Rashford. Y consiguió aguantar, sin excesivos problemas, a pesar de una tempranera amarilla por una entrada sobre el inglés. Hasta que su cuerpo dijo basta y Asencio entró en su lugar.
Militao: Con la confianza por las nubes. Porque su físico le permite tenerla. Muy superior en los duelos a Ferran, incluso en situaciones límite. Atento en las coberturas y, además, incisivo en campo contrario. Tanto, que asistió de cabeza a Bellingham en el segundo tanto blanco. Cedió las tareas de salida de balón a Huijsen, como es habitual, y él se encargó de liderar y corregir. Sus lesiones están guardadas bajo llave en el baúl.
Huijsen: Algo timorato de inicio. Con alguna imprecisión impropia de su capacidad con balón, pero corrigió y mejoró. Sin sufrir apenas una vez se asentó en el encuentro, estuvo incluso cerca de marcar. Tchouameni le sirvió un gran balón y Szceszny tuvo que volar. A más, hasta que entró en un valle en los primeros minutos del segundo tiempo. Partido de idas y venidas para Dean.
Carreras: Tenía el mayor reto de la zaga: parar a Lamine. Y lo hizo. Le anuló durante los 90 minutos. Recuerdos de Vietnam, recuerdos de aquel partido con el Benfica que intensificó el interés del Madrid por recuperarlo. Con balón cometió algún error en salida, pero sin él estuvo rocoso. Sobre todo, contra Lamine, que no encontró fisura alguna. Es su kryptonita.
Camavinga: Muchos kilómetros. En una posición particular, con momentos algo escorado a la derecha, no paró de ofrecerse para dar alternativas a sus compañeros en salida. Sin fallos y con solvencia. Capital en los minutos finales por sacrificio y despliegue. Exactamente lo que se necesita en un Clásico. Reivindicativo.
Tchouameni: Partido muy completo de Aurélien. Dejó un par de pases con mucha intención, como uno a Huijsen que casi termina en gol. Y en lo suyo, la intendencia, estuvo muy sólido. Presente en el centro del campo, tanto en los duelos terrestres como en los áreas. Y vigoroso a la hora de interceptar. Se llevó una ovación sonora con una entrada sensacional al borde del área. Indispensable.
Bellingham (90′): Cómodo y no solo físicamente, sino también en lo posicional. Muy móvil. EN ocasiones, por la derecha. En otras, más centrado. Con libertad. Por delante de Güler, por detrás de Mbappé y Vinicius. Pero indetectable. Fue conector, lanzadera y killer. Filtró un pase con música al que Kylian quitó el envoltorio. Y, tras cocinar el 1-0, marcó el 2-1. En la Zona Bellingham. Atento en el área pequeña, remachó un servicio de cabeza de Militao. Si no fue suficiente, provocó el penalti de Eric que erró Mbappé. Un gol... y todo lo demás. Cada vez más Bellingham. El Jude Clásico. Los abrazos (de gol) ya no están rotos.
Güler (66′): No fue su mejor noche. En la base, como ante la Juventus, pero sin tanta jerarquía. Y con un gran lunar. Pero lo importante no es cómo caes, sino cómo te levantas. Y Arda mostró mucho de lo segundo. Se durmió de manera inexplicable en el balcón del área propia, perdió el balón y el Barça empató. Se marchó cabizbajo al descanso, dando vueltas a la jugada, pero salió con personalidad. No se escondió y la pidió. Un curso acelerado de madurez.
Mbappé (90′): Mbappé. Siempre Mbappé. No importante el rival. Solo importa él. Tampoco que enfrente esté el Barça. Miró a los de Flick a los ojos desde el principio. Al límite, consciente de que entre la gloria y la frustración hay centímetros. A la primera, la trampa azulgrana funcionó. Como lo hizo ocho veces la temporada pasada. Kylian marcó y Soto Grado lo anuló. Pero a la segunda fue la vencida. Bellingham le encontró y él enjauló. Aunque tras la cal, llegó la arena. Cuando todo el Bernabéu cantaba el 3-1, el francés, desde el punto de penalti, se topó con una gran manopla de Szceszny. Un error que le sacó del partido y le hizo perdonar un par de ocasiones favorables. Sea como fuere, son ya 16 tanto este curso. Y 12 al Barça en nueve partidos, marcando en los últimos cuatro Clásicos.
Vinicius (72′): Estaba haciendo un gran partido. Ágil, con mucha confianza en el desborde, desequilibrante. Completó cinco de los seis que intentó. Casi marca con un chut con el interior que hizo volar a Szceszny y cocinó el tanto de Bellingham con una jugada personal en banda y un centro. Muy Vinicius. Para lo bueno... y para lo malo. Cuando vio su ‘7′ en la tablilla, no se lo creyó. “¿Yo?“, comenzó a preguntar. Y se marchó contrariado, haciendo aspavientos, al vestuario. Después volvió, pero el incendio ya está prendido.
También jugaron
Brahim (66′): Fue el primer cambio y adelanta a Mastantuono. Premio a su rendimiento alcista. Nada más salir asistió a Bellingham en el que hubiera sido el 3-1, pero partió de posición adelantada. Después orquestó un contragolpe que pudo finiquitar el duelo.
Rodrygo (72′): Su entrada al campo detonó el volcán Vinicius. Mostró sacrificio en defensa y casi mata el partido en el descuento. Primero en una contra, después en una falta directa. Pero se topó con Szceszny.
Carvajal (72′): Volvió. Era su objetivo, acelerar plazos para llegar al Clásico. Y lo hizo.
Gonzalo (90′): Más minutos, aunque no demasiados. Pero es claramente el elegido cuando no está Mbappé, en lugar de Endrick. Y ese es su triunfo.
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Ceballos (90′): Saltó al campo para perder tiempo y sostener, como Gonzalo.
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