Susto y Arribas en el Castilla-Pontevedra

El Castilla-Pontevedra no pasará a la historia por su fútbol y sí por un incidente extradeportivo que por momentos generó el desconcierto en Valdebebas. El partido se suspendió durante 12 minutos porque se activó accidentalmente -aún por causas desconocidas- una alarma en el Di Stéfano. Se procedió a aplicar el protocolo de seguridad y por tanto el desalojo organizado del estadio. Poco después, confirmado que no había ningún peligro, los hinchas pudieron recuperar sus asientos. Sobre el verde, sólo Arribas puso fútbol en un partido sosísimo que, paradójicamente, estaba embalándose justo cuando se produjo la falsa alarma. Al final, el pequeño mediapunta rompió las gafas del marcador con un gol en el minuto 98...

El Pontevedra de Antonio Fernández compareció en el Di Stéfano con ganas de empatar y como suele suceder en estos casos, perdió. La primera parte le salió bien, eso hay que concedérselo. No se jugó apenas, con el filial blanco contagiado del estilo cansino del visitante granate. Un bocadillo sin nada entre el pan que empezó a cambiar desde el minuto 60.

Arribas decidió meterle salsa al partido con un eslálom que tuvo que frenar, patada y amarilla mediante, Luis Martínez. Sería la primera de las dos cartulinas que le mandarían luego a la ducha. Un par de minutos después obligó a Cacharrón a realizar una gran parada. El resto de castillistas se animaron al calor de su mediapunta y enseguida fue Álvaro Martín el que volvió a exigir al portero pontevedrés. Un tercer balón lo desvió de nuevo Cacharrón y tuvo que achicarlo la zaga gallega bajo palos. Cinco minutos castillistas que valieron por los sesenta anteriores.

El parón por esa activación desconocida de la alarma detuvo al Castilla. Lo congeló. Perdió el ritmo y Raúl tampoco consideró menear algo porque no movió el banquillo hasta el minuto 75, cuando entró el nuevo ídolo de la afición blanca que sigue la cantera: Iker Bravo. Al final, tuvieron que ser los dos castillistas más activos esta mañana en Valdebebas los que liquidaran al Pontevedra. Un buen chut de Álvaro Rodríguez lo rechazó como pudo Cacharrón y ahí andaba con la caña Arribas para hacer a placer el solitario tanto del encuentro. Triunfo pírrico pero dulce para el Castilla, que enfila directo a la zona del playoff. Raúl está encontrando la tecla.