El español que salvó al club más grande de China: “Me llaman ‘El Santo’”

En 2011, el Guangzhou Evergrande irrumpió con fuerza. Impulsado por el respaldo económico de uno de los gigantes inmobiliarios de China, Evergrande Group, el Guangzhou se erigió como uno de los clubes más potentes del fútbol asiático. Ganó la Superliga china de manera ininterrumpida entre 2011 y 2017, tiempo en el que también alcanzó la cúspide continental al convertirse en el primer club chino en ganar la Champions de Asia (2013 y 2015). Robinho, Jackson Martínez, Talisca o Paulinho vistieron su camiseta seducidos por salarios que, en algunos casos, superaban los 12 millones de euros anuales. Sin embargo, la pandemia de la COVID-19 desató una crisis económica y estructural que golpeó a Evergrande y dejó al club huérfano de su mayor inversor. El impacto fue devastador: pérdida de estrellas, problemas de gestión y, finalmente, un inesperado descenso a Liga Jia (Segunda División) en 2022.

En medio de este caos, Salva Suay (Valencia, 1979), entrenador español y uno de los artífices de la reconstrucción del club, asumió el reto de liderar un proyecto marcado por la incertidumbre. El valenciano, que hasta entonces dirigía al equipo Sub-21, se puso al frente de la primera plantilla del Guangzhou FC en junio de 2023, cuando el equipo marchaba penúltimo en la Liga Jia y tan solo había conseguido tres empates en las primeras ocho jornadas del campeonato. “En 2018, cuando llegué por primera vez al Guangzhou, que todavía era Guangzhou Evergrande, era el club que más pagaba de China. Estaban Talisca, Paulinho o Alan y el entrenador era Fabio Cannavaro, que tenía un cuerpo técnico de 14 personas. Era un club con una estabilidad y unas condiciones muy buenas para trabajar, pero todo se fue al traste en 2021. Ahora estamos intentando renacer con la colaboración de los gobiernos locales y provinciales”, descubre Suay, que trabajó en las canteras de Levante, Villarreal y Atlético de Madrid, donde dirigió a jugadores como Koke, De Gea o Iborra, y acumula seis años de experiencia en el fútbol chino.

En su primera temporada como entrenador del Guangzhou, Salva Suay consiguió salvar al equipo del descenso a Tercera. Un “éxito” que el español logró sin futbolistas extranjeros: “Como en China había dinero de sobra, se intentaba asegurar el rendimiento fichando a extranjeros contrastados, pero nosotros estamos demostrando que aquí también hay talento. Tenemos un presupuesto normal dentro de la Segunda División china y estamos compitiendo con equipos más ricos gracias, en parte, al talento de nuestros jóvenes futbolistas. Creo que podemos marcar un punto de inflexión en el fútbol chino”. En 2024, ya con tres foráneos en el equipo (el defensa lituano Rimvydas Sadauskas y los atacantes colombianos Juan Penaloza y Juan Alegría) y un 11 de 21 años de media, Salva Suay consiguió que el Guangzhou peleara por un ascenso que fue posible hasta la última jornada. “Acertamos con los fichajes y los locales han dado un rendimiento muy alto durante toda la temporada. Nuestro objetivo era la permanencia y quedamos terceros, así que solo podemos estar contentos. El club va por buen camino”, analiza el entrenador español.

Salva Suay, ‘Padrino’ de un gigante

La historia de Salva Suay con el Guangzhou FC no se limita a estas dos últimas temporadas como primer entrenador. El valenciano llegó al club en 2018 y conquistó multitud de títulos con la cantera. Es por eso por lo que la afición, que llegó a temer la desaparición de su equipo, le venera. “Me llaman ‘El Santo’ porque dicen que les he salvado. Están agradecidos y me han cogido bastante cariño porque llegué al banquillo con el equipo penúltimo y parecía que íbamos a bajar a Tercera”, descubre Suay, que hace unas semanas fue nombrado ‘Padrino del Cantón FC’: “Me llama la atención porque es un club con mucha historia que en los últimos años ha tenido entrenadores como Marcello Lippi, Luiz Felipe Scolari o Fabio Cannavaro. Creo que son un poco exagerados (risas), pero es de agradecer que valoren tu trabajo, más cuando estás tan lejos de casa”. El entrenador valenciano cree que “todavía queda mucho trabajo por hacer”, aunque siempre es “fácil” trabajar en un club con los medios del Guangzhou FC: “Nuestra ciudad deportiva es nivel top mundial. Si quieres ver algo parecido en Europa te tienes que ir al Manchester City, el PSG o el Real Madrid”. El club también pretendía construir uno de los mejores estadios del mundo, pero la caída de Evergrande retrasó un proyecto que en los últimos años ha sufrido varias modificaciones.

El fútbol chino, ¿en crecimiento?

Aunque la burbuja del fútbol chino aún colea -el brasileño Oscar continúa en Shanghai Port y cuenta actualmente con un salario que ronda los tres millones de euros anuales-, son muchos los clubes que sucumbieron a las medidas de control acrecentadas por la COVID. Desde 2021, una treintena de clubes han desaparecido y otros tantos, como el Guangzhou FC, se han tenido que resetear para continuar viviendo. Un alboroto futbolístico que también se vio salpicado por la corrupción y los amaños. “Hace poco se publicó una lista de 43 personas, entre las que hay futbolistas y entrenadores en activo, a los que se ha inhabilitado por corrupción y amaños de partidos”, descubre Salva Suay, quien cree que “la Superliga china se equivocó al querer crecer sin implementar ningún control económico sobre los clubes”: “Muchas veces nos quejamos del ‘fair play’ financiero que hay en España, pero con ese tipo de normas aquí se habría evitado que desaparecieran y sigan desapareciendo muchos clubes”. Suay vivió en primera persona la recesión del fútbol chino, pero asegura que este “está creciendo otra vez”. A pesar de que las monstruosas inversiones quedaron atrás, “muchos clubes mantienen estructuras de primer nivel y la ausencia de extranjeros contrastados hace que los locales tengan más oportunidades”.

A pesar de las dificultades logísticas que supone entrenar en China -”hay desplazamientos para los que hacemos siete horas de avión y un par más en tren bala, en el tiempo que tardamos en cruzar el país podrías recorrer toda Europa”-, Salva Suay se encuentra “encantado” en Cantón. “Antes de venir de China solo había oído hablar de Pekín o Shanghái, pero esta ciudad también es espectacular. Hay zonas muy exclusivas en las que el alquiler más barato puede costar 94.000 dólares mensuales”, descubre el español, testigo directo del crecimiento que está experimentando China en los últimos años: “Cada día que pasa ves mejores carreteras, mejores construcciones, nuevas plazas”. Salva Suay espera que su trayectoria como entrenador del Guangzhou FC no haya hecho más que comenzar, aunque ‘la terreta’ tiene un magnetismo especial: “España tiene cosas que no encuentras en ningún sitio. Y cuando pasas un tiempo fuera lo notas. En China, por ejemplo, es difícil ver el cielo azul. Son pequeñas cosas de las que no te das cuenta hasta que te vas. Estoy muy a gusto aquí, pero algún día me gustaría volver a estar cerca de casa”.