1x1 del Atlético: Griezmann devuelve a los rojiblancos a la senda de la victoria
El encuentro fue tremendamente disputado pero el francés, que no comenzó de inicio, acabó por resolver un partido que el Valencia pudo merecer en algunas fases del encuentro.
Oblak: El esloveno no tuvo trabajo en exceso en la primera mitad ya que el Valencia volcó mucho el juego por la banda derecha, donde Saúl y Reinildo plantearon un partido muy serio en el aspecto defensivo. Recibió un gol que el árbitro anuló por falta de Diakhaby a João Félix, pero que pilló al arquero distraído y fuera de posición. Imprimió velocidad al sacar el balón jugado cuando el Valencia terminaba jugada, y aunque no fue siempre del todo preciso, gracias a ello casi llega el primer tanto del partido en el último minuto del descuento, cuando Morata no pudo batir a Mamardashvili, que sacó una buena parada con su bota izquierda. En los segundos 45′ no fue necesaria su intervención ya que el conjunto valenciano ni siquiera logró disparar a puerta, pero se vio seguro en los centros laterales.
Llorente: La sanción de Nahuel le obligó a volver a una posición en la que se desmarcó la temporada pasada. A pesar de estar fuera de lugar, mantuvo apagado a Lino y se mostró duro al choque. Cumplió con creces lo que se suele pedir al carrilero, llegando a línea de fondo y asociándose con el medio. No descuidó la defensa pero de nuevo no pudo aportar todo lo que quiso con el balón en los pies.
Giménez: Volvía a la titularidad después de algunos partidos. Se dispuso en el lado derecho de Witsel y vigiló la espalda de Llorente. Supo aguantar a Lino, que fue un dolor de cabeza, pero no le dejó progresar en casi ninguna ocasión. Parece que ha vuelto en buena condición física y centrado, aunque no destacó por su salida de balón, donde debe mejorar.
Witsel: De nuevo en el centro de la defensa, el belga se ha erigido como un auténtico baluarte sacando el balón, aunque en el día de hoy su participación fue más bien discreta con el esférico en los pies, destacando notablemente en el corte y en el despeje en la frontal y tras las jugadas a balón parado de los ché, que, a pesar de todo encontraron el hueco de la mano de Lino y Castillejo. Por arriba inquebrantable y en el corte de los ataque estáticos rivales, omnipresente. En la segunda parte de nuevo continuó su festival de despejes y recuperaciones y adoptó un rol aún más defensivo, también debido a que el medio del campo comenzó a sacar el balón con mucho más acierto.
Reinildo: Férreo atrás como de costumbre, a pesar de que en ocasiones se vio desbordado por Correia y Castillejo, que se solaparon en ataque, arrebañó un buen balón al malagueño tras quedarse solo frente a Oblak en una zona escorada poco después de sobrepasar los diez minutos de juego, y tapó bien los centros laterales y las internadas del lateral portugués, que pisó el área atlética en multitud de ocasiones durante los primeros 45′. En la segunda mitad hizo alarde de su portentoso físico y no dejó progresar a Lino, que acabó acalambrado. Muy serio y solvente. De nuevo buen partido del mozambiqueño, que se está ganando a pulso la titularidad.
Saúl: Volvió al carril zurdo después de su suplencia ante el Villarreal. Su par en el encuentro, Thierry Correia, le puso contra las cuerdas varias veces debido a su enorme capacidad de desborde y a su velocidad encarando. Trató de detenerle pero en muchos casos no lo logró, además, a penas se asomo en ataque por lo que no incomodó en su carril. Simeone, atento a esta circunstancia y a la tarjeta amarilla del ilicitano, optó por sustituirlo por Carrasco para darle más alternativas en ataque a los rojiblancos.
Koke: Soler no le dejó hacerse con el control del encuentro y echó de menos la asociación con Lemar, que le aporta mucha calidad a la salida de balón. El gol anulado de Musah llegó por la falta de rapidez en su repliegue, permitiendo al estadounidense armar la pierna y disparar sin oposición. Con todo, estuvo, como de costumbre, preciso en el pase y abriendo el campo para volcar el juego por las dos bandas. Durante el último cuarto de hora se apagó y su producción bajó pero la salida de Griezmann y Lemar supuso un bálsamo para él dado el salto cualitativo que adoptó el centro del campo en la creación de juego con la salida de la dupla francesa.
De Paul: Expeditivo sobre la línea de fondo, rápido en la media vuelta, fino en sus desplazamientos en largo y bien entendido con Llorente, con el que se asoció bien en banda derecha para llegar a línea de fondo y colgar balones. Probablemente fue de lo mejor del Atlético en la mitades. Posicionalmente impecable y siempre dispuesto a retrasar su posición para facilitar la salida de balón. Dejó algunas jugadas de calidad sacando un buen recurso con el tacón pero no fue su tarde en ataque, donde no estuvo demasiado expeditivo. Abandonó el verde aún a media hora de acabar el encuentro por Griezmann para lograr más conexión entre los medios y los delanteros.
