Una ‘Superliga’... de juveniles

Uno de los cambios que se han planteado en las reuniones de la comisión para reformar las competiciones se basa en un cambio radical de cara a las ligas juveniles. Transformación que se ha planteado, en un primer momento, de cara a la temporada 2026/2027. Una reestructuración que tiene como objetivo que los mejores equipos jueguen entre ellos en dos grupos principales que formarían la categoría principal. Otros cuatro grupos estarían en un escalón inferior. Una revolución para la actual División de Honor juvenil, formada en la actualidad, en su primera división, por siete grupos (seis de 16 equipos y uno de 18) que se reparten por proximidad geográfica.

El cambio cambiaría por completo el panorama, ya que se pasaría de 96 equipos actuales en la máxima división, a unos 40. Una idea que aún está en elaboración y que tendría varios objetivos. Se espera que la competición sea más atractiva e igualada al enfrentar a los mejores de la categoría en dos grupos. Y también se trata de una modificación dirigida a subir el nivel del jugador, que al enfrentarse a los equipos más fuertes se encontrará una mayor exigencia. Todo, en lo que se podría llamar como una ‘Superliga’ de la categoría juvenil. Sin embargo, el cambio es más parecido al que se realizó en la transformación de la antigua Segunda B a la actual Primera RFEF. Entonces se pasó de cuatro grupos a dos.

La idea se ha ido madurando y se analizan las ventajas, entre las que se valora una competición más atractiva y competida, lo que debería repercutir en la formación de los futbolistas. Para la RFEF, también existe un interés, ya que esa mayor competitividad podría desembocar también en una subida de nivel de los jugadores que acudan a las selecciones de categorías inferiores.

Sin embargo, la propuesta aún no parece contar con el apoyo de todos, ya que los clubes menos potentes también han visto desventajas. Reducir el número de equipos hará que muchos se vean relegados a categorías inferiores, cuando ahora tenían la oportunidad de enfrentarse a los mejores de su zona geográfica. También, que únicamente existieran dos grupos en los que se dividieran los mejores clubes, aumentaría los viajes, ya que la temporada regular ya que el radio de proximidad geográfica aumentaría considerablemente.

Hay precedentes

La idea de aglutinar a los mejores equipos juveniles ya se dio a finales del siglo pasado. E incluso en su nacimiento recibió la denominación de ‘Superliga juvenil’, aunque posteriormente fue renombrada a Liga de Honor. En su germen, los mejores 16 clubes, formado en su mayoría por las categorías inferiores de equipos de Primera, aunque con excepciones, se enfrentaban entre sí.

Sin embargo, en la temporada 95/96 la baja de equipos tan importantes como Real Madrid o Espanyol acabó desembocando en un sistema como el de actualidad, en el que se fusionaron la primera y segunda categoría en varios grupos en los que se repartían los equipos por proximidad, y los mejores de cada uno se enfrentan en un torneo final.

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