Raúl-Márquez: un duelo entre la necesidad y el éxito inesperado
Los técnicos del Clásico por pasar a la final del play-off de ascenso a Segunda llegan en situaciones bien diferentes y con el culé en ventaja tras el 4-2 de la ida.
Segundo duelo entre Raúl y Márquez en ocho días, tras la victoria del segundo sobre el primero en aquel envite que terminó con triunfo para el filial del Barcelona por 4-2. Las necesidades de ambos técnicos son bien diferentes: Raúl necesita un ascenso que lleva persiguiendo demasiados años, mientras que Márquez llegó sin apenas experiencia al banquillo del Johan Cruyff para cuajar una segunda vuelta fenomenal que le tiene a las puertas del éxito.
La última bala de una leyenda
Raúl González Blanco (Madrid, 1977) apura sus últimas opciones de ascender al Castilla, una tarea en la que lleva inmerso desde 2019, de momento sin frutos. Toda una leyenda del club, el tercer máximo goleador histórico del equipo (323 dianas), a la que el éxito no le ha acompañado en los banquillos de la forma tan fulgurante como sí lo hizo cuando irrumpió en el primer equipo, con sólo 17 años (Zaragoza, 1994).
Su primera temporada en el Castilla tuvo disculpa; el estallido de la pandemia dejó el trabajo a medias y en verano Raúl se hizo cargo del Juvenil para lograr su mayor aval hasta la fecha: la Youth League 2019-20. Varios jugadores de aquel equipo fueron claves en los siguientes años del filial, como Marvin, Blanco, Chust o Miguel Gutiérrez; algunos, incluso, siguen en sus filas, como Dotor, Arribas o Peter.
Una generación prometedora a la que los resultados no le han acompañado como preveían en el club: en la 2020-21 pasó a la fase de ascenso y luego al play-off (cayó ante el Ibiza). Y la 2021-22 fue una travesía por el desierto, acabando 10º y no entrando en puestos de play-off de ascenso al término de ninguna de las 38 jornadas. Y su estilo genera debate: su irrenunciable defensa de cinco da en muchas ocasiones la iniciativa a rivales menos talentosos que el filial madridista.
El éxito de lo inesperado
Con la única experiencia de entrenar a los juveniles del RSD Alcalá durante un año como práctica para sacarse la licencia de entrenador, Rafa Márquez (44 años) aterrizó en el Johan Cruyff para dirigir al filial que antes había estado entrenado por Sergi Barjuan y anteriormente por García Pimienta, técnico que acaba de ascender a la UD Las Palmas a Primera División.
El mexicano contaba únicamente con la confianza de Joan Laporta, al que había apoyado en su campaña electoral. Ni decir tiene que su aterrizaje generó dudas porque, a falta de obra conocida parecía que primaba más el colegueo con el presidente, que le fichó en 2003 del Mónaco en una operación que fue uno de los grandes aciertos de la primera etapa del actual mandatario.
Los inicios de Márquez en el banquillo del filial no fueron buenos, pero poco a poco, en base a una personalidad indiscutible (el mismo liderazgo que ostentaba en el césped) se hizo respetar a base de poner siempre como ejemplo a los jóvenes a Carles Puyol, su referente. El objetivo no era ascender, pero tras una segunda vuelta fenomenal está a las puertas de un objetivo que ni él se imaginaba cuando firmó: “Sigo sin tener experiencia, pero aspiro a aprender más cada día”. Fue inesperado, pero es un éxito.