“Australia puede con Argentina; este Mundial está siendo un subidón”

Javi López (Osuna, 1986) lleva desde 2020 en Adelaide. Un cambio de vida, una experiencia con la familia que va más allá del fútbol y que recomienda a todos los jugadores con hijos, un recuerdo para toda la vida. Después de su abrupta salida del Espanyol, el club de su corazón, en el que fue capitán y desarrolló toda su carrera profesional en España, decidió poner kilómetros de por medio. No se arrepiente de esta experiencia vital. Conoce como pocos las interioridades del fútbol australiano y a muchos de los jugadores de una selección que está siendo una de las sensaciones en el Mundial de Qatar. Este sábado (20:00) se medirán ni más ni menos en los octavos de final que a la Argentina de Leo Messi. Javi López también conoce, y ha sufrido, a Messi en los derbis de Barcelona.

-Usted reside en Adelaide desde hace tres años. ¿Cómo se vivió el pase de Australia a octavos de final?

-Vivo en un barrio tranquilo, pero podía escuchar la alegría de los vecinos. Por la noche todos gritaban, nos despertaron. Nos cambiaron el entrenamiento para dos horas más tarde para que los jugadores pudiéramos dormir más. Fue una fiesta nacional. Todo el mundo estaba por las calles. De hecho, el seleccionador le pidió al primer ministro que diera un día de descanso a toda la población. No es el deporte más seguido, pero fue un hito.

-¿Qué jugadores conoce de la selección y qué destaca de ella?

-Goodwin fue el que marcó ante Francia y es mi compañero de equipo. Tiene un guante en la izquierda, es de las mejores zurdas con las que he jugado. Contra Leckie, el que marcó el golazo ante Dinamarca, me enfrento cada año y es un jugador muy difícil de marcar. Ha jugado en Holanda, Arabia… En Australia hay un fútbol físico predominante, de ida y vuelta. A los entrenadores les gusta la Premier y quieren copiar el modelo, les gusta romper los partidos. Pero cada vez se dominan más situaciones tácticas y hay jugadores muy técnicos.

-Habla de su marcaje a Leckie en la liga doméstica, antes usted tuvo que lidiar en el Espanyol con Leo Messi, ahora rival de Australia con Argentina. ¿Qué diferencias ve entre aquel Messi de hace una década y el actual?

-Antes te cogía el balón y se iba de cuatro y acababa la jugada. Ahora ya no tiene esa chispa, pero mantiene el talento y te pude romper los partidos con una acción rápida o con un último pase. Ahora es un futbolista más posicional. Pero en Australia conocen muy bien a Messi. Siguen la Premier, es su favorita, pero de España hablan de Barça, Madrid y de Messi cuando jugaba.

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-¿Para usted es una sorpresa el pase de Australia o cree que empiezan a tener un fútbol competitivo?

-El fútbol se ha globalizado. Hay muchos jugadores que salen de Australia a otras ligas más potentes y luego vuelven con sus experiencias. Jugar a nivel de selecciones y de clubes en Asia ha ayudado a jugar partidos más competitivos. El fútbol está creciendo, pero el footy (fútbol australiano) sigue siendo el deporte más popular, como el criquet. Luego ya vienen el fútbol y el baloncesto.

-¿Qué importancia tiene el seleccionador Graham Arnold en todo este proceso?

-Estuvo en Europa y es un mito, hablan maravillas de él. Ha creado un equipo que tiene claras sus fortalezas y sus debilidades. Priorizar ponerse por delante y mantener la portería a cero, porque además saben jugar con espacios. Tienen al jugador más alto del Mundial, Souttar, que es un muro y Ryan que tiene experiencia en Europa. Será un partido para controlar las emociones. Con el 0-0 van a tener posibilidades a medida que pasan los minutos, pueden con Argentina a un partido.

-¿La entrada del Group City con la compra del Melbourne ha acelerado el crecimiento del país a nivel táctico?

-Ellos entran en Melbourne para hacer un gran proyecto. Siempre consiguen éxitos. Ellos tienen una idea de juego muy marcada y además pueden firmar a grandes jugadores. Es un club bien estructurado, con buenas instalaciones y es el rival a batir en la Liga aunque nuestro derbi sea con el Melbourne City. Todo ayuda.

-¿Cómo es allí la Liga?

-Es un espectáculo, es un show al estilo americano, cuidan todo lo que rodea el partido. Puedes hacer tu barbacoa en los estadios, hay días señalados como el de recordar a los caídos en la guerra, donde se hace un homenaje de 15 minutos en el que todos nos ponemos a cantar antes de empezar el partido. Debes calentar dos veces. Luego es emocionante el día de los aborígenes. Aquí se le da justicia y memoria a todo. Los aficionados pueden beber alcohol, hay fan zone para los niños y las niñas, después del partido damos una vuelta al estadio firmando autógrafos, al descanso hay entrevistas y hay cámaras y micrófonos en los vestuarios. Es la cultura que hay, por eso el footy es tan popular, porque es un día dedicado a la familia, a comer tarta y vivir el deporte.

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-¿Y la competición?

-Es excelente a nivel de organización, de medios, de repercusión y de creación de contenidos… Pero es difícil que a los jugadores nos conozcan por la calle, en cambio a los de footy sí… Hay estadios que son muy bonitos, como el del Sidney; en nuestro campo metimos 14.000 personas el último encuentro. Están renovando muchos estadios porque en 2023 acogen el Mundial Femenino. Hay algunos que deben mejorar y el salario del futbolista es bajo comparado con España. Pero se está invirtiendo y este Mundial está siendo un subidón.

-¿Sigue a su Espanyol desde la distancia?

-Sigo al Espanyol, madrugo para verlo y si tengo partido intento seguir la información, sigo a periodistas y veo resúmenes amplios de partidos. No ha sido el comienzo esperado, creíamos dar un salto de calidad después del cambio de ciclo. Están estancados, pero esperemos que con los refuerzos estén más arriba y no sufran.

-¿Qué le parece el nivel de Darder, su ex compañero y al que ha visto crecer?

-La evolución de Darder es normal, es un gran jugador. Ya veíamos en los entrenamientos su nivel verdadero. Se ha liberado, especialmente el año de Segunda, y eso le ha hecho mejor jugador. Estoy muy contento por él, se lo merece, le encanta el fútbol, analiza siempre los partidos una vez acabados, le obsesiona, lo vive.