1x1 del Real Madrid contra el Villarreal: Mbappé, Courtois y corazón. ‘In that order’
Doblete de Kylian, que se inventó una remontada que fue posible gracias a los reflejos de Thibaut. Sufrió el Madrid, pero victoria casi sin piernas.

Sin piernas, corazón. Tuvo el Madrid 66 horas entre el Euroderbi y La Cerámica. Y se notó. Pero el colmillo de Mbappé y los reflejos de Courtois cocinaron un triunfo de quilates. Muchos. Thibaut puso la música y Kylian la letra. Hasta tres paradas de mérito y dos zarpazos fueron suficientes para dormir líderes (con dos partidos más que el Barça). Foyth aprovechó una siesta en el área, pero Mbappé se puso el traje de killer. Dos tantos para acechar a Lewandowski (20 tantos, a uno del polaco en la lucha por el pichichi). Y para dejar el contador de la temporada en 31. Sin pulmones, el Madrid ganó con corazón... y dos comodines: Mbappé y Courtois. Ahora, a respirar. Aunque a medias, porque 16 blancos ponen rumbo a su selección...
Courtois: Un muro. Como casi siempre. Con una grieta en el tanto groguet: Foyth remató desde el área pequeña, territorio del portero. Pero imperceptible cuando colocas en la otra parte de la balanza tantos milagros. Hasta nueve paradas. Antes del 1-0 voló ante Ayoze, abajo. También tapió su portería en un chut de Gueye cargado de veneno. Y evitó el empate con otro paradón, a Pepé. Pesadilla para el Villarreal. Casi irrompible en La Cerámica.
Lucas Vázquez: Cal y arena. En campo propio no reaccionó a tiempo en el córner que Foyth mandó a la jaula. Y perdió un duelo peligroso con Barry tras el descanso que pudo acabar el disgusto. Eso sí, se dejó el físico, como una entrada clave en el tramo final. Aunque al pisar tierra hostil estuvo clarividente. Suya fue la asistencia en el 2-1 de Mbappé, se atrevió incluso con un disparo lejano y dio un pase de la muerte que Pedraza cortó con la mano. No fue penalti por estar apoyada, pero casi cocina otro gol. Más extremo que lateral.
Asencio (61′): Celebró su llamada a la Selección como titular..., aunque en el perfil zurdo. Con Rüdiger se ocupa del diestro, pero la entrada de Tchouameni condiciona su ubicación. Con menos facilidad para la salida de balón, pero pulcro igualmente. Y en el duelo estuvo sólido y rápido en el cruce. Utilizó su velocidad punta para evitar un par de incendios antes de que hubieran ascuas. Ancelotti le cambió para preservar su físico.
Tchouameni: Vuelta a la defensa y confirmación. Su sitio está en la sala de máquinas. Venía en una forma alcista, pero como central dio un paso atrás. Le faltó atención en el gol de Foyth y estuvo algo difuso en el marcaje. No estuvo firme en los duelos terrestres, aunque sí que aportó su potente juego aéreo. De ahí que, ante un Villarreal que iba a colgar balones, Carletto optase por mantenerle en el campo.
Fran García: Sabe cómo conquistar a Ancelotti. Cómo acortar la distancia con Mendy. Con defensa. Con piernas en campo propio. Con despliegue físico. Y lo volvió a demostrar ante el Villarreal. Muy firme en el duelo, excepto algún despiste: Foyth le hizo un lio que instaló el runrún en la grada. Pero notable en defensa En ataque, eso sí, no aportó en demasía. Sí presencia, sobre todo cuando Vinicius no estaba en el campo. No concreción. Más Mendy que Fran García. Y quizá eso sea positivo para el manchego.
Valverde (82′): Debe tener más de dos pulmones. Solo así se explica su titularidad tras su derroche contra el Atleti. Ancelotti no puede, no quiere, vivir sin el Halcón. En esta ocasión desplegó las alas en la sala de máquinas. Fue víctima del arranque dubitativo del Madrid, quizá también de los pitos que le acompañaron por su incidente con Baena, pero se rehízo y creció. Dejó algún error impropio en salida... aunque sin balón estuvo estupendo. Hasta que su físico dijo basta...
Camavinga: Omnipresente. Para lo bueno y, en ocasiones, para lo malo. Carletto optó por no emparejarle con Tchouameni y fue él quien, con Valverde de socio, asumió más galones con balón. Casi siempre solvente, especialmente con conducciones marca de la casa. Pero a veces se mostró precipitado y atropellado con balón. Aun así, su físico infinito le permitió cortar un contragolpe envenenado en el tramo final. Poco a poco aleja los fantasmas.
Brahim (61′): Sin tener su día, fue clave en el empate. Mbappé le lanzó un balón complicado, lo durmió y su chut, repelido por Conde, acabó en el tanto del francés. Pero no entró demasiado en contacto con el balón. Algo poco habitual en el malagueño, que suele exprimir sus minutos al máximo. Fue el primer cambio y se marchó enfadado consigo mismo.
Bellingham: Físicamente está lejos de su mejor forma, pero no para de jugar. Sin ser tan decisivo cerca del área, fue la bisagra blanca. El punto de contacto para tratar de dar salida a los contragolpe. Ahí fue donde mostró su talento, con varios regates de sangre fría en zonas complicadas. Y se dejó la piel en la intendencia. Aunque para ser él mismo necesita un respiro.
Rodrygo (65′): En su sitio, en la izquierda. Pero sin ocasiones francas para poder desnivelar. Aun así buscó participar, bajó a zona de construcción y se asoció con soltura con Bellingham y Mbappé. Y cortó un balón providencial en el área que se llevó el aplauso de Ancelotti. No decidió, pero corrió.
Mbappé: Ya mira Lewandowski. Casi a los ojos. Porque tiene al polaco a un tanto. Hoy fueron dos. De killer. Uno tras un rechace a disparo de Brahim. Otro fusilando a Conde después de un caramelo de Lucas. Dos apariciones para inventarse una remontada. Dos goles para desfibrilar al Madrid. Y para desfibrilarse a sí mismo tras un Euroderbi taciturno. En una temporada de vaivenes, ya lleva 20 zarpazos en Liga. Y 31 en total. Se dice pronto, pero normalmente se tarda en conseguir. Sólo cinco jugadores habían llegado a la veintena en Liga en su estreno de blancos. Zamorano, Suker, Ronaldo, Van Nistelrooy y Cristiano. Ya son seis. Los 26 de Bam Bam y del ídolo del pequeño Kylian, CR7, son el récord. Un techo de cristal que Mbappé está cada vez más cerca de romper.
También jugaron
Rüdiger (61′): Ancelotti le dio descanso, pero no total. Rambo es crucial, especialmente cuando los partidos se convierten en un cara o cruz. Estuvo sólido en los duelos, aunque Barry le dio algún dolor de cabeza.
Vinicius (61′): No entreno el día anterior por cansancio y pudo coger aire. Aunque Carletto le dio media hora. Tuvo un par de carreras donde no eligió bien.
Modric (65′): Media hora para el croata. Media hora de mucho nivel. Solo erró dos pases (28/30), completó el regate que intentó y ganó sus dos duelos. Un día más en la oficina.
Güler (82′): Tuvo minutos y no los aprovechó. Porque le llegó un balón que decidió pegar a portería, cuando Mbappé estaba en mejor posición para matar el partido.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos