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Alphonso Davies

Alphonso Davies

De la guerra de Liberia a triunfar en el Bayern

La gran estrella canadiense nació en un campo de refugiados en Liberia en el que su vida era una batalla diaria por la supervivencia. El gobierno canadiense rescató a su familia y no desaprovechó la oportunidad. Ahora es considerado el mejor lateral izquierdo del mundo.

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Alphonso Davies, lateral izquierdo del Bayern Múnich, nació el 2 de diciembre de 2000 en el campo de refugiados de Buduburam, Ghana.

Sus padres, Debeah y Victoria, abandonaron su natal Liberia durante la Segunda Guerra Civil. El país llevaba más de 10 años desangrándose, desde el golpe de Estado que depuso a Samuel Doe a inicios de los 90. Ahora, la guerrilla Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia (LURD) planeaba apear del poder a Charles Taylor. Monrovia, hogar de la familia Davies, volvió a convertirse en un cruento campo de batalla.

“Era muy peligroso. La única forma de sobrevivir ahí era con armas. No teníamos ningún interés en disparar. Decidimos escapar de ahí”, dijo Debeah en 2017 en entrevista con el canal oficial de los Vancouver Whitecaps. “Teníamos que cruzar entre cuerpos para encontrar comida”, recordó Victoria. “La vida de un refugiado es como si te pusieran en un contenedor y te encerraran. No había forma de salir. Cualquier cosa podía pasar. El hambre también mata en un campo de refugiados, no solo en una zona de guerra”, añadió la madre de Alphonso.

En cuanto el ahora futbolista nació, la primera preocupación de sus padres era que sobreviviera. Cada día era una batalla para llegar a la mañana siguiente. No solo para Alphonso, sino también para sus padres y los dos hermanos que tenía entonces. Apenas había agua y comida. “Teníamos que asegurarnos de que tuviera algo para comer”, relató Debeah.

En 2006, cuando Alphonso todavía tenía cinco años, él y su familia tuvieron acceso a un programa de restablecimiento auspiciado por el gobierno canadiense. “Estaba triste porque toda mi familia se había quedado en Liberia y no tenía a nadie en Canadá, pero, por otra parte, feliz porque estaba viniendo con mi esposo y mis hijos para empezar una nueva vida”, rememoró Victoria.

Finalmente, la familia Davies pudo salir de Buduburam. El destino, Windsor, Ontario. Un año después, pudieron instalarse en Edmonton, Alberta. Debeah y Victoria trabajaron turnos dobles para solventar los gastos de la familia mientras Alphonso se hacía cargo de sus hermanos más pequeños.

Poco después, Alphonso pudo entrar a la St. Nicholas Junior High Soccer Academy, donde pudo cursar los grados 7°, 8° y 9°. Los ‘Knights’ ganaron todos los campeonatos locales con Davies en sus filas. “Alphonso fue y es un líder y un modelo para todos nuestros estudiantes”, dijo Marco Bossio, entrenador de Davies en St. Nicholas. Los Vancouver Whitecaps miraban atentos.

A los 14 años, Alphonso recibió una invitación para ingresar a tiempo completo, con todos los gastos pagados, a la Academia de los Whitecaps, situada en Burnaby, Columbia Británica. La oportunidad de una vida. Su madre no estaba tan segura. “No quería que se volviera un mal chico. Le dije que podría irse cuando cumpliera 16 o 17. Él me prometió que no cambiaría, que seguiría siendo el mismo. ‘Los haré orgullosos’”, dijo.

Al cumplir 15 años, a inicios 2016, Davies firmó su primer contrato profesional con el filial de los Whitecaps. En paralelo, ‘Phonzie’ intentaba concluir con sus estudios de high school, como parte del trato que tenía con su madre. Ya entonces se había convertido en el goleador más joven en la historia de la United Soccer League. En julio del mismo año, Vancouver le extendió un contrato para aparecer con el primer equipo en la MLS. Un año después obtuvo oficialmente la ciudadanía canadiense.

Hoy en día, Alphonso Davies está considerado como el mejor lateral izquierdo del mundo. Es titular del Bayern Múnich, club que lo fichó en 2018; su valor de mercado es de 70 millones de euros, según Transfermarkt; y será el estandarte de Canadá en su regreso a la Copa del Mundo de la FIFA después de 36 años de ausencia. Enterrado en el pasado quedó el contagio de COVID-19 que sufrió y la subsecuente miocarditis que le obligó a detener toda actividad por poco más de tres meses.

Y, claro, atrás queda la guerra liberiana, el campo de refugiados de Buduburam, y la angustia por sobrevivir al final de cada día. “La gente dice que soy una inspiración para ellos. Me alegra poderlos inspirar, pero es extraño para mí escuchar eso. Esto ha sido mi vida”, aseveró Alphonso en 2017, antes del despegue sideral de los últimos años. Antes de ser el mejor lateral izquierdo del orbe.

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