Tarragona llora a Valero Serer, el mejor de su historia
El ex delantero del Nàstic, máximo goleador del club centenario con 181 goles, falleció a los 89 años el pasado domingo. También estuvo cinco campañas en el Real Zaragoza.
Tarragona se levantó el domingo con una triste noticia. Valero Serer, máximo goleador de la historia del Nàstic y uno de los mejores futbolistas que ha vestido la camiseta grana, fallecía a los 89 años. Este lunes a las 17:00 tendrá lugar la despedida de un futbolista que marcó una generación, la que vivió entre 1959 y 1971 grandes tardes en el Nou Estadi, con el recuerdo de aquel equipo que jugó en Primera (1947-50), pero alejado de las categorías profesionales pocos años después. Serer, con sus goles y su juego total, se convirtió en un icono de una época de hambruna en la que el Nàstic contó con jugadores que después fueron internacionales, como Joaquím Rifé, pero que no fue capaz de competir con los mejores.
Nacido en Valencia, a Serer lo definían como un delantero rematador con ambas piernas, potente y con el gol entre ceja y ceja. Se formó en su ciudad pero en 1955, con 23 años, emigró al Real Zaragoza, donde permaneció cinco temporadas. La primera de ellas, la 1955-56, fue clave en el ascenso a Primera. Serer jugó 23 encuentros y anotó 11 goles, cuatro de ellos en la primera jornada ante el Sabadell (4-1). Pero el protagonismo del delantero fue a menos. De 18 partidos en la campaña 56-57 a los 12 que jugó en los tres siguientes años. Marcó 11 tantos en Primera y se fue al Nàstic a rescatarlo del descenso. Serer entró por la puerta grande.
Con sus siete goles en el tramo final ayudó al Nàstic a evitar el descenso al fúbol regional, lo que hubiera sido uno de los momentos más críticos. Su fichaje, como explicó el presidente, Josep Maria Andreu, en 2018, cuando se inauguró una puerta de acceso al estadio con su nombre, fue gracias a la voluntat de todos. El Nàstic organizó un evento taurino para aglutinar parte de las 250.000 pesetas que costó su fichaje mientras que Serer dejó un club de Primera en el que apenas jugaba para ser el líder del colista de uno de los grupos de Tercera División. Un gesto que ya cautivó a los aficionados.
En los 328 encuentros que disputó, anotó 181 tantos. Nadie ha igualado esa cifra con la camiseta grana. Incluso la afición le perdonó en la campaña 1967-68 cambiar Tarragona por Reus después de unas discrepancias con la directiva. Un sacrilegio en la provincia para cualquier jugador menos para el ídolo los nastiqueros en los 60. Pese a ser después secretario técnico y directivo, Serer vivió más apartado del fútbol hasta que en 2006 el Nàstic vivió su histórico ascenso a Primera. Un momento en el que se aprovechó para rescatar la figura del delantero, que brilla con más fuerza que nunca pese a apagarse.