MIGRANTES DEL BALÓN | ENTREVISTA
Xesc Regis: “En Grecia una semana sometes al rival y a la siguiente no rascas bola”
La estrella española del Asteras Tripoli atiende a AS tras arrancar la temporada marcándole al Panathinaikos. “En la Superliga griega hay bastante desigualdad”, reconoce.
33 futbolistas españoles competirán esta temporada en la Superliga griega. A pesar de su edad (27 años), Xesc Regis (Palma de Mallorca, 1996) es uno de los hispanos que más experiencia acumula en el torneo. El balear, que debutó en LaLiga de la mano de su ahora rival José Luis Mendilibar, afronta su sexta temporada vistiendo la camiseta de un Asteras Tripoli (Asteras Aktor por razones comerciales) con el que ya acumula 143 partidos, 21 goles y 14 asistencias. “Cuando llegué Grecia no tenía muy buena fama. Se comentaba que había muchos clubes que debían dinero a muchos jugadores”, rememora Xesc, que se cita con AS tras estrenar el nuevo curso de la mejor manera posible: “Ganarle al Panathinaikos y marcar el gol de la victoria es aquí un hito importante, pero me lo tomo con normalidad”.
Sexta temporada ya en Grecia.
Sí, este va a ser mi sexto año ya, sí. No hablo todavía griego, pero la verdad es que sí que me he acostumbrado un poco a la ciudad, al país y demás. Adaptado estoy. Obviamente no todo es siempre un camino de rosas, pero tampoco puedo quejarme de nada.
Viene de ser la gran figura del Asteras en la victoria ante Panathinaikos. Provocó una expulsión, marcó de falta directa...
Sí, esta semana la prensa me está dando bola (risas), pero yo soy partidario de no venirme arriba en estos momentos. Y también de no venirme abajo cuando van mal las cosas. Es verdad que ganarle al Panathinaikos y marcar el gol de la victoria es aquí un hito importante, pero me lo tomo con normalidad. Tanto yo como todo el equipo en general. En Grecia son muy efusivos, pero en el vestuario hemos encajado esta victoria con naturalidad.
El partido empezó caliente porque su equipo decidió no saludar al equipo arbitral.
Sí, fue una orden que nos dieron desde el club. Estaban especialmente descontentos con la designación arbitral por los malos arbitrajes que sufrimos el año pasado. Se plantearon incluso no presentarse al partido, pero al final decidieron que no le diéramos la mano al árbitro en señal de protesta. No hay que darle importancia, para nosotros es solo una anécdota.
No salió mal la cosa.
Sí, lo comentamos de broma en el vestuario, que igual no deberíamos darle más la mano a ningún árbitro (risas).
De todos modos, son pocos los futbolistas españoles que me hablan bien de los arbitrajes en Grecia.
Y eso que igual has hablado con gente que juega en buenos equipos, quiero decir, del top 4 o top 5 de la categoría. Aunque bueno, pensándolo bien los equipos de arriba también dicen que los árbitros son malos. Podríamos decir que es un tema con el que aquí nadie está contento.
Antes le decía que fue el MVP de la victoria ante el Panathinaikos, pero la prensa griega le señala además como el jugador llamado a liderar al Asteras esta temporada. ¿Siente esa responsabilidad?
Siento que el club confía bastante en mí, la verdad. Y, a su vez, estoy en un momento en el que me siento bastante bien jugando al fútbol. Vengo de hacer una buena temporada a nivel personal, pero tampoco creo que deba sentirme el líder del equipo porque somos un club humilde y creo que, para hacer grandes cosas, debemos funcionar como equipo. Tiene que destacar el grupo y no un jugador en concreto.
Este año son más de 30 españoles en la Superliga griega y España viene de ganar la Eurocopa. ¿Se valora mucho en Grecia al futbolista español?
Yo creo que es obvio que a los griegos les gusta mucho el futbolista español. Y eso se ve en que cada año intentan fichar a más y más. De hecho, en mi primer año en el Asteras éramos como 11 españoles. Y, además, el entrenador era Borja Jiménez. Se puede intuir lo mucho que gusta el futbolista español en Grecia.
¿Cómo recuerda su fichaje por el Asteras?
Pues tenía 21 años y estaba jugando en el Vitoria, que era el filial del Éibar. Hice buenas temporadas y ya en diciembre vinieron a por mí. Era mi último año de contrato y el Éibar no había movido ficha. Vi que tampoco tenían muchas ganas de renovarme, así que vi con buenos ojos la oferta del Asteras y la idea de dar el salto al fútbol profesional. Quise salir en invierno, pero el Éibar no me dejó, así que tuvimos que esperar hasta el verano, aunque firmé en febrero. La verdad es que en esa época Grecia no tenía muy buena fama. Había sufrido una profunda crisis y se comentaba que había muchos clubes que debían dinero a muchos jugadores. La gente no recomendaba ir a Grecia porque muchos no veían un duro, pero creo que todo es distinto ahora, al menos en mi club.
