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QATAR 2022

Mitchell Duke, el héroe australiano que juega en la Segunda japonesa

El ariete conquistó a su país con un gol que ya es historia y puede conducir a octavos. Tiene en cada entrenamiento a Tim Cahill como inmejorable maestro para mejorar.

Mitchell Duke, tras marcar ante Túnez.
DeFodi ImagesGetty

Es uno de los nombres del Mundial de Qatar. Mitchell Duke hizo historia con Australia tras anotar un tanto que acerca a su selección a los octavos de final 16 años después. Quedará para el recuerdo por muchos motivos. Por la importancia del tanto. Por la belleza de un remate de cabeza perfecto tras una acción asociativa que él mismo fabricó. Por el valor sentimental de ese guiño a su hijo tras una promesa cumplida. Y Australia lo celebra por todo lo alto, encontrando al fin un hilo de esperanza al que agarrarse y que se traslada ahora a la cita contra Dinamarca para tratar de afianzarse en este escenario de Qatar. Soñar es posible. Y Duke fue el artífice.

No hay demasiados milagros en el fútbol, pero sí historias como la de este chico nacido hace 31 años en un suburbio de Sídney llamado Liverpool. Marca un gol decisivo en un Mundial a la vez que juega para el modesto Fagiano Okayama de la segunda división de Japón. “Es el momento más feliz de mi vida, estoy muy emocionado”, expuso tras el triunfo de Australia sobre Túnez. No ganaba su selección un partido de un Mundial desde la cita de 2010. Precisamente estaba Tim Cahill allí, justo en el ecuador de los tres Mundiales que disputó. Ahora, esta leyenda acompaña al cuerpo técnico australiano en cada entrenamiento y el primero en agradecerlo es Duke. “Aprendo muchas cosas, es un privilegio tener a alguien como él dando consejos. Trato de escuchar todo lo que puedo”, explica el ariete. Su remate ante Túnez tiene mucho de aquel Cahill que es pura historia de los Mundiales.

Duke mira al futuro sin saber si su continuidad en su modesto club de Japón será una realidad permanente tras conquistar el mundo estos días. Pretende que esta historia de superación no se quede aquí. “No hemos logrado todavía el objetivo, debemos ganar el último partido para pasar a los octavos de final”, avisa. Quiere más. También Leckie y Goodwin, sus aliados en un ataque que ya puso contra las cuerdas a Francia y que minimizó las virtudes de Túnez. Australia no quiere que su paseo por Qatar se queda en otra anécdota más.