“La revolución del Mundial la hace un tipo que camina”
Jorge Valdano habla como argentino, como campeón del mundo y como referente absoluto de la comunicación. La final le seduce por sus recuerdos y por el Messi-Mbappé.
Campeón del mundo en el 86, autor, de hecho, de uno de los goles argentinos en el 3-2 de la final ante Alemania, a Jorge Valdano (Las Parejas, Argentina, 1955) le brillan los ojos cuando habla de su país, de su selección. Lleva muchos años en España y habla en plural mayestático al referirse a La Roja, pero en su recuerdo está lo vivido con la Albiceleste y en su corazón la fuerza que Messi provoca es tan fuerte como el eco de sus palabras. Una voz más que autorizada para hablar de la final de hoy.
¿Qué opina de la final? ¿Llegan los mejores?
Son dos de los favoritos de los varios que había. Quizá los que más ruido hicieron al caer fueron Inglaterra y Brasil, pero estos son dignos finalistas. Perdieron la virginidad en el camino. Ninguno de los dos llega invicto. Pero hay diferentes categorías también en la derrota. Francia cayó con suplentes, Argentina perdió un partido inesperado.
¿Cómo se recuperó Argentina de aquel varapalo tan tremendo ante Arabia Saudí?
Esa derrota tuvo efectos muy positivos en la conducta del equipo. Consiguió unirse más y hasta dar más sensación de oficio. En las decisiones del entrenador terminó por encontrar jugadores inesperados como Enzo, como Mac Allister, como Julián, que le dieron otra dinámica, otra seguridad con la pelota. Finalmente, después de una travesía bastante accidentada, porque, salvo Croacia, a Argentina en todos los partidos le costó, apareció un Messi estelar.
¿Qué más se puede decir de Messi? Nos vamos quedando sin palabras, Jorge...
Es muy difícil encontrar palabras. Recuerdo que en la final del 70, un periodista brasileño al que admiro mucho, decía sobre Pelé: “¡Yo que vivo de ellas, dónde están las palabras!”. Con Messi hay una especie de concurso literario a ver quién es capaz de completarlo como figura estelar del torneo. Es muy difícil porque ha decidido sintetizar el fútbol. Como le ocurría a Maradona, le bastan 10 segundos para contarnos qué es este juego.
“Messi es un genio, pero mil partidos al genio le dan sabiduría”
¿Es otro Messi o hemos visto dos Messis en uno a lo largo de su carrera?
Es un genio, pero mil partidos al genio le dan sabiduría. Un buen día pasó de extremo derecho a delantero falso y armó una revolución en el Bernabéu. Para esto que estamos viendo ahora tuvieron que ocurrir más cosas. Esto no lo decidió un entrenador, lo decidió el tiempo. Le fue quitando energía y tuvo que adaptarse a un fútbol más cadencioso, más caminante, pero igual de influyente. Sobre todo, dentro de un equipo que sabe jugar con un genio. Eso no es fácil.
¿Messi es un desafío al fútbol moderno?
Totalmente. Es un serio desafío, además. Un desafío que el fútbol va a perder. Contra las tendencias ni siquiera puede Messi. Además, tampoco le queda tanto carrete para decirnos que a este juego también se puede jugar corriendo un poco menos. La intensidad se ha apoderado del fútbol y de pronto la revolución la hace un tipo que camina.
¿Cree que su carrera merece un Mundial o es demasiado romántico ese pensamiento para la realidad del fútbol?
Lo dice mucha gente. He estado con Mauro Silva y si eso lo dice un brasileño es que lo deben decir millones de personas. Si hubiera justicia divina, Messi merecería este título. Pero eso lo digo desde mi emoción, hay otras emociones que son contrarias a la mía y también cuentan. Y la justicia divina no suele ser frecuente…
“Para que la tendencia nos dé un bofetón, sólo faltaba Haaland...”
Enfrente estará Francia y sobre todo Mbappé, que es otro escándalo.
Sí, Mbappé es un escándalo distinto, casi antagónico. Ahí tenemos la demostración de que el poderío se está apoderando del fútbol. Para que la tendencia nos dé un bofetón, en esta fiesta sólo faltaba Haaland (risas). Es otra manera de ser fascinante. El fútbol se las arregla para descubrir talentos originales que no hemos conocido antes y que se imponen de manera rotunda. Quién puede discutir a Mbappé.
Juega a otra velocidad. Es un terremoto en carrera.
Y tiene paciencia para esperar su momento. Son impresionantes las condiciones atléticas que reúne. No es lo mismo que aquello que dijo Bochini sobre Cruyff: “Corre mucho pero juega bien…”. Este corre rápido pero juega bien.
