Lewandowski, en barbecho
No jugó un minuto el ariete del Barcelona en el ensayo ante Chile previo al Mundial, en un inicio de noviembre laxo tras su omnipresencia anterior. Polonia se encomienda a su velocidad.
Como un cuadro de museo protegido por un vidrio de seguridad llega a la Copa del Mundo un Robert Lewandowski que ha pasado de jugarlo todo con el Barcelona a pulsar a fondo el pedal de freno en estos días de noviembre que anteceden al debut de Polonia ante México, del próximo martes. La última muestra se dio este pasado miércoles, en el primer y único ensayo de su selección, frente a Chile, en que no disputó ni un solo minuto.
“El objetivo principal era evitar lesiones”, justificó sin miramientos el seleccionador, Czesław Michniewicz, quien dejó entrever que debía preservar a su principal estrella por el estado del césped del Municipal de Legia de Varsovia, donde habían tenido que jugar precipitadamente este amistoso a causa de un problema en el techo del Estadio Nacional, la sede original. No fue Lewandowski el único protegido, ya que tampoco jugaron Piotr Zielinski (Nápoles), Matty Cash (Aston Villa) ni el portero que será titular en Qatar, Wojciech Szczesny (Juventus). Y, sin ellos, a pesar de la victoria ante los chilenos (1-0), ofreció Polonia serias dudas. Y la evidencia de que depende del delantero del Barcelona.
Antes de su ausencia en este amistoso, venía de jugar Lewandowski solo 31 minutos el pasado día 8 en Liga ante Osasuna, accidentalmente por su prematura expulsión –que le acarreará tres partidos de expulsión si Apelación no dicta lo contrario–, 90 contra el Almería en el Camp Nou el sábado 5 y ninguno, porque Xavi Hernández le había dado directamente descanso, en el intrascendente choque frente al Viktoria Plzen en la despedida azulgrana de la Liga de Campeones, el día 1. Anteriormente, había participado en todos los partidos oficiales desde su aterrizaje en el Barcelona procedente del Bayern de Múnich.
Agradecerá su descanso una Polonia que, como demostró ante la Roja de Eduardo Berizzo, se encomendará al rigor defensivo y a los contraataques. “México tiene un juego similar al de Chile, pero el doble de velocidad. Y Argentina (el gran hueso del Grupo C), cinco veces más. En Qatar no competiremos por la posesión porque simplemente no la vamos a tener”, se sinceró Michniewicz, quien remachó: “Si hoy dijera que vamos al Mundial a jugar bien a fútbol sin interesarme el resultado, no me dejarían subir al avión”. Y ahí, en ese juego deliberadamente simplista y donde prima la velocidad, es donde será determinante el papel del “mejor delantero del mundo”, en palabras de su seleccionador.