QATAR 2022 | TCHOUAMENI
Tchouaméni, líder inesperado
El mediocentro fue clave para allanar el camino de la victoria ante Inglaterra. A pesar del penalti cometido, su partido fue notable en líneas generales.
La palabra presión no existe en el diccionario de Aurélien Tchouaméni. No se lo pensó dos veces para fichar por el Real Madrid, no le tembló el pulso para cubrir la baja de una leyenda del club como Casemiro como tampoco para hacer olvidar a Ngolo Kanté y Pogba, piezas importantísimas en la Francia de 2018, en el Mundial de Qatar. Su partido ante Inglaterra, consagratorio, pese al penalti cometido sobre Saka, en un error de principiante, fue la confirmación de uno de los mejores centrocampistas jóvenes de Europa.
Tchouaméni fue un rodillo defensivo. En los minutos en los que Francia agonizaba ante el vendaval ofensivo inglés, sus ayudas a los laterales y a los centrales fueron un soplo de aire fresco para un equipo que estaba muy cerca del alambre. Inglaterra atacó principalmente por fuera, no le exigió demasiados duelos en la frontal del área, fruto de su buen trabajo con Rabiot, y cuando tuvo que intervenir lo hizo, a pesar de cometer un error en el penalti de Saka que, en cierta medida, deslució su partido. Ganó tres duelos de cinco y tuvo casi un 100 % de éxito en los duelos aéreos.
El de Rouen, de 22 años, allanó la victoria de Francia frente a Inglaterra en los cuartos del Mundial con un extraordinario remate de media distancia que sorprendió a Pickford. Esta faceta de Tchouaméni no es desconocida para él. La temporada pasada, sin ir más lejos, marcó cinco goles y otorgó tres asistencias entre todas las competiciones, sacando a relucir su potente disparo y su capacidad de incorporarse al ataque cuando el partido lo requiera.
Con Francia, fruto de las directrices de Deschamps, su rol es el de ser un centrocampista eminentemente defensivo. “Mi rol aquí es distinto al del Real Madrid. Aquí soy pivote defensivo y me muevo menos”, reconocía antes del encuentro contra Túnez en la fase de grupos Tchouaméni demostró contra Inglaterra que no es solo un mediocentro que juega fácil y que roba balones. Tiene gol, posee llegada y, además, habilita a sus compañeros en campo rival gracias a su alto acierto de pase (acumuló un 90 % en los cuartos del Mundial).
El gol que supuso el 1-0 de Francia, fantástico, tuvo una dedicación especial. Tchouaméni se llevó el dedo índice a la parte exterior de la cabeza, emulando a Lisandro López, exjugador del Olympique de Lyon, que fue una fuente de inspiración para él cuando comenzó a jugar al fútbol. “Era mi referente”, afirmaba en una entrevista hace un año. Ese gol alivió a Francia, que si no sucumbió ante el huracán inglés en el segundo tiempo, fue en parte gracias al trabajo defensivo del jugador del Real Madrid, pese al penalti a Saka.
Para consuelo de Deschamps, el ex del Mónaco no vio la tarjeta amarilla, por lo que podrá disputar las semifinales contra Marruecos el miércoles. A pesar de estar apercibido, el seleccionador le dio los 90 minutos y ni se le pasó por la cabeza sustituirle, consciente de que era el pegamento defensivo de Francia en un partido de alto vuelo. En apenas un año ha pasado de jugar en el Mónaco a ser indiscutible con la campeona del mundo en un Mundial. Palabras mayores para un jugador al que, como mínimo, le quedan diez años al máximo nivel en la élite absoluta.