1x1 del Real Madrid contra el Alavés: los de siempre y lo de siempre

El objetivo era doble: ganar y convencer. Y el Madrid lo cumplió a medias. Lo primero, gracias a los de siempre. Lo segundo, por lo de siempre. Ganó por el olfato de Mbappé, killer (26 en la temporada, 56 en el año); los reflejos de Courtois, salvador con la cara; y la aparición de Vinicius y Rodrygo. El primero, desaparecido hasta que apareció. El segundo, que entierra la sequía marcando por segunda noche consecutiva. Pero lo segundo no se cumplió porque faltó fútbol. Güler no encontró el tempo y no hubo despertar hasta que hubo susto. Por el camino, el debut de Valde. Notable. Dejando claro que La Fábrica puede ser apagafuegos. Y mucho más.

Courtois: El de siempre, como siempre. Sin trabajo, hasta que lo tuvo. Y lo solventó con la capa puesta. Pablo Ibáñez se encontró un rechace en un córner y, a bocajarro, apareció el belga. Tibu se hizo enorme y la paró con la cara. Como sea. Como siempre. En el gol no pudo hacer nada.

Valverde (78′): Gran partido del Halcón, a quien sienta bien la banda. Mal que le pese. Atento y rápido en la recuperación y participativo en campo contrario. En el primer tiempo dejó un pase espectacular a Rodrygo y un par de incorporaciones peligrosas. En el segundo probó suerte con el disparo y completó un par de segadas providenciales. Es el dos del Madrid y no de manera circunstancial. Aunque terminó como tres...

Asencio: Dentro de la plaga de lesiones, Asencio está alzando la voz. Como lo hizo en Vitoria. Muy sólido en los duelos y atento en las coberturas. Providencial en un cuerpeo con Boyé, al que superó cuando enfilaba a Courtois, y anticipando en varias ocasiones para apagar conatos de incendio. En su mejor momento.

Rüdiger: El Madrid lo necesitaba y estuvo, y eso es mucho. Pero no lo es todo. Llegó tarde en alguna ocasión y se precipitó precisamente por eso, por tener que anticipar en exceso al estar disminuido. En la jugada del empate, rompió el fuera de juego de Carlos Vicente. Se le notó (muy) lejos del punto físico óptimo.

Valde (78′): El primer canterano de la temporada. El primero en debutar. Y como titular. Y en una situación extrema. Un contexto ante el que Valde se enfrentó con entereza. Muy atento y bien en las ayudas. Hizo una corrección espectacular, en la zona donde se mueve ahora en el Castilla, en el centro de la zaga. Y, aunque sufrió algo más en los cara a cara, estuvo firme. Valiente en un par de arrancadas marca de la casa. Y pesimista, algo que en defensa es virtud y no defecto. Que pregunten a Ancelotti. Estreno notable.

Güler (78′): La duda estaba en Ceballos o Güler y Xabi apostó por el turco. Con Bellingham por delante, estuvo mucho tiempo en la base. Con balón no tuvo colmillo. Se siente más cómodo más arriba, cerca del área, cerca de Mbappé. Aunque ahí, en la oportunidad que tuvo de sumar, no logró conectar con Kylian. Día complicado.

Tchouameni: No fue su mejor día, sin ser uno malo. Pero en la dinámica de Aurélien, ya es noticia. Equilibró, pero sin imponer su físico en los duelos. Su mayor aportación fue su capacidad para asistir en la zaga. Al incrustarse entre centrales, para ayudar en salida, y como uno más, para dificultar las aventuras del Alavés.

Rodrygo (83′): Comenzó bien, activo. Con una ocasión clara, donde cruzó demasiado el disparo. Además de aportar en la construcción, al bajar a recibir y combinar (29/30 en pases, un 98%). No logró encontrar situaciones favorables para el desborde y mandó un libre directo desde la frontal demasiado arriba, pero apareció. Acompañó a Vinicius y marcó. Por segundo partido consecutivo. Tras su exhibición ante el City, Xabi apostó por él. Y Rodrygo se lo devolvió.

Bellingham: No paró de correr. Con varias coberturas y una solidez enorme en los duelos (ganó ocho). Con balón, amén de marcar a la salida de un córner un tanto anulado por mano propia (lo era), fue el Fantástico más participativo. Fue el más clarividente de un Madrid al que le faltaron ideas. Asistió a Mbappé en el primero y también en una jugada en el segundo tiempo que Kylian no aprovechó. Pudo marcar sobre la bocina. Tuvo actitud y aptitud.

Mbappé: Del susto a asustar. Como si nunca hubiera parado. Empezó cojeando y, así, casi marca el gol del cojo. Después buscó la escuadra y se le fue por poco, para calibrar el punto de mira. Y con él ajustado no falló. Conducción y zapatazo a la red. Su gol número 26 de la temporada (en 22 partidos). Su 56 en año natural. Y tuvo el 57, en un mano a mano que estrelló en Sivera. Los 59 de Cristiano en 2013, el techo del Madrid, a su alcance. Difícil, pero no imposible. Menos para él. Para su colmillo insaciable. El de un futbolista que es más de medio Madrid. En Mendizorroza, como casi siempre, lo fue.

Vinicius (89′): Desaparecido, hasta que apareció. Con una jugada decisiva. Desbordó, rompió al Alavés y asistió a Rodrygo. Para decidir. Para sonreír. Después de un encuentro errático en el último tercio, sin tino a la hora de encarar y de decidir, se enchufó (tambén forzó un penalti no pitado). Xabi trató de enchufarle centrando su posición, escorando a Mbappé a la izquierda. Pero fue cuando Vini ocupó el carril donde encontró el petróleo. Asiste, pero no rompe su racha. Con el de hoy, 13 partidos sin ver portería. Más de 1.000 minutos sin marcar.

También jugaron

Gonzalo (78′): Tuvo un dos contra uno donde se precipitó al buscar a Mbappé.

Huijsen (78′): La mejor noticia es su regreso.

Brahim (83′): Se despide desde el campo, antes de poner rumbo a la Copa de África. Tuvo una ocasión de oro tras una gran maniobra, pero chutó desviado.

Mastantuono (89′): Como Huijsen, la noticia es su presencia. Se vacía la enfermería.

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