El periodista murciano que ‘juega’ con Bonaire: “Mis padres pensaban que les estaba vacilando”
Pedro Rodríguez (Murcia, 1998) estudió periodismo y desarrolló una afición extrema por el fútbol de selecciones. Su sueño siempre fue trabajar en un combinado nacional, pero nunca imaginó que sería formando parte de un cuerpo técnico y viviendo los partidos desde el banquillo. “Siempre intentaba viajar por mi cuenta en las fechas FIFA para ver a las selecciones más modestas. Liechtenstein, San Marino, Andorra, Gibraltar... Pero Europa se me quedó pequeña y fui también a Asia o a África “, descubre Pedro, que en 2019 disfrutó ‘in situ’ de la Copa de África y la Copa de Asia. También viajó al Caribe, pero no lo hizo para disfrutar de sus playas paradisiacas. Pedro Rodríguez voló a la Isla de San Martín para presenciar la Concacaf Nations League. Contactó con varias selecciones y compartió un trayecto de 15 minutos en barco con Bonaire. Fue poco tiempo, pero le cambió la vida. “Me ofrecieron ir con ellos desde San Martín hasta Anguila e hice migas con el vicepresidente de la Federación y un miembro del ‘staff’. No perdimos el contacto y hace unos meses me propusieron ser parte del cuerpo técnico de Mauricio Tobón. Para mí, esto es un sueño hecho realidad. No me lo creo. He llegado a formar parte de una selección gracias a las locuras que he compartido en Twitter. No tengo palabras”, confiesa Rodríguez tras un parón internacional en el que Bonaire ha hecho historia logrando tres victorias y un empate que la colocan como líder de su grupo en la Liga C -Tercera División- de la Concacaf Nations League.
Bonaire, una isla que forma parte de las Antillas Neerlandesas, cuenta actualmente con poco más de 20.000 habitantes y mantiene un estrecho vínculo con los Países Bajos. En dicho territorio situado frente a la costa occidental de Venezuela el idioma oficial es el papiamento, una mezcla entre español, portugués y neerlandés. No obstante, gran parte de la población entiende y habla el español, lo que le ha facilitado la adaptación a un Pedro Rodríguez “sorprendido” por el recibimiento que le han dado: “No sabía si me iban a aceptar, pero ha sido impresionante. Soy uno más”. La selección de Bonaire no forma parte de la FIFA, pero sí fue aceptada por la Concacaf y por la Unión Caribeña de Fútbol. Juega sus partidos como local en Curazao porque su estadio aún no está acondicionado para acoger enfrentamientos internacionales, pero está logrando resultados difíciles de imaginar. Si finalizan la Concacaf Nations League en primera posición disputarán la fase previa de la Copa Oro. Todo con un combinado de jugadores y técnicos para los que el fútbol es tan solo es tan solo un suplemento. “Rishion Frans es portero y guardia forestal, Robert Frans, el capitán, es policía, y el entrenador, Mauricio Tobón, se dedica al sector textil”, descubre Pedro Rodríguez. Solo Marnix Eustachia y Rachid Trenidad, que juegan en el fútbol amateur de Países Bajos; Guillermo Montero, que compite en la Tercera División de Rumanía, y Quincy Hoeve, que milita en el filial del Gil Vicente, juegan fuera de la modesta liga bonairense.
Bonaire está logrando los mejores resultados de su historia con un español en el cuerpo técnico. “En el ‘staff’ somos cinco personas y todos hacemos de todo. Incluso al propio seleccionador a veces le toca lavar la ropa o hinchar balones. Yo soy graduado en periodismo, pero aquí no hago nada que se le parezca. Pongo conos, ayudo en los entrenamientos, preparo el vestuario para los partidos... Un poco de todo”, revela Rodríguez, que firmó con la Federación de Bonaire hasta marzo de 2023 pero espera renovar -si el equipo logra clasificarse para la fase previa de la Copa Oro- y seguir viviendo un sueño del que espera no despertar. “Cada uno tiene sus vicios. Unos se apuntan al gimnasio, a otros se compran una moto, otros fuman y se compran un paquete de tabaco todos los días... Mi máxima pasión era ahorrar para poder viajar en las fechas FIFA y mi sueño era poder formar parte de una selección. Clubes hay muchos, pero selecciones solo 217 y formar parte de una de ellas y escuchar el himno es algo indescriptible″, descubre el murciano, cuyos padres “pensaban que les estaba vacilando” cuando les comunicó que volvía al Caribe, aunque en esta ocasión para formar parte del cuerpo técnico de Bonaire. “Estaban inquietos, pero antes viajaba solo y ahora lo hago rodeado de 30 personas que se han convertido en mi familia. Eso les deja más tranquilos”, sentencia desde el Caribe.