De Galicia al corazón de Asia: un español tras la conquista del fútbol kirguís
David Monteagudo, preparador físico gallego del Bars Issyk-Kul, pelea por el título en Kirguistán y sueña con hacer historia en Asia Central.

A 1.800 metros de altitud, entre montañas nevadas y calles que huelen a leña y carbón, un español trabaja en silencio para entrar en la historia del fútbol de Asia Central. David Monteagudo (O Barco de Valdeorras, 1995) es preparador físico del FC Bars Issyk-Kul, un club fundado este mismo año en Karakol, una ciudad enclavada en el este de Kirguistán, y que en su primera temporada ya pelea por el campeonato nacional. Si lo consigue, Monteagudo podría convertirse en el primer técnico español en conquistar una liga en el corazón de Asia.
“Vivimos en una ciudad pequeña -con cerca de 90.000 habitantes, y aunque lejos de los 1,2 millones de la capital, Biskek, sigue siendo una de las ciudades más pobladas de Kirguistán-, y muy tranquila”, cuenta desde su casa con vistas a las montañas. “Por las noches ya refresca, incluso ha empezado a nevar. Pero me he adaptado muy bien, estoy muy centrado en el trabajo, en el fútbol, y la verdad es que nos va bastante bien. Llevamos cinco victorias seguidas y estamos peleando por el título. No puedo pedir más”, añade Monteagudo, conocido por sus allegados como Monty.
Monteagudo llegó al país hace apenas tres meses, tras ser contactado directamente por el club. “En realidad, la primera idea era ir a la Federación de Kirguistán, pero terminé hablando con el entrenador, que había dirigido a la selección olímpica, y me dijo que querían darle una vuelta a todo”, explica. “A pesar de que es un proyecto nuevo -el FC Bars fue fundado en 2024 y comenzó a competir esta temporada directamente en la Kyrgys Premier League-, el objetivo es ganar la liga y clasificarnos para competiciones asiáticas. Esa ambición me convenció”, añade el español.
Me tenía que ir solo y no tenía muchas referencias, así que de lo primero que me preocupé es de la seguridad. No quería encontrarme con ningún tipo de conflicto.
David Monteagudo
Aunque David Monteagudo ya estuvo en China -trabajó junto a Pablo Villar en el Meizhou Hakka, de la Superliga china-, cruzar medio mundo para trabajar en un país del que no sabes prácticamente nada nunca es fácil. “Me tenía que ir solo y no tenía muchas referencias, así que de lo primero que me preocupé es de la seguridad. No quería encontrarme con ningún tipo de conflicto”, rememora el gallego, que conocía Kirguistán “de oídas”: “Te suena porque existe Kirguistán, Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán... Cuando dije que me iba a un país terminado en ‘-tan’ la familia se sorprendió y tuve que explicarles que se trataba de un país seguro. Si hubiera ido a Afganistán no estarían tan contentos”, añade con media sonrisa.
El club del presidente nacional
El FC Bars es un proyecto peculiar. Su nombre significa leopardo de las nieves, el animal nacional kirguís. “Es un símbolo muy poderoso aquí. Yo aún no me he cruzado con ninguno, ni espero hacerlo, pero sé que viven en las zonas más altas, por encima de los 2.000 metros”, descubre Monteagudo.
Aunque es difícil encontrar información al respecto, el gallego desvela que su propietario es el presidente del país, Sadyr Japarov, un ferviente aficionado al fútbol que decidió devolver a Karakol un equipo profesional después de más de una década. Japarov, que accedió al poder en 2020, después de que una denuncia por fraude electoral provocaran una ola de protestas, ha impulsado al club tanto mediática como económicamente. El Bars reconstruyó el estadio más grande de Karakol y cuenta con una plantilla repleta de estrellas locales: “Tenemos a los mejores jugadores del país. Al capitán de la selección -Valerii Kichin-, al jugador con más internacionalidades -Kayrat Zhyrgalbek uulu-, jugadores de la selección olímpica, que se acaba de clasificar para la Copa de Asia... Son futbolistas con el máximo nivel de profesionalidad”. Actualmente acuden a sus partidos unos cinco mil aficionados. Su gran rival futbolístico, el Muras United, está en manos del ministro de Defensa. La tensión está servida.

En Kirguistán, Monty se ha encontrado con una competición en la que el físico manda y los árbitros son muy permisivos: “Tácticamente es menos ordenado, pero el nivel es muy bueno”. Aunque el español llegó al país asiático como preparador físico, su trabajo en el equipo va mucho más allá de preparar físicamente a los futbolistas: “También hago funciones de asistente, trabajo individual con jugadores, corrección técnica y táctica”.
Actualmente, David Monteagudo basa su vida en el trabajo, aunque es consciente de que hay países en los que todo es insuficiente. Y Kirguistán, una trituradora de entrenadores, es uno de ellos: “Aquí los cambios en los banquillos son muy habituales. Nosotros llevamos tres esta temporada, y el Muras United, que es el otro equipo que está luchando por el campeonato, otros tres. Y son pocos, el siguiente en la clasificación lleva cinco”. Con la llegada del ruso Igor Surov, el Bars parece haber dado con la tecla: “Hemos ganado los cinco partidos con tres porterías a cero. Llevamos 17 goles a favor, solo tres en contra... El equipo se ha asentado”.
Kirguistán, un país occidentalizado
A pesar de estar a más de 8.000 kilómetros de España, David Monteagudo define Kirguistán como “un país muy occidentalizado”. “Tiene influencia rusa y eso se nota en el día a día. Por ejemplo, aquí no hay Uber, hay Yandex que es el Uber ruso, y Glovo tampoco, está el Glovo ruso. También hay una aplicación alternativa a Google Maps, que tampoco funciona bien aquí. Lo demás, quitando TikTok, que está vetado, funciona”.
Lo que no está vetado en Kirguistán son las saunas, que cumplen una función social muy importante en la cultura de Rusia y de muchos países postsoviéticos. “Ellos lo llaman ‘banya’. Vamos después de los partidos”, descubre Monty, que también se ha visto “gratamente” sorprendido por la gastronomía de Asia Central: “No es come cerdo, porque es un país de mayoría musulmana, pero se come mucho cordero, mucha ternera, muchas verduras. Todo muy rico, la verdad”.
Karakol, un imán para turistas
Karakol lo tiene todo. En verano, la ciudad se llena de turistas que buscan refrescarse en el lago Issyk-Kul, uno de los más grandes del mundo -Kirguistán no tiene salida al mar-. Y en invierno, la nieve convierte sus montañas en una gran estación de esquí. “Llegan muchos visitantes. Tanto kirguís como extranjeros. Rusos, americanos... Y para mi sorpresa también españoles”, descubre Monteagudo, que solo se ha encontrado con gente “amable y abierta”: “Todos preguntan que de dónde eres, que qué haces aquí... El idioma es una barrera, pero voy con el traductor a todos lados y me estoy preocupando por aprender un poco de ruso y kirguís para ir superando esas barreras poco a poco”.
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En lo meramente futbolístico, el Bars afronta las últimas cuatro jornadas de liga con opciones reales de título. “Nos quedan 12 puntos en juego”, cuenta Monteagudo. “Nuestro rival, el Muras United, tiene un punto más, pero tiene que jugar competición continental y eso nos puede beneficiar. Si ganamos los cuatro partidos creo que podremos proclamarnos campeones”, vaticina el español, que espera grabar su nombre en la historia del fútbol de Asia Central.
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