Salisu y su trayectoria marcada por las curiosidades
El central y goleador de Ghana fue rechazado en España hasta que el Real Valladolid le dio la oportunidad, del que sigue siendo la venta más cara.
Dicen que a veces las oportunidades llegan en la vida cuando uno está en el momento justo en el lugar adecuado. No fue exactamente el caso de Mohammed Salisu, central ghanés del Southampton y goleador ante Corea del Sur. Cuenta a menudo su descubridor, el técnico español Fran Castaño, impulsor de la African Talent Football Academy, que el día que realizó unas pruebas en Kumasi llegó tarde y sin botas. No le rechazaron; participó, aunque debieron dejarle un calzado de su número, el 46. Apenas diez minutos después, aquella demora se quedó en una mera anécdota, la primera de cuantas curiosidades marcan su trayectoria.
Enrolado ya en la academia, aquello tan especial que veía su mentor no lo veía nadie; nadie en España quería ficharlo... hasta que apareció el Real Valladolid. Castaño conocía a Víctor Fernández, entrenador del División de Honor, que buscaba un central. Él y Alberto Marcos apostaron por un defensor cuyas condiciones les entraron por el ojo desde el principio. Debutó en una victoria por 3-0 frente al CD Diocesano, el 29 de octubre de 2017. Era su primer oficial: nunca antes había estado federado.
La timidez que mostraba fuera del terreno de juego contrastaba con su decisión dentro de él. Le pusieron un profesor local para que aprendiera español cuanto antes, con unas clases adaptadas en las que le enseñaban palabras relacionadas con el fútbol. Mientras mostraba una superioridad casi insultante, el filial estaba pasando problemas, sobre todo defensivos, lo que le llevó a debutar en Segunda B tres meses después de llegar, y no fue su estreno el soñado: los nervios jugaron en su contra y fue sustituido a los 38 minutos. Pese a ello, tuvo continuidad y ya no volvió al Juvenil.
El Real Valladolid Promesas pasó apuros para salvarse, ese año más que el siguiente. Por el camino, su entrenador, Miguel Rivera, llegó a preguntarse “Where is the black power?” en una rueda de prensa, refiriéndose a los problemas físicos que tenían sus jugadores africanos, entre ellos, El Hacen, hoy en el Lugo, y el propio Salisu (que no jugó aquel partido por lesión). Sin embargo, tal era su nivel que debutó en Copa del Rey en enero de 2019, 15 meses después de empezar ‘a jugar en serio’.
Su futuro parecía estar en el primer equipo, y así lo anunciaron Sergio González y Miguel Ángel Gómez, entrenador y director deportivo, respectivamente, del conjunto blanquivioleta. Dada su inexperiencia, le buscaron una cesión a un Segunda y, de nuevo, nadie le quiso. El Numancia sonó como posible destino, pero no se decidió e iba a quedarse en el filial. Una sanción de Fede Barba arrastrada desde Italia y la falta de alternativas en defensa llevaron a que fuera titular ante el Betis en la jornada inaugural. Ya nunca nadie le movió del once.
Con 2.724 minutos, fue el tercer jugador más utilizado. Su rutilante historia y su ascenso meteórico no fueron óbice para que diferentes equipos se lo ‘rifaran’, hasta que el Southampton le convirtió en la venta más cara de la historia del Real Valladolid, unos 12 millones de euros que suponen una máxima rentabilidad. Dos temporadas antes, después de una primera en la que jugo cedido, había costado 50.000 euros, bastante menos de su su cotización actual, incrementada, seguramente con su primer gol en un Mundial, el que abrió la cuenta de Ghana ante Corea del Sur. Aquellas botas del número 46 que le prestaron en su prueba en Kumasi, parafraseando al anuncio, no tienen precio.