Y luego está Griezmann, que ha pasado de ser un 11 a ser un 10 y ahora directamente es un todo. ¿Está siendo un Mundial de generadores de juego más que de finalizadores?
Lo que estoy viendo es que aquel mediapunta que Sacchi decía que era medio jugador ahora se ha convertido en jugador y medio. Ahora se llama Griezmann, se llama Modric, se llama Bellingham, gente con un campo de acción grandísimo que te da mucha calidad y te da mucha cantidad. Ese jugador tiene ahora una influencia muy grande en el fútbol. Se juega mucho por dentro y tener tanto número de intervenciones, la mayoría correctas y muchas desequilibrantes, es una bendición para cualquier equipo.
“¿España? Sigo considerando al tiqui-taca la base de nuestro juego, y digo nuestro...”
En este cambio de tendencia en el juego, se nos cayó España por el camino… ¿Víctima de su estilo?
Sigo considerando el tiqui-taca como la base de nuestro juego. Y digo nuestro, eh… Estamos viendo un fútbol muy atlético contra el que España no puede competir en igualdad de condiciones. Puede competir desde la técnica. Ahora bien, el tiqui-taca te ayuda a recorrer 75 metros del campo y eso España lo hace mejor que nadie. Pero los últimos 25 metros tienen nombres propios. Por eso Mbappé y por eso Messi en la final. Eso depende de generaciones espontáneas, pero creo que en el caso de que no tengamos un diferencial en los últimos metros no se puede morir y vivir con el plan A. Si las cosas no salen con la receta mágica, no hay que resignarse. Hay que buscar otros caminos.
Hasta la escuela holandesa cambió con Van Gaal, los tres centrales, el repliegue…
Sí, se ha discutido mucho a Van Gaal, incluso en Países Bajos lo acusan de catenaccio, me da la sensación de que exageradamente, pero este es un fútbol en el que la lucha por el espacio está siendo terrible porque cada vez hay menos. Van Gaal dijo: “Si no encuentro espacio por abajo, por qué no me lo busco por arriba”. Sacó a dos gigantes y le terminó complicando a Argentina. A eso me refiero con que no hay que resignarse.
¿El Madrid es el mejor ejemplo de que hay que ser camaleónico?
En un juego combinativo, ganar es importante. Lo digo yo que he exagerado hablando del juego preciosista, pero el fútbol no es solo belleza; es pasión, es locura… Tiene muchos ingredientes. Y para eso hay que aprender del Madrid. Todos los ingredientes son válidos.
Incluso Guardiola fichó a Haaland, un portento físico, un cambio sobre su librillo.
Sí, y a su tiqui-taca le está agregando variantes, aparece el lateral de mediocentro, juega con delantero falso… o con dos delanteros. Y ahora va a tener que contar seriamente con Julián. Se supone que uno sale de un Mundial con otro estatus y este es un claro ejemplo.
Usted fue campeón del mundo en el 86, estos días aflorarán sus recuerdos…
La emoción tiene muy buena memoria. Lo recuerdo absolutamente todo. Recuerdo la espera, el partido, charlas con compañeros, con árbitros, por eso digo que hoy se juega un partido que dura toda la vida. Además, al estar frente a frente el pasado y el futuro, este partido va a convertirse en una celebridad.
“Maradona antes de una final dormía... ¡y a mí sí me costaba!”
¿Se puede comparar la figura de Maradona 1986 con la de Messi 2022?
Messi aprendió a ser feliz. Ese tipo contenido que metía todo para dentro, ahora ha empezado a sacarlo. Y eso nos hace estar ante un jugador más liberado. Era lo que más distinguía a Messi de Maradona. Aún así, sigue habiendo distancia. No es lo mismo el “¡andá para allá, bobo!” de Leo que gritar “hijos de puta” a todo un estadio como hizo Maradona (risas)… Estamos ante un Messi distinto, sin ninguna duda, mucho más influyente.
¿Cómo viven estos tipos una final?
¡Maradona dormía lo mismo! Yo me maravillaba porque, siendo un actor secundario, me costaba muchísimo dormir. Diego sabía que de él no se esperaba que jugara, se esperaba que ganara el partido. Directamente. Y aún así tienen tanta seguridad en sí mismos, manejan de tal manera el espectáculo, que no lo esperan con angustia, lo esperan con felicidad.
El primer Mundial sin Diego puede ser el primero de Messi…
Sí… Y estuvo dando vueltas el estado de salud de Pelé, lo que provocó una conmoción. Está bien que el fútbol tenga memoria, que se homenajee a Maradona con el hecho de que Argentina esté en la final, que nos hayamos acordado de Pelé, uno de los grandes nombres de la historia. Es bonito.