¿Le dio miedo o respeto salir de España con tan solo 21 años?
Es verdad que lo normal sería tener miedo porque llegas a un club nuevo, a un país nuevo, con un nuevo idioma... Pero la verdad es que yo en ese momento no tuve ningún miedo, estaba más bien ilusionado. Me apetecía salir de España, pero no lo supe hasta que surgió la oportunidad. Es verdad que no tuve un buen comienzo en el club. Los primeros meses fueron mi etapa más jodida en el Asteras.
¿Es normal, no?
Fue raro, porque como te he comentado éramos muchos españoles y parecía que eran los griegos los que se tenían que adaptar a nosotros. Supongo que lo normal fuera es que te traduzcan las cosas al español, pero en ese momento el traductor era para los griegos. Era hasta incómodo porque parecía que estábamos en España y no en Grecia. Es decir, no creo que mis malos meses fueran por falta de adaptación porque no sentía que estuviera fuera de España. Fueron más bien temas futbolísticos.
¿Notó muchos cambios de la Segunda División B española a la Superliga griega?
Sí que se nota bastante el cambio. Sobre todo en el apartado físico. Aquí le dan mucha importancia al apartado físico, y aunque el equipo sea malo, los jugadores están muy, muy bien físicamente hablando. Y técnicamente, obviamente son mejores que en Segunda B. Aquí lo curioso es que el partido puede cambiar mucho dependiendo del rival. Hay bastante desigualdad.
Se nota entonces la diferencia de jugar contra un Olympiacos a enfrentarse a un recién ascendido.
Cambia una barbaridad. Afrontas el partido de una manera totalmente diferente. En la Superliga griega una semana sometes al rival y a la siguiente no rascas bola. Es complicado.
Es muy difícil predecir un resultado en la Superliga griega.
Es eso, estos últimos años que Olympiacos no ha sido tan dominante gana uno la liga, al año siguiente la gana otro, la Copa la gana otro diferente, va Olympiacos y gana la Conference League... Es casi imposible predecir qué va a pasar este curso. De hecho, por cómo es la prensa y las aficiones, ya están descartando a Panathinaikos de la carrera por la liga por haber perdido contra nosotros. ¡Y llevamos solo una jornada! Es todo un poco loco.
¿Le sorprendió la victoria de Olympiacos en Conference?
A ver, aquí en Grecia fue un bombazo. Durante semanas, los aficionados de Olympiacos se sintieron los reyes de Europa. De hecho, llevan meses paseando el trofeo por toda Grecia. A mí me sorprendió, la verdad, no me lo esperaba para nada. Se fueron colando poco a poco y al final... Pero bueno, estas cosas pueden pasar cuando tienes un entrenador tan bueno como Mendilibar. Yo creo que eso les ha ayudado un poco.
De hecho, usted debutó en Primera División con la camiseta del Éibar y Mendilibar como entrenador. ¿Tuvo mucho contacto con él en aquella época?
La primera temporada sí porque estaba en la dinámica del primer equipo. Pero le traté como entrenador, personalmente no creo que pueda decir que le conozco mucho. Me gustaba mucho su estilo y entrenar con él. Los entrenamientos eran una gozada porque, además, aquel era un muy buen Éibar con muy buenos jugadores. Fue una temporada muy buena para todos.
Debutó en el Wanda, contra el Atlético de Madrid el día de la despedida de Fernando Torres.
Sí, justo era la despedida de Fernando Torres. Salí en el descuento, no sé si llegué a jugar un minuto (risas). Creo que Mendilibar me sacó por hacerme un favor, porque era la última jornada, había ido ya varias veces convocado y todavía no había jugado. Yo lo sentí como un premio, aunque, como anécdota, el nombre de mi camiseta estaba mal escrito. Ponía ‘Xec’, no ‘Xesc’. Cuando lo vi pensé: ‘Joder, justamente hoy que igual salgo’. Le da un toque gracioso al debut.
Qué mala suerte. Encima esa es la típica camiseta que se enmarca. Y venía con errata.
Sí, pero bueno. La tengo guardada en casa. Una la tengo yo y la otra se la di al Leioa, un club en el que también jugué. En esa el nombre está también mal escrito, por supuesto.
¿Ha podido hablar con Mendilibar las veces que se han enfrentado en Grecia? ¿Se acordaba de usted?
Sí, nos hemos enfrentado ya alguna vez, pero no hemos coincidido. Es decir, no lo vi en todo el partido. Sí que hablé con Toni (Ruiz), su asistente, y me dijo que me tenían controlado por los vídeos que habían visto del Asteras a la hora de preparar el partido. Parecen muy buena gente. Y buenos profesionales, además. Con Olympiacos han hecho historia.
¿Les ve favoritos para ganar la liga?
Han fichado bien, al final tienen unos presupuestos que son una locura. Pero no sabría decirte. Es favorito el Olympiacos, es favorito el AEK, es favorito el PAOK, es favorito el Panathinaikos...
¿Y qué reto se ha marcado el Asteras para esta temporada?
