Siesta sin goles

Partido sin goles y sin apenas ocasiones. Cuando dos equipos salen a minimizar al rival, puede verse un duelo tan tedioso como el que se vivió en el estadio Iberoamericano. Un punto que mantiene a ambos clubes fuera del descenso y al Atlético en una posición cada vez más cómoda en la tabla, pero que deja un espectáculo que no quedará en la memoria del aficionado por su diversión y ocasiones.

Constantes parones, faltas, saques de banda ralentizados, incluso un pelotazo involuntario al colegiado que impidió cualquier tipo de ritmo. En la primera mitad lo más reseñable fue el cambio táctico de Tevenet a la media hora de partido, dando entrada a Guerrero por Dani Martínez para recuperar su esquema más clásico. Los rojiblancos habían salido con tres centrales, pero el técnico colchonero debió pensar que era innecesario blindarse cuando no había fuego enemigo de por medio.

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En esos instantes de recolocación Dani Aquino, en su día con minutos en el primer equipo de Atlético de Simeone, encontraba una grieta y buscaba con un balón peligroso a Marcelo que no conseguía rematar, la llegada más importante de la primera parte. El descanso sirvió para que Alfredo Santaelena, también con pasado rojiblanco, azuzase a sus futbolistas. En los cinco minutos tras la reanudación ya habían probado en dos ocasiones los guantes de Iturbe. Un partido nuevo, más dinámico, incisivo y con intención.

La mejor noticia posible para una afición local que había vivido una primera parte adormilada al sol a una hora donde el poco peligro y ritmo convertía en un reto el mantenerse despierto. En el lado del Atlético empezaba a aparecer El Jebari con espacios, lo más peligroso para los de Tevenet. Pero todo fue un espejismo, una revolución con caducidad ante el miedo de los dos equipos de perder su punto. Los técnicos movían sus delanteras, cambiaban las referencias arriba en busca de un gol que volvía a parecer un imposible.

Hay que ser muy buen nueve para poder fabricarte una diana con tan escaso fútbol generado por ambas salas de máquinas. Tevenet, que pierde a Gismera por sanción contra el Alcoyano (vio su décima amonestación), dio entrada a Diego Bri y Abde Raihani. Santaelena hizo lo propio con Ángel Sánchez. Nadie pudo romper la igualada, aunque el San Fernando lo intentó con más ahínco en los últimos minutos.

Dani Aquino tuvo la más clara a la salida de un córner in extremis, pero su cabezazo se marchó por encima del larguero. Pau Martínez también rondó el gol, pero su remate se estrelló en Arumi. Una oleada final sin premio. La última del partido fue rojiblanca, un disparo de Guerrero tras un córner. Pero la sensación es que, de durar una hora más el partido, nadie hubiese marcado. Y nadie lo mereció, solo la afición que se mantuvo en pie durante un partido abocado desde el primer instante al resultado gafas.