Brozovic y Casemiro resumen un duelo desigual

Los días avanzan en Qatar, los partidos pasan y una de las obsesiones es el estado físico de sus jugadores antes de acometer los cuartos de final. Equipos como Marruecos sobreviven prácticamente de recuperar a sus futbolistas entre partido y partido, más que someterlos a entrenamiento. Croacia es otro equipo muy exigido. Uno a uno, durante el partido contra la correosa Japón, Dalic retiró a varios de sus pesos pesados. Modric, Kovacic y Perisic dejaron su puesto a compañeros de refresco. Al acabar el partido, Modric resumía lo que pasaba. “Todo esto no es fácil de soportar físicamente, juega el mismo equipo prácticamente todo el tiempo”, decía el capitán. En Croacia subrayan el cuidado con el que Ancelotti ha ido dosificando a Modric esta temporada. El medio de 37 años ha participado en 18 partidos con el Madrid, de los que ha jugado completos únicamente dos. Pero el castigo del equipo ajedrezado es considerable. Más si se le compara con Brasil, su rival en cuartos. Dalic ha utilizado en cuatro partidos con una prórroga a 17 jugadores de campo, mientras que Tite se ha permitido el lujo de poder hacer actuar a 23. Llegaron con la clasificación certificada al último partido de la fase de grupos y el técnico brasileño pudo rotar.

Pero es que las diferencias de esfuerzo son considerables. En total, todos los jugadores croatas han recorrido 482,031 metros con prórroga incluida, 64 más que los brasileños en todo el torneo. El promedio por futbolista balcánico después de cuatro partidos es de 28 kilómetros. Mientras, los números en Brasil son más suaves. 417,899 kilómetros, sin prórroga y con la posibilidad de rotar en el último partido. El promedio por futbolista de campo es de 18 kilómetros. Algún caso es especialmente sangrante. Por ejemplo, un hombre tan importante como Brozovic llega al choque con 56,2 kilómetros en motor por 33,8 kilómetros por su homólogo Casemiro. El mayor desgaste croata es considerable. A Dalic le preocupa sobre todo la frescura de su centro del campo en un partido donde su plan pasa por emular lo que hizo Suiza, el rival a su entender que más le ha puesto las cosas difíciles a Brasil. Aquel día el combinado europeo tuvo un 41 por ciento de posesión. Le tocó correr detrás de la pelota. Croacia se prepara para otro esfuerzo extremo. Tiene que ser capaz de apagar la frescura, el talento y la velocidad brasileña. El sistema de juego croata es el mismo que el de los suizos. Pero Croacia ya está acostumbrada a sufrir a ya correr más que nadie. Lo vivió en Rusia. Brasil llega más fresca. Mientras que los balcánicos han ido progresivamente partido a partido aumentado se esfuerzo físico, la selección de Tite se ha mantenido. Incluso frente a Corea fue el segundo partido con menos kilómetros recorridos en total por sus futbolistas (103,431). Hoy volverán a poner a prueba el indomable espíritu de Croacia.