Kondogbia: El centroafricano debutaba en partido oficial en el centro del campo en la posición en la que destacó en el tramo final de la temporada pasada, el pivote defensivo, con el objetivo de darle músculo a un centro del campo que en la jornada pasada pecó de falta de contundencia. Estuvo atento a las progresiones de Lino y Castillejo, pues ambos comenzaron el partido en bandas cambiadas para aprovechar sus conducciones hacia dentro y despistar a Saúl y a Llorente. Fue un pulpo por su presencia en ambos lados en fase defensiva, pero no destacó por su aportación a la fluidez del juego. Intentó coartar a Carlos Soler intentando que no se girara con el balón controlado y sacó al equipo cuando los futbolistas valencianos atacaron en trompa en el ecuador de la primera parte. En la segunda mitad le sobró ahínco pero le faltó cabeza y por ello Simeone optó por sustituir su potencia por el buen pie de Lemar a la hora de partido.
João Félix: El conjunto colchonero no cuajó su mejor partido en ataque y aún así, su producción ofensiva no fue del todo pobre. Fue con mucha fe a la presión, en ocasiones sin la colaboración de sus compañeros y precisamente de ello nació el primer disparo de los rojiblancos entre los tres palos, en un derechazo lejano pero potente al primer palo que Mamardashvili envió a córner con solvencia. Al filo del descanso, esa fe le llevó a forcejear un balón dividido con Diakhaby que se acabó llevando para servírsela en bandeja a Morata, que a pesar de tener metros por delante, no acierta a cruzarla con precisión. En la segunda mitad se ganó una tarjeta amarilla infantil al entrar con los tacos por delante a Comert para evitar la organización del ataque ché y acabó por abandonar el terreno de juego por Correa tras una actuación no demasiado lúcida del luso.
Morata: En los primeros minutos se vio completamente solo en la punta de ataque, debido a que le resto del equipo no terminó de acompañarle. Intentó liderar la presión pero al igual que contra el Villarreal, fue ineficaz. Tuvo la oportunidad en un mano a mano que João Félix le sirvió, pero no acertó a enviarla al fondo de la red tras una parada felina del portero georgiano. En la segunda parte no participó en el juego, y le llegaron balones a cuenta gotas. Fue sustituido por Cunha dejando una actuación con más sombras que luces.
Sustituciones que arreglaron el encuentro
Carrasco: Entró en la segunda mitad para dar más desborde y profundidad a las ofensivas del Atlético. Fue claramente de menos a más en una actuación en la que no pudo relucir la calidad como le gustaría. Le costó pero acabó siendo incisivo, de hecho, pudo matar el encuentro tras un mano a mano que el meta ché detuvo a la perfección en una parada de reflejos puros. Le faltó acierto, pero volvió loco a Foulquier, a pesar de no haber sido titular. Buen partido del belga pero no demasiado participativo en el juego.
Lemar: Salió por De Paul y le dio claridad abajo al equipo. Gracias a él llegó el único tanto que campó hasta el final: se hizo con el balón tras un robo excelente en el que estuvo muy vivo y se la sirvió a Griezmann, que anotó con fortuna. Salvó la presión rival y dio muchísima calidad a la salida de balón, aunque algunas veces jugándosela demasiado abajo, donde una pérdida es mortal. Con todo, buen revulsivo y desatascador de juego.
Griezmann: Salió por De Paul para demarcarse en una posición en la que ya se ha visto obligado a jugar, llegando a anotar en ella frente al Getafe. Jugó ligeramente tirado a banda y a los pocos minutos de salir, Lemar le sirvió un balón que, aunque al estar algo escorado hacia la derecha, sacó un buen disparo al segundo palo que se acabó colando por el primero al tocar en la espalda de Soler, que cambió su trayectoria y confundió a Mamardashvili, que acabó haciendo la estatua por haberse desplazado ya hacia el palo largo. Además del tanto que abrió el marcador, el galo completó un encuentro eficaz, asociándose con Llorente e incluso aportando en defensa cortando balones y dando buen pie a la sala de máquinas. Su entrada cambió el encuentro y finalmente cuajó un partido excelente en el que incluso pudo hacer más sangre al quedarse prácticamente solo frente al guardameta georgiano, que detuvo bien.
Cunha: Nada más salir recibió la tarascada por detrás de Fran Pérez y se hizo daño. No obstante, en el saque de la falta hizo de nuevo alarde de su don de la oportunidad y remató de cabeza un genial centro de Carrasco que acabó en gol, aunque anulado posteriormente por fuera de juego. Acompañó los ataques con muchísima solvencia y movilidad, incluso envió un balón al larguero después de un disparo que Mamardashvili volvió a detener pero que acabó por invalidar el árbitro por posición antirreglamentaria. Su salida fue un acierto ya que la defensa valencianista no pudo neutralizarlo.
Correa: Entró por João Félix para acabar el encuentro y darle electricidad a las ofensivas rojiblancas y aprovechar el cansancio de la zaga blanquinegra. No incidió en el juego pero se mostró participativo, atacando el espacio y demostrando que al argentino no le faltan ganas.