QATAR 2022
La cárcel, Higuaín, Ucrania, Infantino… La increíble historia del invasor
El Portugal-Uruguay es solo el último desafío del italiano Mario Ferri, que no piensa parar. Su historial de invasiones tiene más de una década.
Cuando, durante el Portugal-Uruguay, un hombre vistiendo una camiseta de Superman invadió el campo, pensar “otra vez él”, para los espectadores italianos, fue inevitable. Porque Mario Ferri (34 años), cuyo apodo es “il Falco” (el halcón), tiene un largo historial. Coraje no le falta: interrumpió el partido ondeando una bandera del orgullo y los mensajes “save Ukraine” y “Respect for Iranian Woman”. Sus actos ya tuvieron consecuencias en el pasado, aunque todavía no lograron pararle.
Su “estreno” tuvo lugar durante un Sampdoria-Nápoles del 2010, para abrazar a su ídolo Antonio Cassano, y en el mismo año invadió el campo durante el Inter-Mazembe, final del Mundialito de Clubes. Fue detenido, pasó un día “atado de pies y manos” e intentó dejar los Emiratos Árabes de manera clandestina, en un crucero. Fue arrestado una vez llegado a Italia. En 2014, tras varias invasiones en partidos de todo el mundo, apareció en el Mundial de Brasil, durante el Bélgica-Estados Unidos. En esta ocasión llevaba, en su elástica de Superman, un mensaje para recordar a Ciro Esposito, el hincha del Nápoles asesinado a tiros antes de la final de Copa italiana de aquel año. Su relación con Nápoles volvió a ser noticia en 2017, cuando durante un partido entre azzurri y Juve en el San Paolo, saltó al campo y le tiró a la cara de Higuaín una bufanda del club sureño. “Quería vengar a los napolitanos”, dijo al ‘Corriere dello Sport’, “él se quedó de piedra, decía ‘no, no, no’, yo le grité ‘traidor’, y me fui. Fue la invasión más bonita, porque el estadio tembló cuando vio ese gesto”. Sus desafíos a las autoridades fueron más allá de los estadios en 2020, durante el primer confinamiento, cuando decidió salir a correr en la playa de Pescara en una época en la que estaba todavía prohibido. Se hizo viral el video en el que lograba escaparse de un policía que intentaba pararle. Al final fue multado y le pidió perdón a las autoridades: “Tenemos que estar todos en casa, no sé qué me pasó. Voy a pagar la multa, faltaría más”.
En los últimos meses volvió a los campos, aunque como futbolista. Es un extremo y fue jugador en el Concordia Basilea suizo, en el Tre Fiori de San Marino, jugó en África y ahora milita en el United Sports de Kalyani, en India. A ‘La Gazzetta dello Sport’ le confesó que tiene un objetivo: convertirse en el primer italiano capaz de jugar en equipos de fútbol de todos los continentes.
Antes de volver a ser noticia por lo ocurrido ayer, Ferri había decidido aprovechar el parón del campeonato indio para viajar a Ucrania: “Me llamó un amigo ucraniano y decidí ir. Ayudo a una asociación benéfica de Leópolis, voy y vengo con el coche. Puse a salvo a una decena de personas, una vez un hombre me ha dejado a su mujer y a su pequeño hijo. No quise abandonarlos en la frontera y llegué hasta Varsovia, donde tenían un contacto”.
Su invasión en Qatar, al parecer, no tuvo consecuencias graves gracias a Gianni Infantino. Así lo contó el italiano en sus redes sociales: “Tras la invasión, no pasó nada. La policía pidió mis documentos, me trató muy bien, y de repente apareció Infantino. Dijo: ‘por qué lo hiciste aquí, podías en la Serie A, en la Champions, y por qué siempre tú? Basta, estás loco. Enhorabuena por el mensaje, pero no puedes desafiarlos así. No sé cómo ayudarte pero espera, tengo una idea”. El presidente de la FIFA, según Ferri, habló con las autoridades de Qatar y pactó como castigo únicamente expulsarle de todos los estadios del Mundial, sin otras secuelas legales. Ferri, sin embargo, no piensa parar: “Quiero entrar en otro partido vestido como un jeque. Sería histórico”. Un leopardo no cambia sus manchas.