Mendilibar lleva la paz a Olympiacos

Solo han pasado dos meses y medio desde que fue nombrado nuevo entrenador de Olympiacos, pero José Luis Mendilibar ya se ha ganado un lugar en el corazón de los aficionados rojiblancos. Antes del aterrizaje del español en el Georgios Karaiskakis, Olympiacos se había convertido en un barco difícil de manejar. Sin ir más lejos, su antecesor, el portugués Carlos Carvalhal, tan solo duró 65 días en el cargo. Y tras su destitución, Mendilibar se convirtió en el cuarto entrenador de Olympiacos esta temporada -contando con Sotiris Sylaidopoulos, que dirigió un partido como técnico interino-. Con ‘Mendi’ al frente, el sol brilla más que nunca en El Pireo: Olympiacos tendrá que pelear la Superliga mientras disfruta de las primeras semifinales europeas -Conference League- de su historia. Bendito ‘problema’.

Mendilibar debutó como entrenador de Olympiacos frente a Ferencvaros, en el ‘play-off’ de la UEFA Conference League. Pocos confiaban en que el equipo griego pudiera superar la eliminatoria, pero lo hizo ganando tanto en la ida como en la vuelta y manteniendo su portería a cero. Al contrario de lo que hicieron sus antecesores, Mendilibar colocó a cada jugador de Olympiacos en su posición y le dio la espalda a los experimentos. Y ese pragmatismo se transformó en resultados. Ganó sus seis primeros partidos y su primer tropiezo no llegó hasta que llevaba un mes en el cargo. Cayó goleado (1-4) en la ida de los octavos de final de la Conference frente al Maccabi Tel Aviv, pero logró una épica remontada en la vuelta (1-6) que reforzó su posición como entrenador. En El Pireo no hay quien no ame a Mendilibar. Y menos días antes de que Olympiacos dispute ante el Aston Villa las primeras semifinales europeas de su historia. Unas ‘semis’ que el cuadro rojiblanco alcanzó tras eliminar a un club turco, Fenerbahce, con la carga cultural e histórica que eso conlleva. Lo logró en la tanda de penaltis y el héroe fue el joven guardameta griego Tzolakis (21 años), suplente hasta la llegada de Mendilibar al banquillo de Olympiacos.

En la Superliga griega, la historia de Olympiacos es similar. Cuando Mendilibar aterrizó en el Georgios Karaiskakis, el cuadro rojiblanco era cuarto y tenía seis puntos de desventaja respecto al PAOK, que ocupaba entonces el liderato de la competición. El debut de Mendilibar en liga fue precisamente frente al club de Salónica y el resultado sorprendió a propios y extraños: 1-4. Olympiacos ganó en La Tumba y se unió a la carrera por la Superliga. Más tarde tropezó en casa ante Panathinaikos y también cayó frente al AEK en Atenas, pero cuenta el resto de sus partidos por victorias. De hecho, el equipo dirigido por Mendilibar continúa en la pelea por el título y la prueba de ello es que depende de sí mismo para colocarse a tan solo tres puntos del liderato.

Hasta ahora, José Luis Mendilibar se ha sentado en el banquillo de Olympiacos en 15 ocasiones, logrando un balance de 11 victorias, un empate y tres derrotas. Es verdad que los refuerzos llegados en enero (Ciquinho, David Carmo, Gelson Martins o André Horta) marcan la diferencia, pero ‘Mendi’ también ha sabido exprimir al máximo a futbolistas como Podence, Jovetic o Iborra. Y el resultado es haber alcanzado el final de temporada con prácticamente toda la plantilla enchufada, tal y como se pudo comprobar en la última victoria liguera ante el PAOK. Mendilibar hizo ocho cambios respecto al 11 que jugó días atrás en Conference League y eso no se transformó en un peor rendimiento colectivo del equipo, que ganó 2-1 con la excelente aportación de Gelson Martins, que no está inscrito en Conference; Quini, que anotó un gol, o Retsos y Abbey, que se postularon como recambios de garantías para el centro de la zaga.

Olympiacos todavía tendrá que jugar siete partidos -ocho si alcanza la final de la Conference League- de aquí a final de temporada, y aunque el resultado de los mismos es incierto, lo seguro es que José Luis Mendilibar tendrá la oportunidad de dirigir al club de El Pireo la próxima temporada. Hay que remontarse a 2017 para encontrar un entrenador que promedie más puntos por partido (2,27) que el español al frente de Olympiacos. Por eso lo inteligente es dejarle trabajar... en paz.