Este año han cambiado el formato y la liga no se va a partir en dos, sino en tres. Nuestro objetivo normalmente es alcanzar el ‘play-off’. Y, si se dan las circunstancias, intentar colarnos en puestos Europeos. Otro objetivo del club siempre es la Copa, aunque en los últimos años se nos ha dado bastante mal. El Asteras llegó en su día a una final y dicen que les robaron, así que tienen esa espinita clavada. Por eso le dan mucha importancia a la Copa.
¿Qué le parece el formato de la Superliga griega? El año pasado acabaron la primera fase séptimos y eso hizo que la temporada acabara prácticamente en marzo.
Eso es una mierda. Quedarse ahí es horrible porque el equipo nota el bajón. Es decir, te quedas a las puertas del ‘play-off’ y ya no luchas por prácticamente nada. Porque el club pone nuevos objetivos, pero no es lo mismo y pones el piloto automático. No compites, los últimos dos meses de temporada prácticamente no compites.
¿Mueve mucha afición el Asteras? Tripoli no deja de ser una ciudad de poco más de 30.000 habitantes.
Desafortunadamente somos de los equipos que menos afición tiene. Eso hace que presión por parte de los aficionados tengamos más bien poca. Es verdad que cuando la cosa va bien notas que más gente se sube al barco, pero normalmente al estadio vienen pocas personas. En comparación con los de arriba, nada que ver. De hecho, hay veces que hemos jugado en casa y parecía que jugábamos fuera por la cantidad de aficionados visitantes que había en las gradas. Y eso es una putada. Aunque bueno, igual hay futbolistas que en determinados momentos prefieren jugar sin público porque le toca mucho los huevos. Si no va bien la cosa igual interesa (risas).
Los presidentes de los clubes griegos suelen ser algo excéntricos. ¿Es el caso del Asteras?
A ver, aquí los presidentes mandan mucho, porque al final son sus clubes. ¿Si no mandan ellos quién va a mandar? Pero en el Asteras no tengo la sensación de que el presidente quiera manejar los hilos de todo. Alguna vez ha bajado al vestuario a meternos caña, pero yo llevo aquí cinco años y es algo que ha pasado un par de veces. En este club es todo bastante tranquilo.
¿Y a nivel de instalaciones? Otra cosa que destacan muchos futbolistas es la falta de recursos.
Parece que le estoy haciendo la pelota al club, pero la verdad es que las instalaciones del Asteras están bastante bien. Es decir, tenemos un poco de todo: renovaron el gimnasio el año pasado y es todo nuevo, tenemos sauna, piscinas de agua caliente y fría, jacuzzi... No sé, la única pega que pondría es que tenemos solo un campo de entrenamiento, y cuando lo usas mucho, hace frío o llueve se pone mal.
¿En qué posición prefiere jugar?
Ahora mismo puedo jugar en cualquier posición del ataque. No tengo preferencia, la verdad. Lo que más me importa es jugar. Es verdad que llegué aquí como delantero centro y cuando me empezaron a poner en banda pensaba: ‘Puf. A mí lo que me gusta es estar cerca del área y tener oportunidades de marcar’. Pero ahora mismo me siento bien jugando de delantero, de mediapunta, de extremo izquierdo y de extremo derecho.
¿Tiene un delantero referencia?
Si me preguntas por el delantero al que idolatraba en la infancia te diría Eto’o. Se nota que soy de Mallorca (risas). Aunque eso va por épocas y he tenido varios. Ahora mismo la verdad es que no veo mucho fútbol.
¿Porque no le gusta?
No es que no me guste, pero no voy a cancelar ningún plan para ver un partido de fútbol. A no ser que me interese mucho muchísimo. Si no tengo nada que hacer sí que veo algún partido.
¿Y cuando ve fútbol no hay delanteros que le llamen la atención?
Sí, claro. Lo que no sabría es decirte uno específico. Igual es la respuesta típica ahora porque está de moda, pero Mbappé me gusta mucho, obviamente. Es rápido, ataca los espacios... Es un tipo de delantero que me gusta.
Ahora el Asteras ha fichado a Martin Adam, que se hizo viral en la Eurocopa debido a su corpulencia.
Sí, me llamó la atención que le ficharan porque le había visto en la Eurocopa y había visto tuits que habían puesto sobre él. Acaba de llegar y la primera impresión que da es de ser una persona bastante peculiar, pero ya se está soltando y hace sus bromas y demás. Impacta porque es muy grande y parece que va siempre con cara de enfadado. Es que parece un vikingo, tal cual. La gente le tenía mucho respeto al principio porque parece que te va a matar, pero qué va. Es muy majo y parece que va a ser un muy buen compañero de vestuario.
¿Qué planes de futuro tiene? Acaba contrato en 2025.
Va a parecer que estoy tirando balones fuera, pero todavía no he pensado en eso. Mi único objetivo ahora es hacer una muy buena temporada. Y ya se verá. Acabamos de empezar, todavía queda mucho y pueden pasar muchas cosas.