Un líder al Cubo
El delantero de 17 años se estrena con el Madrileño. Rayane y Arnau cierran la goleada en un partido con dos mitades opuestas. Líder en solitario... con un partido menos.
El líder no afloja. Tres puntos más en casa y una fecha para conservar en el recuerdo: el primer gol de Miguel Cubo con el Madrileño. El delantero de 17 años ha hecho suyo el verde de Alcalá y cuatro días después de marcarle al Inter en la Youth League aprovechó la oportunidad de Fernando Torres con su estreno anotador en Primera RFEF. Un diamante que pisa fuerte y al que el técnico va abriendo las verjas a su paso. Nadie como él para saber lo que es un delantero de la cantera tirando la puerta abajo a golazos. Eso sí, el resultado es el mejor ejemplo de la contundencia a la que tanta referencia hace Simeone. Dos mitades opuestas, la primera totalmente del Teruel y la segunda colchonera. Pero la definición hizo la diferencia.
Comenzaba el partido colorido y animado pese al frío que asolaba Alcalá. Pero la incomodidad era la nota predominante para el Atlético. Sin encontrar a Rayane entre líneas, sin ninguna ventaja para ver en los costados a Iker Luque y Arnau Ortiz y con Miguel Cubo totalmente aislado en la delantera. El partido se jugaba a lo que quería Vicente Parras. El Teruel se cerraba bien atrás, no dejaba fisuras y salía con vuelo a la contra. Y llegó a encontrar el gol con un centro de Merencio que se envenenaba y acababa en la red, pero había un fuera de juego posicional que eximía a Esquivel.
Un aviso que no conllevaría una reacción rojiblanca. Al revés. El Teruel cada vez más cómodo y punzante que volvía a tenerla con el doble cabezazo de Van Rijn, salvado en primera instancia por Julio Díaz bajo palos y después por Esquivel. Y después con el remate al palo de Sergio Moreno. Una y otra vez soplando, pero el ladrillo no caía. Pudo ponerse aún peor para el Atlético con un pisotón de Iker Luque a Relu que, tras la revisión solicitada por Parras, pudo conllevar la expulsión. El golpe era abajo, pero muy violento. Mantuvo el colegiado su decisión de la amarilla y empezó a asomar el Madrileño con un golpeo de Boñar rozando el palo justo antes del descanso.
Y ahí sacó Fernando Torres su poción mágica. Al más puro estilo Space Jam, el paso por vestuarios devolvió al verde un equipo completamente renovado en energías y confianza. Al primer minuto, Relu no acertaba a despejar y Cubo era el más listo de la clase pese a ser el más joven en el campo. Entendió el fallo, ganó con el cuerpo, controló con el muslo y definió al primer palo. Académico para estrenarse, celebrarlo por todo lo alto y dejar claro que la primera parte había quedado atrás. Si el Teruel había ido marcando el cuerpo rojiblanco, el primer derechazo local noqueó por completo a los turolenses. Y poco tardaría en volver a demostrarlo.
Una cesión mala hacia atrás le caía a Bellotti, que buscaba al punto de penalti. Cubo dejaba pasar y Rayane controlaba elevado y cruzaba su disparo con maestría. Golazo y el trabajo resuelto en cinco minutos. El Teruel lamentaba lo que podía haber sido, el Atlético demostraba que hay que matar cuando se tiene el momento. Los delanteros liberados, las bandas con espacios, el descanso como bálsamo. Y todavía faltaba por sumarse Arnau a la fiesta. Cubo para Rayane, el pase precioso del 10 y la definición en el mano a mano del goleador rojiblanco.
El resultado era un mazazo. Nada le salía al Teruel. Si forzaba el penalti había fuera de juego previo, si superaba a Esquivel aparecía Puric para salvar bajo palos y si marcaba de cabeza era con un pie adelantado, con su consiguiente invalidez por parte del linier. Los últimos minutos traían el debut de Ronaldo Nájera, centrocampista mexicano incorporado desde el San Luis. Llegó en septiembre, pero hasta ahora no había conseguido el visado. El Atlético vuela. Dos puntos más que el Europa que pueden ser cinco cuando recupere su partido contra el Marbella. El Teruel se marcha con un punto de los últimos 12. Tras sentirse superior durante toda la primera parte. Pero con una nueva muestra de que la contundencia es lo que marca el fútbol. Y del talento de una Academia donde Cubo pide paso a sus 17 años.
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