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QATAR 2022 | GHANA 0-URUGUAY 2

Ghana no disimuló su venganza contra Uruguay

Por más que Addo esquivara el tema en la previa, en los minutos finales sus jugadores hasta perdieron tiempo para que Uruguay no marcara el gol salvador.

Doha
Suárez, sufriendo en el banquillo.
Suárez, sufriendo en el banquillo.Anthony DibonGetty

Han pasado doce años, pero como si fuera ayer. Por más que Addo driblara cada pregunta sobre aquel partido de cuartos de final de julio de 2010, alegando que ni remotamente se le pasaba ya lo sucedido entonces por la cabeza de sus jugadores, la realidad es que se presentó de súbito en Doha con el gol de Hwang. Hasta ese momento, Uruguay mandaba por 2-0 y se sentía en octavos. La victoria de Corea le obligaba a marcar otro gol.

Durante el partido, la afición ghanesa se motivó silbando, abucheando y gritando a Luis Suárez, al que consideran “un diablo” porque simplemente defendió su equipo en la prórroga de Sudáfrica. Evitó con las manos un gol hecho. Fue expulsado, pero con 1-1, Gyan falló el penalti. En la tanda, pasó Uruguay. Y con ese recuerdo se fue calentando el partido. Casi diez preguntas para Addo y Thomas en la previa sobre aquello. El técnico y el jugador las sortearon como pudieron. Y Suárez fue sometido antes a un tercer grado por los periodistas ghaneses. “Yo no fallé los penaltis”, se defendía Suárez, que subrayaba que fue expulsado por evitar aquel gol. Pero como si fuera una maldición que persigue a ambos, el partido acabó con esa rencilla, que arrastró a ambos.

Con Uruguay necesitando ese gol salvador, Suárez su fue al banquillo. Se tapaba la cara con la camiseta. La realización del partido lo pinchaba en el videomarcador y la afición ghanesa lo celebraba. En los minutos finales Ghana dejó incluso de disimular. Estaban fuera y sus jugadores perdían tiempo incluso. En un saque de banda, para hacerlo de puerta, en los cambios… El pitido final fue incluso celebrado por los ghaneses. Dio paso a las protestas uruguayas, reclamando a Daniel Siebert un penalti sobre Cavani. Incluso se calentó la grada, donde algunos entusiastas ghaneses gritaban y señalaban con gestos a los uruguayos. Hubo venganza, pero arrastró a los dos.