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QATAR 2022 1/2 | FRANCIA - MARRUECOS

Orgullo y lágrimas en una Casa Árabe hasta la bandera

“Nadie esperaba la actuación de Marruecos, ha sido increíble vivirlo”, dice Fayçal sobre la actuación de los Leones del Atlas en el Mundial de Qatar.

14/12/22 AFICIONADOS MARRUECOS CASA ARABE
JAVIER GANDULDIARIO AS

Las lágrimas no empañaron el orgullo que la afición marroquí siente por la actuación de su selección en este Mundial de Qatar. Así lo vivieron un centenar de personas congregadas en Casa Árabe, cuyos muros vibraron un día más gracias a los Leones del Atlas, que cayeron por 2-0 ante Francia y se quedaron fuera de la gran final. “Estamos muy orgullosos, toda África lo está”, afirmaba Fayçal tras el pitido final.

El primer mazazo no tardó en llegar a la sala con el tempranero gol de Theo, pero nadie dejó de animar. Los detalles técnicos de Ziyech, las arrancadas de Hakimi y los regates de Ounahi se celebraban casi como un gol. Lo mismo ocurría con las intervenciones de Bono o los fallos de Francia, como el remate al palo de Giroud. “Se puede remontar, estamos jugando muy bien”, destacaba Nora el Harchaoui. La joven, que estaba acompañada por su amiga Hajar Badine, tenía fe en su selección, que se veía por debajo en el marcador por primera vez en todo el torneo.

Tanto El Harchaoui como Badine nacieron en España y son de origen marroquí, “como Hakimi” y tantas otras miles de personas que celebraron los triunfos del conjunto norteafricano en Madrid y el resto del país.

El momento de mayor emoción llegó en el 44′, cuando El Yamiq estrelló un remate de chilena en el palo. “Hubiera sido uno de los goles del torneo, como el de Richarlison”, decía Badine, cuyo futbolista favorito es Bono: “Es el mejor”. Su amiga, sin embargo, se queda con Ziyech. Aun así, si en algo coincidían tanto estas dos jóvenes como el resto de la sala era en que Marruecos podía empatar.

De hecho, apretaban tanto los de Regragui que en el parque del Retiro retumbaban los “olé” por cada pase bueno de los Leones del Atlas. La fe era ciega. “El gol va a llegar”, se decían unos a otros... Las banderas de Marruecos y la amazigh, que representa la identidad bereber, no dejaban de ondear, pero el tanto que acabó llegando fue el francés. La puntilla. El punto y final a una actuación para la historia. “Nadie lo esperaba. Ha sido increíble vivirlo”, destacaba Fayçal, belga de padres árabes, en una frase que resumía el sentir de todo un país.